Apreciado Iván:

Puedo comprender los miedos y temores que expones en tu carta a ser utilizado o manipulado por terceros. Lo entiendo, digo, porque efectivamente quien ha pasado por el Opus Dei y su dinámica (debido en gran medida al doble lenguaje y al cotidiano uso de la reserva mental a la que aludía hace unos días) acaba, como tú dices, “escaldado”. En eso me identifico contigo: a cualquier grupo le busco mentalmente las vueltas, no sea cosa que pretendan hacer de mi un número para sus fines. Es un “chip” que me queda a mí, y creo que a muchos. Herencia marca de la casa, ya ves.

Ahora bien, dicho esto, no puedo compartir contigo en modo alguno la dureza que empleas para descalificar la iniciativa. Yo no firmé el escrito. No lo hice por razones personales. Pero guardo una profunda admiración a todos los que han sido capaces de rubricar un documento que, como todo, puede ser perfectible, pero que es un primer paso. Llevo colaborando casi tres años en esta página. Muchas han sido las grandes aportaciones de ex miembros para conocer los entresijos de un sistema que yo, con mi relativa corta experiencia dentro, no alcanzaba a ver. El escrito, que no es iniciativa de la web, tiene la virtud de aglutinar a unos cuantos (pocos en relación al número de ex miembros que comparten su contenido) que han sido capaces de pasar de las musas al teatro: de la teoría a la acción. Eso merece un reconocimiento.

Ya te digo que no me encuentro ahora en condiciones de actuar, pero considero excesivamente fácil y, por qué no decirlo, un tanto ruin, descalificar con suspicacias a los que han tenido el valor (porque hay que tenerlo) de firmar con su nombre y apellidos esas letras. Escribir testimonios con nicks o nombres parciales (como es mi caso) es sencillo porque no compromete a nada. No quita veracidad a los datos, pero uno (yo mismo, insisto) queda inmune a cualquier reacción en contra.

Sinceramente no creo que nadie pretendiera que firmáramos un cheque en blanco para “hacer bulto”. El primer borrador del documento, si no recuerdo mal, se expuso en la página semanas antes de enviarse. Cualquiera podría haber realizado sugerencias y aportaciones. Ahora, una vez remitido, es muy cómodo criticar e incluso, como tú haces, conjeturar acerca de presuntas oscuras intenciones de sus promotores. No, no comparto tu reacción, Iván. Saludos