E.B.E., muchas gracias por tu comentario a mi último escrito. Bueno yo la verdad que no esperaba mucho más. Ahora, lo que me encontré raya en la estupidez supina, la cultura surrealista o algo similar. Lo relato para que todos conozcan el final de la historia.

El jueves, 5 de enero, por fin conseguimos quedar la vocal de san Miguel de mi delegación y yo. Me sienta en una salita y muy circunspecta ella me repite lo que ya me había dicho por teléfono y apostilla, "desde este momento quedas desvinculada de la Obra. ¿Quieres preguntar algo?" No pregunté nada, le empecé a comentar una serie de actuaciones que me habían chocado en mi última estancia en el centro y como vi que iba a disculpar todas y cada una de ellas, di por zanjada la conversación. Le agradecí haber hecho caso a mi petición, se excuso diciendo que ella “no sabía nada”, que no hacía más que transmitirme lo que les había llegado de el Padre. Siempre igual, siervos sordos, mudos y ciegos. No quieren saber y así pretenden gobernar la Obra.

Bueno, para mí esto ya se acabó, quedo vinculada por una amiga que es la que más me ha ayudado en este tiempo y espero que lo siga haciendo con total desinterés, si no quemaré también esa nave. Y el sacerdote con el cual me confieso que es numerario de Opus Dei.

Me ha ayudado bastante el contacto con vuestra página web, haber podido exponer en ella parte de mi experiencia y leer los testimonios de muchas personas similares. Aunque os seguiré leyendo de vez en cuando, por ahora debo interrumpir mi participación en la web. Tengo que organizar mi, en parte, nueva vida; recuperar el trato con mi familia de sangre, los amigos del trabajo y lo que es más importante recobrar la salud del cuerpo y del alma. Todo ello me llevará tiempo. Prometo contaros algo.

Muchas gracias por todo,

Maravilla