Hola Mex,

Las decisiones de entregarse a Dios son muy personales y deben ser fruto del convencimiento de que es Él quien llama. Si recibes muchas presiones… malo.

Dentro del opus hay gente muy feliz, pero somos también muchos los que hemos sufrido en carne propia todo lo que el Evangelio “condena”: faltas de caridad, coacciones, fariseísmo, mentiras, dobleces, engaños, deseos desordenados de poder y riquezas, así como el cumplimiento estricto y riguroso de la ley por encima de todo. En la parábola del Buen Samaritano, Jesús denuncia al sacerdote y al fariseo que – cumpliendo la ley a rajatabla – pasan de largo ante la persona necesitada. El Señor pone de ejemplo al Samaritano, una persona “excomulgada” por los judíos por no aceptar a pie juntillas la ley de Moisés. En Samaria comían carne de cerdo y no iban al templo de Jerusalén, entre otras cosas. Vamos, que Jesús podría poner como ejemplo hoy día a un divorciado o a un protestante.

Es curioso, pero el opus presenta a un Dios al que acabas teniendo pavor y Jesús no es así. Con tanta corrección fraterna, tanta confidencia (falsa) y tanta confesión, ya se encargan de que estés siempre “en falta”. Tú puedes ser muy feliz y muy buen cristiano en medio del mundo sin más ataduras que las “impuestas” por Dios: Amar a Dios y al prójimo. Pero ¡de VERDAD!

Un saludo para ti, Mex, y un beso muy fuerte para Maravilla y su recién estrenada libertad (12.XII). Muy cierta la última entrega de Nacho (12.XII) y tres hurras por el reciente artículo de Satur. Es de obligada lectura para todos.

Edu.