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 Correos: Sindrome de Estocolmo.- Blue

020. Irse de la Obra
Blue :

Hola a todos!

Hace un mes descubri esta web por medio del "Codigo Da Vinci". Me quedé fascinada, porque muchas veces había imaginado lo positivo que sería para todos los ex-numerarios (sobre todo los recién salidos) un portal así, donde podrían reencontrarse, reanudar sus amistades pèrdidas por el camino, intercambiar experiencias en plan terapia de grupo y tal, procurarse apoyo mutuo y, en definitiva, salir de ese aislamiento al que todos, al principio, se ven sometidos, (al menos los que yo conozco) y poder superar el batacazo con mucha más facilidad.

Sin embargo, cuando vi esta web me encontré con que lo que me parecia una "gran idea" se había quedado enana al lado de esta realidad casi inabarcable, pues para poder leer todo lo que contiene no hay horas, dias, ni meses suficientes aunque fuera full time.



Los contenidos interesantísimos la mayoría, me han dado a conocer muchas cosas que ignoraba, los documentos internos (¿cómo es posible filtrarlos?), las confidencias de todo tipo, desde teólogos y gente que trabajó codo a codo en la más alta jerarquía de la cosa, (con la que la gran mayoría no ha tenido oportunidad de intercambiar nunca una palabra) hasta auxiliares, esas auténticas desconocidas dentro de la institución, pasando por antiguos miembros que convivieron con Escrivá y pueden contar un sinfín de anécdotas del fundador tan inéditas dentro de la casa como significativas. Asimismo, libros imposibles de encontrar en el mercado, noticias, opiniones, artículos para partirse de risa (ayer noche lloraba de risa con Satur en la cama -o sea, en la cama estaba yo, leyendo cosas que había imprimido de Satur, malpensadooooos), testimonios que te ponen la piel de gallina.... Un océano infinito de sentimientos, sabiduría, humor, asombro, ganas de ayudar, sinceridad descarnada, cabreos, alegrías, incertidumbre, miedo, dolor, descubrimientos, esperanza..

Nada más conectarme por primera vez escribí dos o tres cosas y entré un rato en el chat, pero desde entonces no he podido volver casi por lios de mi live. Sin embargo, he pensado mucho en esta web. No me ha dado tiempo a darme mucha cuenta, pero en principio echo de menos más trascendencia de esta web a la vida real, en el sentido de que tengo la sensación de que los que escriben no llegan casi nunca a encontrarse, charlar en vivo y en directo, bien en privado o en grupo, organizando alguna kedada (excursión, merendola. procesión, cafelito, baile, partiditas de paddle, party.. un suponer) y entonces todo se queda en experiencias individuales delante del ordenata, eso sí, pudierndo enviar, recibir y contestar, pero siempre a gente sin rostro, con la frialdad de una pantalla y sin el calor y la elocuencia de un gesto, un tono de voz, una mirada... el apoyo de un amigo/a (o muchos) real, de carne y hueso, con los que compartir muchas otras cosas. (Por ejemplo las risas de dolor de tripa leyendo las crónicas de mi idolatrado Satur. Eso sola no es lo mimmo)

Supongo que complica las cosas el hecho de que no se den nombres y apellidos reales, pues esto suscitaría muchos encuentros, pero comprendo que puede haber muchos motivos para no hacerlo; yo misma tengo el mio que luego explicarè.

Y es que creo que uno de los problemas más importantes para un numerario que deja el tema es la soledad, la falta de comprensión, el aislamiento, pues con los de dentro no puede contar y de los de fuera o no se fía o piensa que no entenderían nada o le harían sentir como un bicho rarito.

Yo nunca he pertenecido a la Obra aunque si tuve mucha relación (padres, colegio, clubs, parentela por doquier, amigas que se meten, que se salen, incluso llegué a escribir la carta de admisión que una hermana mia me interceptó y tiró a la basura, no sin antes meterme una bronca de tres pares de narices, por inconsciente y por tonta)

Pero no es de mi ni de esa hermana de quién quiero hablar, sino de otra hermana, que es la responsable de que yo tenga tanto interés por estas cosas a estas alturas. Desde que tuvo uso de razón se empeñó en ser numeraria, y ahí se fue cuando yo todavía era muy pequeña. Casi no la volví a ver, y sabía de ella por mis padres, que contaban que era muy feliz y que era directora de su casa (fue de muchas casas, porque la cambiaban como a todas) Después supe que dejó de dirigir, pero ya cuarentona ella, y terminó por trasladarse al cabo de un tiempo (no sé si a petición suya o por que así se lo indicaron) a la ciudad donde mis padres y otros hermanos vivíamos.

Por primera vez traté y conocí a mi hermana, y me sorprendí muchísimo porque me di cuenta de que no tenía nada que ver con la persona alegre y resuelta que me habían contado. Estaba triste y también enferma. Le pasaban cosas muy extrañas, como perderse por la ciudad, darse porrazos con el coche, desmayarse, estar atontada no se si por pastillazos o porque -según decía- se pasaba noches enteras sin dormir... sufría fuertes dolores de cabeza.. aceitera, aceitera (como diría mi nuevo ídolo. Piedra, no te mosquees).

Aluciné cuando ví que nadie quería hablar del tema cuando yo lo exponía para poner remedio, "le hará falta un neurólogo, un psicólogo, qué se yo, pero no esta bien!!!" Mi familia opusina hacia como el avestruz, mi madre cambiaba de tema.. y desesperada, terminé por llamar a la directora de su casa que, al margen de no querer solucionar nada porque no había nada que solucionar, estuvo bastante impertinente.

Han pasado algunos años y, después de 40 años en la Opus, mi hermana se ha ido hace poco a vivir con mis padres porque, según lo que me dijo en un arranque de sinceridad, no tiene donde caerse muerta. La versión oficial en casa es que la pobre ha ido a ayudar, pues mis padres están mayores, (otra vez el avestruz) pero, aparte de que es evidente que es mentira por motivos que no vienen al caso, por ella tengo la certeza de que no es así.

Cuando me lo dijo me dio una inmensa pena, pero poco a poco la pena se convirtió en indignación, pues me parecía la mayor injusticia del mundo. Una vida entera entregada, y ahora se encuentra con 55 tacos, sin un curriculum, sin seguridad social, por supuesto sin indemnización alguna por los servicios prestados by de face, sin un euro en el bolsillo, aislada en casa de mis ancianos padres haciendo de queli (laquelimpia), encontrándose mal, y para guinda seguro que con tremenda angustia por haberle dado la espalda a Dios y condenarse en las llamas del infierno.

Le dije lo que pensaba claramente y me ofrecí para hablar con ella del tema y para lo que quisiera, pero no quiere. Le mande esta pagina web a su correo a la que no me ha hecho alusión alguna, y tengo la impresión de que no la visita nunca porque debe ver en ella al demonio en persona, y por fin me dijo claramente que no quería hablar de este asunto nunca más.

Yo no sé si se ha ido (me extraña porque no es nada rebelde y me da el tufillo de que pertenece al grupo de las que no piensan acerca de todo esto porque es pecado), o si la han echado (no creo que a estas alturas le digan que no tiene vocación, o que ya no vale y hasta la vista tenista), pero en todo caso tengo claro que tiene un fuerte síndrome de Estocolmo o mucho miedo a hablar mal por si acaso.

No puedo insistir más puesto que no quiere hablar del tema, pero está clarísimo que necesita ayuda, ¿qué puedo hacer? Me encantaría poder firmar con mi apellido y estoy segura de que alguien que la hubiera conocido leería esto y podría ponerse en contacto con ella, pero ni me planteo desvelar la identidad de mi hermana contra su voluntad, así que tengo que mantenerme en el anonimato por no descubrirla a ella.

Ojalá mi hermana lea esto y tenga alguna reacción, porque ya es el último cartucho que se me ocurre. ¿Alguien puede darme alguna luz? ¿Alguien podría contarme algo sobre el sindrome de Estocolmo de algunos ex? ¿Qué experiencia hay sobre esto? ¿Se les suele pasar al poco tiempo? ¿Hay algo que pueda hacer por ella?

Muchas gracias por leer este ladrillo, pero para mi es muy importante

Blue




Publicado el Wednesday, 21 September 2005



 
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