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 Correos: Ahora tengo recursos, en la obra no tenía nada.- Helena

010. Testimonios
Helena :

Queridos orejas:
 
No podía dormir, por un dolor de estomago que son sólo nervios, y un no-querer-ir-a-trabajar muy desagradable... y la sensación me ha recordado un momento similar, hace algunos años: en COU me mudé a un centro del opus, y a un colegio nuevo para mí del opus en una ciudad nueva. No conocía a nadie y el colegio era muy estricto, por no hablar de las estiradísimas compañeras. Recuerdo que ir al colegio cada mañana era una tortura.
 
Una noche tuve una discursión con la directora del centro. Fue durante la cena: ella hizo un comentario burlón sobre mi. No era el primero, y en público. Me levanté de la mesa, con mucha dignidad, cogí la puerta y me fuí.
 
Anduve sin aparente rumbo un tiempo, hasta que llegué al centro de uno de los puentes que cruza el río. Me di cuenta de que, sin saberlo, me estaba dirigiendo hacia el centro donde vivía uno de mis hermanos mayores. Iba a pedirle que me dejara dormir con él. -supongo que era una estupidez, pero era la unica persona a la que podia recurrir en ese momento, en esa ciudad nueva para mí, sin dinero, con 16 -no vividos- años y a esas horas.
 
Pero me paré en el centro del puente, y estuve allí un tiempo. Estaba sopesando las opciones que tenía: ir a ver a mi hermano, volver con el rabo entre las piernas a mi centro, o acabar con todo de una vez. Creo que fue la primera vez que pensé en el suicidio.
 
Meses después, durante el 1º y unico verano en el centro de estudios, salía a la calle con la esperanza de que un coche me atropellara. Me asomaba a la ventana y pensaba con desesperación: "si me tiro, desde esta altura, no conseguiré morir". La idea de que un coche me pillara era obsesiva. Era mi salida, la solución a todo. Salía con la misma ilusión que cuando vas al kiosco a por un cupón y piensas:"esta vez sí, esta vez yo soy el afortunado: Hoy mi vida por fin va a cambiar".
 
A veces deseaba quizas no morir del atropello, pero sí despertar en un hospital, recuperarme en él y desde allí no volver nunca mas...
 
(esa noche sobre el puente, tuve la suerte de que una agregada joven que iba por ese centro pasó por allí, me vio y me llevó a mi centro. Me desahogué con ella y en el centro me recibió la directora con mucho cariño)
 
El día que me dijeron que me debía de ir (tuve una gran suerte, pues yo nunca habría sido capaz de decirle que no a Dios, dejar la vocación y todo eso. Yo luchaba hasta sangrar, en ese sentido-y en los demas-) bueno, si sobreviví a aquello...
 
A veces, cuando se complican las cosas, pienso en qué facil sería todo: sólo hace falta una cuchilla... pero recuerdo esos momentos, y ... como voy a dejar de vivir ahora, después de lo que he pasado!!! Si mi vida ahora es la gloria, si no tengo problemas, después de todo...!
 
Realmente, nada que pueda surgir ahora tiene comparación con lo de aquellos tiempos. Cualquier problema le llega a los de entonces -yo mataba a mi Jesus con cada pecado, ¿como se puede vivir con ese dolor en el alma?- a la altura del zapato.
 
Incluso, aunque ahora tuviera realmente problemas -gracias a Dios aun no tengo hijos ni hipoteca....- ahora tengo la madurez y la experiencia, y los recursos necesarios para afrontarlos. En esa época no tenía nada... solo la obediencia, la perseverancia, el amor a un Dios que me estaba matando de dolor el alma.
 
¿Cómo olvidar todo? ¿Cómo olvidar que he amado tanto a Dios, y que ahora... Ni siquiera está la certeza de que haya servido para algo? Al reves. ¿Recordará, cuando esté ante El, cuanto le amé en un tiempo?
 
He leído otros correos. Tambien para mí la caridad era lo primero. Ahora no es que sea lo primero, es que creo que es lo único importante. Sin amor, no tengo nada. De nada sirve lo que haga el hombre, si no tiene amor. Procuro vivir fiel a esto. Pero nada más. ¿será suficiente?
 
Un beso chicos!!!
 
Helena



Publicado el Monday, 15 August 2005



 
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