La voz de los que disienten – Apuntes para san Josemaría

(Texto original en portugués)

Le encargué a la editorial española el nuevo libro de Isabel de Armas que termino ahora de leer. Me gustó mucho... Es más, ¡me gustó muchísimo! Como ya me había gustado su primer libro-testimonio, "Ser mujer en el Opus Dei".

La mayor parte de las interrogaciones que el libro me suscitó serían temas para una conversación con la propia autora. Aquí quiero referirme sólo a aspectos tal vez menos serios y profundos, qe pueden ser transmitidos a la generalidad de los participantes de la web.

1. Antes de nada, considero que la autora escribe de una forma magnífica, volviendo accesibles temas muy complejos, y “hablando” sobre realidades que se causaron personalmente mucho sufrimiento sin que eso se transparente. Al contrario, todo el libro manifiesta sentimientos de serenidad y de paz. Sin que deje Sin que deje de interpelarnos y de hacerlo fuertemente, no sólo a aquellos que conocemos de cerca a la “obra”, sino sobre todo a todos aquellos que nos consideramo creyentes. En realidad, el libro no es casi sobre el “opus dei” sino sobre la fe cristiana y, en particular, ¡sobre la fe de los católicos! El “opus dei” es casi siempre sólo un punto de partida para la reflexión sobre temas más ámplios ¡que afectan a toda la Iglesia!...

2. Naturalmente que el libro sólo puede tener estas características cuando su autora alcanzó personalmente un gran madurez en la reflexión de los temas; se percibe bien en esas páginas –que están bien lejos de ser “sensacionalistas”- reflejas sobre todo el debate interior, tal vez incluso, la oración personal, de quien las escribe. Por eso es un libro para quien quiere “ir más lejos”. Y también para quien –y son muchos- habiendo sido “sacrificados”· por los métodos del “opus dei”, todavía no encontró su camino, se alejó de Dios y, sobre todo, no consigue vivir en paz.

3. Los temas abordados por Isabel de Armas son casi todos aquellos que interesan para comprender a la “obra”, pero muchos otros que ayudan a evaluar a la Iglesia Católica en este inicio del siglo XXI, tanto a la Iglesia jerárquica como la Iglesia “pueblo de Dios”. Personalmente, yo siempre me identifico con las posiciones que la autora asume en relación a la realidad eclesial. Y reconozco que en cada tema que trata he aprendido siempre alguna cosa, y sobre todo, nunca me sentí mínimamente “agredida” por la defensa de una u otra perspectiva. Lo que significa que Isabel de Armas consigue no ser superficial en el tratamiento de los temas, sino que respeta siempre la posibilidad de que existan visiones distintas acerca de los mismos asuntos, cualidad rara en personas “con personalidad” como sin duda ella la tiene. En términos más prácticos, el libro tiene algunas “limitaciones” que probablemente no son directamente imputables a la autora, sino a condicionantes que la “sobrepasan”:

3.1. El primero es bien evidente: el estilo “sensacionalista” de la portada con la imagen del Fundador del “opus dei” de arriba a abajo. Habrá sido probablemente una “idea” de la editorial con instintos comerciales... Esas ideas son casi siempre “malas ideas” y aquí se confirma esa regla. El contenido del libro, felizmente, no corresponde a la portada! Además fue el principal motivo para -viviendo en otro país- haber necesitado algún tiempo para encargar el libro. Confiando en la sensatez de que la autora ya había dado pruebas, “me arriesgué” a comprarlo sin haber podido “hojearlo” con antelación.

3.2. Despues, la simple existencia de la web “Opuslibros” hace que ciertos pasajes del libro de Isabel de Armas “pierdan” algún interés, como por ejemplo:

- Las largas e interesantísimas citas de los escritos de D. Antonio R. Retegui que –al menos en mi caso- hace mucho tiempo que las tengo impresas para mi uso personal y que ya debo haber leído algunas decenas de veces...

- La inserción de testimonios personales de ex miembros de la obra, entre los que se encuentran algunos (no todos) que se aproximan mucho a las decenas de testimonios que los lectores asiduos de la web ya conocemos, pues bien se sabe cómo la “praxis” del “opus dei” se repite en (casi) todos los lugares y en (casi) todos los tiempos... Quiero decir que los libros “tradicionales” tienden a perder su impacto ante la existencia de formas de comunicación mucho más rápidas entre las cuales destaca precisamente la web!

Nada de esto, en cambio, quita mérito al libro porque Isabel de Armas nunca se limita a reproducir testimonios o citas; aporta sus reflexiones personales y junta datos que en muchos casos son realmente “novedad” en relación con los hechos conocidos. Pero se tiene que reconocer que hay algún impacto que se pierde cuando ciertas partes del libro no constituyen una novedad completa.

4. Hechas estas observaciones generales, me gustaría destacar algunos puntos que me impresionaron más vivamente en lo que respecta al tratamiento del fenómeno “opus dei”, porque –como acostumbro a repetir- es el tema de la web y no la Iglesia; por eso, no tengo por hábito traer a este “forum” cuestiones más o menos relevantes que traten sobre la fe cristiana. Dejo eso para otros “foros” de discusión y pensamiento, porque entiendo sinceramente que la complejidad de muchos de los temas no es compatible con el “estilo” propio de un diálogo en el “ciberespacio”. Por eso, como decía al inicio, dejaré los temas eclesiales para un “muy deseado” diálogo con la autora, y trataré aquí cuestiones relativas al “opus dei”:

4.1. En el primer capítulo –dedicado a la persona del Fundador – considero un excelente camino para orientarse por las “pistas” lanzadas por Joan Estruch, cuya obra de investigación sociológica considero como la más interesante de todas cuantas conozco. Los interrogantes que la historia del Fundador suscita (que hasta su muerte se confunde con la historia de la obra) son altamente intrigantes: las contradicciones reveladas por sus escritos y por su predicación, bien como incoherencia del recorrido seguido por la institución me llevan a considerar, como a Isabel de Armas, que casi todo está por hacer en relación a estos temas; y a admitir que se impone que algún día un grupo de estudiosos serios e independientes escriban la “verdadera historia” de Monseñor Escrivá y de su “obra”.

4.2. Del conjunto de las informaciones valiosas acerca del pasado o del presente de la realidad del “opus dei”, destaco algunas que –al menos para mí que no conozco de cerca la obra en España- constituyen “novedad”. Una de ellas es respecto a la existencia en Pamplona de un “Seminario para seminaristas diocesanos” enviados por los obispos de diversos países, especialmente de países de América del Sur, seminario este creado con el objeto de evitar que tales seminarias se insertaran en el Seminario de la Diócesis de Pamplona! Las incoherencias de esta iniciativa son tantas y tan serias que “claman al cielo”!!!

4.3. Otra “novedad” para mí consiste en la divulgación de una espantosa afirmación del Fundador, según el cual "Ordenar a una mujer es como bautizar a un gato” que personalmente tampoco nunca oí decir a nadie de la sección femenina durante los más de veinte años en que fui supernumeraria! Alguna “mala conciencia” habría ante una declaración tan bárbara e insultante!

4.4. Sabía que la situación de la obra en Alemania era muy frágil; pero desconocía en absoluto algo que Isabel de Armas relata en su libro: que, por la denuncia de los medios de comunicación social, los obispos alemanes investigaron en la década de los ochenta las prácticas “proselitistas” de captación de adolescentes y jóvenes, de tal forma que casi todos los centros de san Rafael tuvieron que cerras las puertas con el consiguiente descrédito para la obra en general.

4.5. Son también muy interesantes las páginas del libro en las que la autora se refiere a la “Escuela Canonista de Navarra” y su relación con el proceso de encuadramiento jurídico de la obra que llevó a su aprobación como Prelatura Personal. En verdad, los elementos que aporta a partir de la perspectiva crítica de los teólogos y canonistas alemanes, son complementarios de los que a través de la web fueron llegando hasta nosotros a lo largo del año pasado (2005). Se trata de cuestiones muy técnicas, que no por eso dejan de tener una enorme repercusión en la vida de los miembros de la obra y de aquellos con los que contactan. Pero también he de registrar que en esta materia, la autora no refiere algunas cuestiones jurídicas que fueron intensamente tratadas por los participantes de la web, la más importante de las cuales es la de aclarar "si los laicos pueden ser miembros efectivos de la prelatura o sólo son sus colaboradores". De cualquier forma, las conclusiones de Isabel de Armas sobre el complejo tema de la forma jurídica actual del “opus dei” son muy significativas: en realidad la obra no se corresponde prácticamente con aquello que en el Código de Derecho Canónico se prevé para una “prelatura personal”, por lo que más pronto o más tarde tendrá que haber un esclarecimiento de la situación, al contrario de lo que pretendían los responsables de la institución que condujeron todo este proceso durante décadas y que afirmaban haber llegado “al final del camino”...

4.6. En Opuslibros había sido divulgada parte de la “historia” que llevó a la creación de la Diócesis de Tarragona y la nominación de un sacerdote numerario como su arzobispo; ahora Isabel de Armas completa los datos de esas “rocambolesca” historia que, siendo sobre todo interesante para los habitantes de Cataluña y de España en general, no deja de ser significativa para todos los países donde la obra está presente... Me lleva sobretodo a preguntarme: ¿cómo reaccionaría si se tratase de “mi diócesis”?!

4.7. Al final, la autora nos da un retrato del actual Prelado, D. Javier, que viene a confirmar plenamente la opinión muy negativa que de él tengo desde hace muchos años. Me acuerdo de, en la década de los setenta del siglo pasado, haberlo visto de cerca en un encuentro del UNIV y de haberme quedado con la sensación de que “no se trataba de una persona de carne y hueso”, sino de “un maniquí de cera”; de tal modo fue esa mi impresión que –cuando ya me encontraba en el proceso de alejamiento de la obra-, D. Javier vino a mi país como Prelado y yo me sentí como paralizada al llegar a la tertulia general que se organizó en la ciudad donde vivo... y di media vuelta, procurando que nadie reparase en que iba a salir del auditorio y no a entrar en él! Esa sensación contrasta con la impresión globalmente positiva que –a pesar de todo- me parece que tanto Isabel de Armas como yo tenemos de la persona de D. Álvaro. No se pone aquí en causa un juicio acerca de las orientaciones que este último siguió mientras dirigió los destinos de la obra (que por sus frutos no podrán haber sido de alabar) pero por lo menos el reconocimiento de algunas cualidades y méritos personales que se desconocen totalmente en la persona del actual Prelado!

5. Para terminar, todavía una nota: confirmando la delicadeza del estilo de Isabel de Armas, nunca cita a los autores de las cartas, testimonios y otras observaciones de las personas afectadas por la obra ni tampoco de las que siguen siendo miembros, salvo cuando esos datos fueron hechos públicos por ellos mismos o por terceros. Parece la orientación más correcta, en la medida en que se respeta el derecho fundamental a la privacidad de las personas en causa. Sólo quien así lo entienda debe asumir su identidad ante los responsables de la obra, actitud que se puede evitar por la voluntad de protegerse a sí mismo pero sobre todo, para proteger a familiares pertenecientes o ligados a la institución.!

Marypt