Antrax :
La cruzada de los niños
Fue allá por el año 1212. Albéric des Troisfontaines cuenta que unos cuantos miles de niños alemanes y franceses, a cuya cabeza se puso un pequeño profeta llamado Nicolás, instigados por su mala cabeza y por las supuestas visiones del pastorcillo Etienne, decidieron irse a conquistar Jerusalén sin otros recursos que su buena fe, su innegable credulidad y su perfecta ignorancia geo-estratégica.
La expedición acabó, como era de suponer, de forma lamentable, porque los que no murieron en el camino fueron vendidos como esclavos y muy pocos regresaron a sus casas bastante maltrechos.
La historia es controvertida por los estudiosos modernos, aunque los escritores, más impresionables y fantasiosos, se han sentido atraídos por el tema y alguno de ellos, Bertolt Brecht y Marcel Schwob por ejemplo, le han dedicado tiempo y papel. Y es que la iniciativa resulta tan conmovedora como absurda.
Pues, personalmente y dicho sea con el mayor respeto, tengo la impresión, coincidente con la de otros corresponsales como Jose, de que la iniciativa de intentar dialogar con el Opus Dei con vistas a su reforma es tan viable como el intento de Nicolás y sus infelices compañeros.
Primero y ante todo, porque la Prelatura parece incluso menos abierta al diálogo que el sarraceno medieval; segundo, porque, igual que este reluctante personaje, suele tomarse a mal cualquier género de crítica interna, externa o mediopensionista; tercero, porque quién nos manda a nosotros meternos en semejante berenjenal, cuando ya hemos decidido organizar nuestras vidas por cuenta propia. Los niños de marras hubieran hecho muy santamente quedándose con sus papás y no tentando al diablo.
Anden, no sean así, decidan de una vez por todas disfrutar de la vida en saludable libertad y ejercer su crítica en ambientes menos hostiles y arriesgados.
La alternativa de recurrir a la Iglesia Católica para denunciar los disparates del Opus Dei presenta, a primera vista, alguna pega que otra. ¿No ha sido esta iglesia la que ha canonizado en versión turbo a Monseñor Escrivá de Balaguer? ¿Piensan vuesasmercedes que la iglesia en cuestión está en la inopia y, en cuanto se entere de lo que hay, se le van a caer los palos del sombrajo y va a proceder a poner orden a marchas forzadas? Yo le echaría un vistazo a la historia de la iglesia con el objeto de pensarlo con algo de perspectiva.
Perdón por mi impertinencia; conste que hago estas consideraciones con el mayor respeto y afecto por quienes proponen actuar en tal sentido.
Antrax
Publicado el Sunday, 25 January 2004
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