Hacía poco tiempo que había solicitado la admisión en la opus de dei, con 18 años recién cumplidos, y como adscrito del centro de universitarios estaba muy interesado en conocer todo lo relativo a esa institución. Por eso cuando escuché que cierto día venía a la tertulia el Director de la Delegación (don JMB), le comenté al que recibía mi charla mi interés por escucharle...

Me llevé una desagradable sorpresa cuando me dijo que la tertulia con don JMB era sólo para residentes...

¿Cómo sólo para residentes?, le dije yo, ¿por qué no puede asistir un adscrito?... ¿no somos como los patos, que nadan en cuanto nacen?... ¿es que va a decir algo que yo no pueda oir?... ¿estás seguro que no puedo asistir?... ¡no puede ser!... me tenéis que dejar asistir...

Por respuesta a mis quejas recibí las explicaciones sin sentido típicas de la opus en situaciones comprometidas:

Don JMB va a hablar de cosas que a ti realmente no te interesan, créeme... de los cambios de numerarios en centros en la Región y de otras cosas que sólo interesan a los que viven en centros de la opus...además, piensa que  no todos podemos ir a todos los sitios... y, en todo caso, que hay que seguir las indicaciones que se nos den, sin caer en enfados de niños... En muchas ocasiones te verás en circunstancias semejantes...

En fin, malas excusas que no sólo no me convencieron sino que consiguieron que me enfadase...

El que recibía mi charla, consciente de que la cuestión se quedaba sin resolver, me remitió al director del centro con el fin de que él me lo explicase mejor, pero para mí aquello no tenía sentido... Para ellos sí, pero no podían decírmelo: Delante de un recién llegado no se puede hablar con total libertad porque se corre el riesgo de escandalizarle al decir alguna cosa de las muchas que se le han ocultado.

En fin, al final me tragué mi enfado... como me tragué tantas otras cosas en los siguientes tres años y pico que estuve en la opus.

En realidad debí irme en aquél mismo momento, pero no lo hice porque me habían hecho creer que me encontraba frente a frente con el mismo Dios, con la Obra de Dios... y no existían ni opuslibros ni amables orejas que pudieran ayudarme a salir del error.

Palabra del director = palabra de Dios...; estaba claro que aquella tertulia era sólo para residentes, y yo no tenía que enfadarme...

Hubiera sido un buen momento para irme de la opus... Pero no podía... Ya estaba atrapado en el laberinto...

José Antonio.