Verás Ana María, yo no soy ciudadana peruana (ni falta que me hace), y también he leído "tus escritos" y hasta he participado en ellos:

Y, créeme, nadie de los que cuentan, contamos, nuestras experiencias dentro de la COSA = Opus Dei, lo hacemos para figurar, o para criticar por criticar. Te pondré un ejemplo:

Cuando, en la carretera, hay una curva, o cualquier otra dificultad que hace que muchos conductores (no uno, sino muchos), se salgan de la calzada e incluso pierdan la vida, habrás visto que, para evitar que más personas tengan percances, ese lugar se ha señalizado como peligroso.  Bien, pues eso pretendemos ser nosotros: una señal luminosa que advierta a los que no tienen ni idea de lo que se van a encontrar tras de la curva que conduce a la institución del ¿san? Josemaría.

Eso queremos ser: un avisador de peligro, por eso no nos da vergüenza contar nuestra historia.

Si te pica ráscate o ves a ese psicólogo que nos recomiendas, porque, créeme, no es normal que pienses que todos (tantos) mentimos, o estamos enfermos. Te pasa como a aquel conductor que se metió en una autopista conduciendo en contra dirección y, en el momento que oyó por los altavoces el aviso de que un coche iba conduciendo en sentido contrario, no se le ocurrió otra cosa que exclamar: -¡Uno...!, ¡todos van en dirección contraria!

Que conste Ana María o Amelia, que no he querido hacer de ti la oveja que fue a por lana y salió trasquilada , lo escrito ha sido para hacerte razonar sobre que "si el río suena..., agua lleva".

Amapola