Fan, confieso que no es de mi gusto (diría que más bien me desagrada) hablar de política en una web destinada a recoger comentarios sobre el Opus Dei, pero me veo obligada a ello por, diríamos, alusiones.

Ante todo, quiero manifestar mi respeto por todas las opciones políticas democráticas, esté o no personalmente de acuerdo con ellas, y, dicho esto, me declaro ante vosotros militante -con carnet y participación activa- de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Esquerra es un partido de izquierda no marxista, republicano y catalán, como dicen sus siglas; respeta el juego democrático y sus normas y, asimismo, respeta la libertad de las conciencias de las personas. No odia todo “signo católico”, no sé de dónde saca Fan esta afirmación tan contundente; es un partido laico, como tantos otros –incluso el mismo PP no se declara católico- y en sus filas militan personas de todas las creencias, precisamente porque el partido, en este tema, no se inmiscuye.

Fan, no entiendo por qué afirmas que el separatismo es incoherente para un católico y te agradecería que me lo explicaras; te concretaré que yo no soy “separatista”, sino independentista: es decir, deseo que mi patria, Catalunya, recupere la libertad de decidir por ella misma lo que a ella le concierne, sin subordinaciones que le fueron impuestas por una derrota militar (1714). El derecho de los pueblos a su autodeterminación ha sido reafirmado por los últimos pontífices en documentos y discursos, y no entiendo que lo que es válido para, por ejemplo, Lituania, Estonia o Letonia, sea inaceptable para Catalunya. ¿Acaso la Iglesia ha de hacer acepción de personas por su origen geográfico?

He pasado unos meses en Bulgaria, un país de tradición ortodoxa que, a mediados del siglo XIX, consiguió independizarse del Imperio Otomano, después de cuatro siglos de dominación. En Sofia, su capital, admiré la catedral Alexander Neski, erigida, como dice una inscripción a la entrada, para honrar la memoria de los búlgaros, moldavos, ucranianos, rusos, fineses (y creo que me dejo algunos) que dieron su vida “para liberar a Bulgaria del yugo de los turcos”. ¿Dañaron estas personas a la “Iglesia Universal” por desear la independencia de Bulgaria? A mí me parecería un poco fuerte afirmarlo.

Evidentemente, no deseo atraerte a mis filas, entre otras cosas porque el proselitismo fue en la Obra mi gran asignatura pendiente, pero te pido respeto para opciones políticas que no sean la tuya y, si te es posible y te interesa, una mayor profundización en la historia de Catalunya y de sus raíces, que, por cierto, son bien cristianas: Tarragona fue la sede primada de la península Ibérica.

Un abrazo

Anna