E.B.E. :
La capacidad de perder el control
Aquilina, quería agradecerte una frase que escribiste días atrás (23/1) que me pareció muy aguda: "la capacidad de perder el control", frase que a primera vista podría parecer una contradicción in terminis. Da para pensar mucho (y poner en práctica).
Con tanto autocontrol que se enseña en la Obra, con tanta "espontaneidad planificada", uno termina creyendo que es un "espontáneo profesional" o un profesional de la espontaneidad (de alguna manera, hay una obligación de creerse esto, de lo contrario sería una crítica a la Obra, uno está obligado a reprimir los juicios críticos). De hecho, las reacciones de la Obra oficialmente, -al menos mi experiencia- son tan medidas y estudiadas con antelación que resultan por ello mismo inhumanas, robóticas. Y de alguna manera uno incorpora la capacidad de reaccionar y vivir como si todo hubiera que pasarlo antes por una escritura perfecta, por un guión cinematográfico.
Si lo pienso, creo que cuando alguno perdía el control en mi centro, lo que sucedía allí era una compensación por tanta represión (estallido emocional que rápidamente era re-reprimido). Pero para nada era el ejercicio de "una capacidad", ni una espontaneidad, ni un modo de crecimiento, de conocerse y confiar en un entorno que actuara a modo de contención. Al revés, era muchas veces una reacción aparentemente desproporcionada, porque en realidad detrás de ella había toda una carga de frustración por no tener otra opción que "obedecer o marcharse".
Es claro que la Obra como tal y como está pensada por el fundador, no puede fomentar ni la espontaneidad ni la capacidad de disfrutar "sin segundas intenciones", entre otras cosas porque se cortaría "la cadena de producción" de la factoría que es la Obra.
Saludos,
E.B.E.
Publicado el Tuesday, 27 January 2004
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