Hola:

Primero que todo quisiera felicitar a Marina por su carta de dispensa (bueno de petición de dispensa de blah, blah…), ¡que claridad de ideas! Además, demuestra una lealtad a sus convicciones que en mi caso no tuve. Mi carta de petición de dispensa fue muy "de compromiso".

Creo que seguimos experimentando/sufriendo la presencia habitual de internautas casuales y apenados en este sitio y me parece que como siempre buscan armar jaleo sin llegar al meollo de los asuntos. Suscribo a la respuestas dadas por Ántrax y Claire Fischer a Ramírez y confieso que las intervenciones de Isabel Riñón y Grace me causan un poco de risa. Más defensores desinformados (o tal vez muy demasiado bien informados) de la obra con los mismos argumentos de siempre: que si no tienen trato con el Señor (esta frase es marca de origen), que si me dan lastima, que estoy muy apenad@ con su situación, etc. Además, siempre desde una situación 'fuera de los esquemas habituales'... que soy cooperador(a), ex en buen plan, amigo/conocido de alguno de ellos que es lo mejor, indio y no cacique, etc.

Otra perla es lo del Santa Rita Rita Rita Rita Rita Rita Rita Rita… y otras maneras tan poco corteses.

Precisamente lo que yo personalmente espero (y que tal vez nunca llegue a suceder) es que alguna persona directamente involucrada en el gobierno del Opus Dei a nivel regional o central responda a las denuncias hechas en este sitio sustentando sus afirmaciones de la manera en que esto sea posible (lo que ves escríbelo -¿les suena en AOP? ¿y en Orejas?-). Además sin recurrir a la socorrida argumentación de que los que escriben aquí tenemos poco valor -o nuestros testimonios- por no dar nuestro nombre a conocer. Para sustentar esto me sirve mucho la frase que Ruiz Retegui cita en alguno de sus textos "la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero" y por otro lado alguien escribió en este foro (no recuerdo donde) "la verdad no necesita padrinos".

En resumen seria algo de este estilo:

"yo, defensor de la región de Tal/vicesecretario del consejo/vicario nosequé, de nombre y apellidos Luis Mernabo de la Chicha de la Coronilla y Acevedo, he estado al tanto de los escritos que aparecen en este sitio por encargo del Padre y al respecto tengo que decirles lo siguiente …"

¿Esta claro? (esta frase es de fácil recordacion para muchos)

Realmente yo no suscribo todos los escritos que están publicados en Orejas, y creo que es el caso de todos y en un lugar como este es lo lógico, pero lo cierto es que los testimonios y demás escritos en plan más doctrinal publicados tienen una fuerza difícil de controvertir. Porque poner de acuerdo a tantas personas de diversos lugares geográficos, edades y situaciones en escribir acerca de sus experiencias dentro de la institución y que los testimonios sean muy parecidos en ciertos aspectos esenciales es sencillamente imposible.

Otro criterio de credibilidad -que aprendí en mis estudios de Teología, algo le tenía que quedar a uno- es la discordancia. O sea que cada uno ve las cosas desde su irrepetible punto de vista y por esto hay cierta dificultad para aceptar plenamente los testimonios de todos, especialmente aquellos que realmente representan situaciones únicas: por ejemplo, aquel donde alguna directora obliga a su dirigida a postrarse en sus cuatro extremidades y ladrar o aquel que apareció hace poco en la que alguna teme a que una cámara de vigilancia sirva para descubrir una pequeña falta que en ese momento la torturaba. Bueno, creo que en ningún centro que pisé había una cámara de vigilancia y menos una al lado del refrigerador (y yo viví en una casa con admon. auxiliar, así que yo tenía entrada al refrigerador del office en ese centro y alguna vez entré a la zona de la admón. cuando no estaban presentes a raíz de una pequeña emergencia. Para los escépticos acerca de mis escritos, espero que la aclaración sea valida ;-)).

Pero lo cierto es que la mayoría de los testimonios aquí publicados coinciden en algo esencial: el agobio, la angustia y en algunos casos la desesperación producida por la doctrina que maneja la institución hacia los de adentro y especialmente hacia los numerarios y agregados (creo que numerarias y agregadas ya van incluidas en los términos anteriores y no insistiré de ahora en adelante en escribir numerari@s y agregad@s) y la praxis asociada a esa doctrina. Las dobles verdades muy al estilo de la "santa extorsión" de ebe (entrar u ofender a Dios y luego te quedas adentro o pones en juego tu salvación eterna) y la confusión entre la Iglesia y la Obra (ver Nuevas Herejías. Iván y La barca del Opus Dei. e.b.e.)

Respecto a lo último creo que como siempre hay doctores en Orejas que han aclarado mejor las cosas y a ellos me remito (e.b.e. otra vez -saludos- La Obra como revelación), pero no quiero dejar de compartir con ustedes un pequeño texto de Vittorio Messori (que pena me simpatiza mucho este tío aunque es de esos defensores "desinformados") sobre el origen sobrenatural de la Obra:

"Sorprende que tantos voluntariosos investigadores de los “secretos” de la Obra no se percaten de que justamente aquí está el Secreto, verdaderamente fundante, de una realidad que es anómala también en la Iglesia, en la que es la única Prelatura Personal. En el origen, aquí no hay una “fundación”, sino más bien una “revelación”. Todas las familias religiosas católicas han nacido y nacen a partir del celo de creyentes que individuan una necesidad, una meta, un objetivo, sobre el que se debe aplicar caridad y esfuerzo. Aun inspirados y guiados desde lo alto, fundadores y fundadoras, movidos por una necesidad específica, elaboran planos, hacen proyectos, organizan a sus colaboradores, forman discípulos. Sin embargo, con el Opus Dei no ha sido así" (Vittorio Messori Il Corriere della Sera. 6 de octubre de 2002)

Vittorio, ¿has comentado esta anomalía con Benedicto XVI?

El texto se encuentra disponible en Internet para el que lo quiera buscar.

Como ya he podido aclarar leyendo algunos analisis realizados por otros en este sitio, técnicamente no es lo mismo tener un origen sobrenatural por inspiración (que lo tienen muchas instituciones en la Iglesia y que es lo que afirma la Iglesia acerca del Opus Dei) que por revelación (aquí dos casos: la Iglesia y el Opus Dei -según su propia opinión-). Y no exagero porque yo mismo corrobore este convencimiento con varios sacerdotes con muchos años en la Obra estando dentro y no lo hacía por sacarles capciosamente la afirmación sino porque yo también estaba convencido de ella, y parece que Messori -como muchos de nosotros en su momento- se asombra ante la audacia de esta afirmación que el fundador hizo de su Institución.

Saludos,

Tartarín