Marypt :
C) Interferencia de la obra en las relaciones íntimas de los casados
1. Al decidirme a escribir algunas palabras más acerca de la “vida de los supernumerarios” -estimulada por el texto de Isabel Nath de 7 de noviembre – pensaba incluir también este tema más “melindroso” de la existencia de intromisiones de los directores de la obra en la vida sexual de los matrimonios, en los que ambos o uno de ellos es supernumerario (o simplemente cooperador)
Bien sé que todo aquello que diga respecto a “temas sexuales” despierta una curiosidad muy grande en el comun de los lectores; y creo que no me equivoco si digo que los lectores de “opueslibros” no son aquí una excepción. Por eso mismo quiro dejar bien clara la perspectiva que me lleva a abordar este asunto: no voy a tratar de la doctrina moral de la Iglesia sobre el matrimonio y la vivencia de la sexualidad, ni mucho menos de las controversias que tal doctrina suscita, sobre todo en lo que respecta a los medios contraceptivos aconsejados y desaconsejados. Esta problemática que es muy importante y muy compleja sobrepasa las fronteras de mis escritos en la web, lo cuales inciden básicamente en el fenómeno “opus dei”...
2. Voy a procurar por tanto dar testimonio de aquello que, personalmente y por medio de la observación directa de lo que pasaba con otros matrimonios conocidos, pude constatar que es una práctica habitual de los responsables de la “obra”, práctica ésta que viola directamente las siguiente indicaciones morales de la propia Iglesia:
(i) La importancia de que los matrimonios vivan una “paternidad y maternidad responsables”, lo que implica que consciente y generosamente decidan a lo largo de la vida el número de hijos que tienen posibilidad de tener, teniendo en cuenta los múltiples factores que condicionan la vida de la pareja y de la familia, entre los que destacan la salud de la madre y la capacidad para educar a los hijos ya nacidos;
(ii) El entendimiento de que las decisiones en estas materias deben ser tomadas en el seno de la pareja, en diálogo entre marido y mujer, en el cual nada ni nadie debe interferir; cabe a la pareja el derecho de, si asi lo entiender y por su iniciativa, consultar a otras personas (médicos, sacerdotes, etc) que puedan ayudar a tomar decisiones más acertadas.
(iii) Todos los demás asuntos y cuestiones de las relaciones íntimas de la pareja le deben exclusivamente respeto; apenas marido y mujer podrán solicitar a otras personas consejo o auxilio sobre algún aspecto de su relación sexual.
3. El “opus dei” no respeta ninguna de estas orientaciones de la Iglesia post-Concilio Vaticano II y ¡se rige todavía por parámetros pre-conciliares y por una mentalidad de asociación permanente entre sexo y pecado!
De este modo, los directores y directoras de la obra interrogan periódicamente a los supernumerarios y supernumerarias en la charla “fraterna” acerca de estos temas, pretendiendo sobre en concreto lo que está pasando en la pareja...
Las situaciones pueden varias pero la aptitud se repite:
- Se trata de una pareja joven todavía sin hijos, difícilmente habrá una única charla en la que no haya preguntas sobre “cuando esperarán un bebé”; este tipo de interrogatorios sólo termina cuando haya una respuesta afirmativa o entonces, cuando se expliquen que existen dificultades para concebir.
- Si la pareja ya tiene uno, dos o más hijos, no se piense que las preguntas cesarán. Puede ser que durante algún tiempo dejen a la supernumeraria o al supernumerario en paz; pero después, siempre volverá la pregunta sacramental: qué estan haciendo en este campo; atención a la imposición moral de tener siempre abiertas “las fuentes de la vida”, etc.
4. Lo que es verdaderamente espantoso es que, en última instancia, los miembros célibes de la obra – que nada saben de las dificultades de engendrar un hijo, de sufrir un parto, de amamantar, de criar a un recién nacido, de tener un niño que puede hacer que hasta los tres años sus padres no duerman una noche entera – consideran “normalisimo” que las parejas de supernumerarios tengan un hijo por año!!
a) ¡Como bien se sabe, algunas parejas tienen ocho, diez, doce, catorce o dieciséis hijos! En las sociedades actuales, se sabe que se trata de “familias del opus”, tal como sucede por ejemplo en los Estados Unidos con las “familias de los mormones”. Este fenómeno era uno de aquellos que personalmente más me daba la sensación de “pertenecer a una secta”....
b) Naturalmente que entre esas familiar muy numerosas – en las que generalmente tanto el marido como la mujer son de la obra – habrá bastantes que corresponden a un “sentido vocacional” por el cual la pareja se siempre ampliamente realizada. Pero infelizmente, el hecho de pertenecer a la obra no constituye por si solo garantía de que se tenga simultáneamente “vocación de padre y, sobretodo, de madre de familias tan grandes”. Y entonces se viven auténticas ficciones:
- O porque la familia dispone de muchos medios económicos y las criaturas son educadas “estilo siglo XIX” por las empleadas y “amas de cría”..
- O porque la pareja tiene medios económicos normales y la mujer y madre se sacrifica hasta la extenuación para conseguir orientar un ejército de hijos;
- O porque marido y mujer son “tremendamente tranquilos” y acaban por “sobrevivir” descuidando aspectos importantes de la vida y educación de los hijos:
- etc, etc.
d) Con respecto a esta última hipótesis – criar a los hijos al estilo “descuidado” – tengo presente algunos casos concretos que conocí:
- Un matrimonio con once hijos, generalmente muy bien vestidos y arreglados, pero que, en términos escolares manifestaban graves dificultades que los padres no conseguían ayudar a superar, bien como carencias afectivas resultantes de situaciones insólitas como, por ejemplo, la de, con frecuencia, los padres se olvidaban de ir a buscar a uno de sus hijos o de sus hijas a una fiesta de cumpleaños o incluso al club de la obra después de que el niño hubiera estado una semana en actividades fuera de la ciudad...
- Otro matrimonio de supernumerarios en que la madre, para más señas médico de profesión, dejó de trabajar al 8º hijo y tuvo dos o tres más corriendo riesgo de vida tanto en los embarazos como en el parto.... Además de eso, las condiciones económicas era muy limitadas por lo que vivían en un apartamento pequeño perfecto para cuatro o cinco personas.....
¡Son vidas donde la frontera entre “heroísmo” o “fanatismo” se confunde!
5. Cuando solamente uno de los miembros de la pareja es de la obra, la situación acostumbra a ser algo diferente porque el otro elemento se opone a seguir estas exageraciones. Además de eso, acaba muchas veces por servir de argumento para aquel que es de la obra para “protegerse” del ataque cerrado de los directores/as (y, eventualmente, del sacerdote), invocando la opinión contraria del marido o de la mujer....
a) Pero ni aun así escapará al “estilo inquisitivo de la obra”, porque le preguntarán miles de veces: ¡¡¡¿Pero entonces vosotros pensáis quedaros con esos cuatro hijos?!! ¡¡¿Pero tienes conciencia de aquello que no puedes hacer para evitar nuevos embarazos??!!! ¡¡¿Tienes claro que el acto sexual debe ser realizado de forma completa para que sea lícito?!! ¡¿Y que no se puede buscar directamente el placer sexual y que es ilícito consentir en ese placer cuando no sea alcanzado mediante las citadas “relaciones sexuales completas”?!! Y que......
b) De vez en cuando el sacerdote aumenta algo en la confesión (o en la dirección espiritual) siempre en el mismo sentido, lo que agrava muchísimo el sentimiento de culpa porque así el “asunto” aparece asociado a las materias de confesión, o sea, a los “pecados” contra el 6º mandamiento....
6. Este tema tiene en el seno de la “obra de S. Gabriel” varios desarrollos que aun no referí:
a) Uno muy curioso y con una elevada dosis de riesgo, es el fenómeno de los nacimientos tardíos: se trata de parejas o de mujeres que conocen la obra alrededor de los 40 años, que ya tienen una familia formada por dos, tres o más hijos ya crecidos... y que, fruto de la influencia de los directores, acaban por concebir una o dos criaturas más, que nacen con un intervalo de diez o quince años en relación a los demás hijos.....
b) En estas situaciones, como además en todas aquellas en que la madre ya no es joven, la posición oficial de la obra es de “total insensibilidad para los riegos de nacimiento de una criatura deficiente, bien como para los riegos que atañen a la propia madre....”¡ Los principios son aquí absolutos, no se pueden adaptar a las situaciones concretas! Y entonces, a veces, surgen situaciones dramáticas:
- Una supernumeraria que con nueve hijos tuvo un hijo con Síndrome de Down; y después todavía volvió a quedarse embarazada y pasó los nueve meses de embarazo llorando por la elevada probabilidad de volver a tener una criatura deficiente..... ¡lo que se confirmó! Todas las personas de la obra decían: “Es una santa, Dios la recompensará! Ninguna directora se cuestionó si sus posiciones tan “inflexibles” no habrían conducido a semejante situación, ni mucho menos cómo es que esa pareja iba a vivir pues pasaba a tener once hijos dos de los cuales eran deficientes y con necesidad de apoyo especial.
- Una supernumeraria amiga mía que vive al otro lado del Atlántico me telefoneó un día llorando porque supo que estaba embarazada por quinta vez. No es que no adore a sus hijos, pero, en la casa en donde vive, más de cuatro hijos supone una vida muy difícil: la familia está a miles de kilómetros; no hay “empleadas de hogar”, no hay guarderías antes de los 3 años de edad (y hasta esa misma edad, las que existen funcionan a tiempo parcial); y el marido pocas posibilidades tiene de ayudar en casa porque viven de un solo salario y por eso él tiene que “reforzar” su dedicación en el trabajo ¡para poder sustentar una familia tan numerosa!
(continuará)
Marypt
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Publicado el Friday, 18 November 2005
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