Acerca del 'espíritu crítico'

Aquilina, 10 de febrero de 2006

Con referencia a la ùltima intervenciòn de EBE, como siempre muy importante para profundizar en la comprensiòn de los mecanismos en los que fuimos envueltos, me parece que podrìa ser muy interesante profundizar tambièn como, en esta falsificaciòn de la realidad, y especialmente de la realidad que atañe a la capacidad de juzgar moralmente de nuestros actos,  que sufrimos en nuestra estancia en la obra, influyò la "formaciòn" que recibimos a luchar contra el "espiritu critico".

La deformaciòn semantica que se encuentra como substrato del argot de la obra, que nos afectò y que al mismo tiempo contribuimos, màs o menos conscientemente, a difundir, resulta muy eficaz para deformar la capacidad de pensar, y en consecuencia, de entender y de juzgar, como muy bien explica Orwell en la apendice de su obra "1984" en la explicaciòn de los mecanismos de la "neo-lingua" (en italiano, "neo-idioma" en castellano?).

Lo que quiero decir es que la lucha ascetica que todos tuvimos para rechazar el espiritu critico no tenìa la misma transcendencia que otras luchas en otros aspectos asceticos, sino que se puede hipotetizar que haya constituido la clave de vuelta de todo el edificio sobre el que se cimienta la posibilidad de quedarse dentro de una instituciòn intrinsecamente inmoral sin llegar a detectar, en tiempos cortos, la real naturaleza de los actos que se cumplen bajo las exigencias del sistema.

Yo sigo creyendo que el opus no es fruto de una conjura de malvados, màs bien es fruto de la coincidencia de unos cuantos estorbos mentales (narcisismo, frustraciones, desarraigamiento de la realidad, y otros parecidos que a lo mejor en el comienzo ni llegaban al nivel de patologia) de personas singulares que se juntaron -no sé si casualmente o por una fuerza de gravitaciòn historica- con estorbos mentales sociales tipicos de la época.

Creo también que personas que, como el fundador y los que entre los primeros en cierto momento de su vida dentro de la instituciòn optaron por la inmoralidad orientada al exito (los demàs se fueron alejando de la obra), acaban por tener como un instinto infalible para detectar e institucionalizar las posturas que facilitan el prosperar de la criatura social que acaban de concebir.

Entre otras posturas funcionales, hay esta, especialmente importante, de encontar un nombre ascetico positivo a su hostilidad hacia la libertad critica de ejercer la propia consciencia. Dandole una definiciòn ascetica, positiva, cada uno de nosotros, en los breves o largos ratos en los que se adhiriò con convencimiento y sinceridad a la instituciòn, dejò que le contrabandearan dentro de la cabeza y del corazòn todas las demàs ideas que nos impidieron darnos cuenta de donde nos habiamos metido.

Creo que estas reflexiones pueden también contestar, al menos en parte pero con razones fuertes, a la pregunta que nos hacen a menudo acerca de como pudimos en cierto momento quedarnos dentro con tanta convicciòn y ahora criticar con tanta energìa.

Siento no poder profundizar màs. A lo mejor alguien logra hacerlo mejor que yo.

Un recuerdo cariñoso para todos de Aquilina