Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Correos: Discernimiento vocacional.- Fulcro

050. Proselitismo, vocación
Fulcro :

Querida Marina:

Ya te han escrito muchas personas dándote sabios consejos con el corazón en la mano y aportando experiencia. Poco me queda a mí que añadir. Pero he tenido tanta amargura al ver lo que les sucede a algunas personas con el paso de los años si no se marchan del opus dei cuando empiezan a tener trastornos depresivos que, aun a riesgo de repetir lo que se ha escrito tantas veces en nuestra web, no tengo más remedio que decirte algo. Perdóname si lo que voy a escribir lo hago en tono maximalista, pero es que en este caso no puede salir otra cosa de mi teclado.

Y es que una vocación –cualquier vocación– es vocación en la medida que uno se siente a gusto con ella, con independencia de las malas rachas. Experimentar sentimientos gratos es lo propio de una dedicación vocacional verdadera, y también es la prueba de que las cualidades que se poseen se corresponden con esa supuesta vocación. No se puede confundir una llamada, mandato, o como se le quiera denominar, que raramente hace Dios a una de sus criaturas según nos muestran las Escrituras, con un “camino vocacional”, real o supuesto, organizado por seres humanos. Solo en el primer caso se podría hablar con propiedad de una “voluntad” divina, mientras que en el segundo esa voluntad es la que Dios ha tenido siempre a lo largo de la historia de la humanidad: que hagamos lo que, literalmente, nos dé la real gana; con la única certeza que nos ha sido dada hace tan solo 2000 años, de que amándole a Él y al prójimo (cada uno según su peculiar manera) cumplimos su voluntad. Por el contrario, experimentar con asiduidad “asfixia, claustrofobia, hartazgo…”, según tus propias palabras, también es la evidencia de que esa vida, dedicación, o lo que sea, no está hecha para el que lo padece. Si además la salud comienza a resentirse, no se precisan más evidencias para mandar a paseo cualquier compromiso que solo interesa a los que nos mentalizaron.

Escrivá decía una gran verdad: que se estaba en el opus dei porque a uno le daba la gana. Pero lo decía con cinismo. En efecto, mientras que es verdad que el “dar la gana” (esto es: que a uno le apetezca, le guste, sienta placer en ello) es la prueba de que ese supuesto camino vocacional divino, humano, o simplemente imaginario, a uno le viene bien, por otro lado atemorizó –infundadamente– con sus palabras, doctrinas y “santas coacciones” para evitar a cualquier precio que alguien se decidiera a abandonarlo; decisión que para él –injustamente– siempre supuso una defección. El que este hombre no fuera consciente de sus contradicciones no le resta contenido a ese cinismo sino solo a su posible culpabilidad moral.

Contradicciones, disociación... ¿quien sabe?. Lo cierto es que según narran sus biógrafos Escrivá sabía perfectamente que no tenía vocación al sacerdocio. Y lo sabía, precisamente, porque no le gustaba nada ser sacerdote (o cura como él decía). Y para colmo, “sabía” que Dios no se lo pedía. Al final se hizo sacerdote por motivos muy interesantes de analizar, pero no en esta ocasión. Lo importante ahora es saber que el mismo hombre que identificaba el sentirse a gusto con la vocación verdadera, y que lo experimentó en su propia carne, negaba a sus pretendidos “hijos” la posibilidad cierta de no tener vocación para perseverar en su enfatizada Obra.

Los que nos hemos ido, venciendo la disparatada idea de la condenación eterna que este fundador se inventó, hemos rehecho nuestras vidas y hemos experimentando a la corta o a la larga la alegría de volver a ser nosotros mismos (los testimonios de nuestra web lo demuestran). Por el contrario, quienes decidieron perseverar a pesar de la evidencia que su enfermedad les aportaba... He podido contemplar con desolación e impotencia por mi parte, cómo algunos han llegado a la discapacidad cuando la depresión y enfermedades derivadas se hicieron definitivamente crónicas, a pesar –o más bien “por”– de estar bien atendidos por siquiatras y sicólogos de la Obra. Son las víctimas silenciosas de la “santa coacción” más inermes e indefensas que he conocido (por cierto, tienen una inteligencia muy brillante).

La vida fuera del opus dei no tiene por qué ser un camino de rosas, desde luego, pero recuperar el control relativo de nuestro destino y volver a ser dueños del don más preciado que Dios nos ha dado, al que llamamos Libertad, es indispensable para los que no queremos ser esclavos y para los que sabemos que el amor para que sea tal, y no sea servilismo, tiene que estar edificado sobre ese don.

Permíteme que me dirija a ti como si fueras una hija mía (creo que la diferencia de edad lo justifica): no dudes querida mía, no caigas en la trampa que quizá inconscientes del daño que hacen te están tendiendo. Eres joven y pronto aprenderás a sacar partido de tanta y tan dura experiencia por la que has pasado, y te servirá para tu provecho y para el de los demás, amando con ese corazón que Dios te ha dado y empleando tu estupenda inteligencia en lo que realmente te puede hacer feliz.

Un beso muy fuerte de
Fulcro

P. D.: Querida Minerva: Tu sobrecogedor testimonio me deja sin palabras. Te lo agradezco y me alegro enormemente por la nueva vida que has emprendido. ¡¡¡Que seas muy feliz!!!.



Publicado el Friday, 01 July 2005



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 050. Proselitismo, vocación


Noticia más leída sobre 050. Proselitismo, vocación:
27 pasos para que pida la admisión una al mes.- Webmaster


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.121 Segundos