Queridos amigos:

Creo que los orejas me van a permitir escribir un correo pelín sentimental (tirando a cursi, lo sé) pero es que estoy en el momento que todo el mundo me mima y yo me aprovecho...

Este correo es para deciros que ya estoy en casa, que ya me han dado el alta hospitalaria que no la otra. Evidentemente muchos no sabrán de qué hablo: pues que estoy malita, ¡hala!.

No sabéis cómo me he sentido de arropada y de querida estos días. Fijaros que no he llorado ni por el dolor físico ni cuando me dijeron que tenía cáncer, sin embargo me dan ganas de llorar ahora que estoy pensando en todo el cariño que he recibido. Gus y demás compañeros orejas... ¡no sabéis la que habéis liado con abrir esta página!. Esto es imparable.

No voy a dar las gracias a nadie en particular. Lo he hecho en persona, a cada uno. ¡¡Muchas gracias!!

Un beso muy fuerte

Inés