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 Tus escritos: Misterios por resolver (III).- Marypt

070. Costumbres y Praxis
marypt :

Sigue horrorizándome cómo todavía tengo en la cabeza tantas “buhardillas con telas de araña” con respecto al Opus Dei. Pido la ayuda de los participantes de la web para resolver algunas dudas:

 

A) ¿Cuál es la función del Colegio Romano de Santa María?

 

  • Muy pronto comencé a oír hablar de un centro maravilloso, situado en Castelgandolfo, cerca de la residencia de Verano del Papa (pude confirmar que era realmente encantador durante mi participación en los Univs), en el cual algunas numerarias escogidas iban a hacer un curso fantástico y a tener la oportunidad de estar dos o tres años en el corazón de la Obra. Lo máximo eran, naturalmente, las visitas del Padre que podían acontecer en cualquier momento y dejaban la casa vuelta del revés...


  • Confieso que en mis tiernos 15 años pensé que sería para mi una oportunidad fantástica. Entretanto el entusiasmo fue disminuyendo, no sólo porque pretendía ser solamente supernumeraria, sino también porque algunos de los relatos de las “agraciadas” con esa maravilla me crearon bastantes dudas.
  • La primera de esas dudas es la de que, en realidad, no se sabía bien en que consistían los estudios en el Colegio Romano femenino. Entendía que en el Colegio Romano masculino, los numerarios se preparaban para ser ordenados; pero en el equivalente femenino se oía hablar de un “curso de ciencias de la educación” y de estudios de “Pedagogía”.... Pero, por otro lado, también parecía que estudiaban materias filosóficas como Metafísica y otras.
  • La verdad, una numeraria que había sido mi gran amiga de la infancia fue enviada para allá y yo nunca supe qué es lo que ella estaba estudiando. En el centro decían poca cosa; sus padres sabían poco más que yo; ella no explicaba nada. ¡Qué misterio!
  • Fui captando que las profesoras de las aulas de los cursos y convivencias anuales eran casi siempre personas que habían estado en el Colegio Romano (algunas de las mayores de cuando dicho C.R. aun funcionaba en la casa central de Roma). Ahora esas aulas se centraban en materias filosóficas y hasta de introducción a la teología..... ¿Sería que existían estudios de Psicología y de Pedagogía?
  • La verdad, en mi ingenuidad consideraba ciertamente que la Obra preparaba muy bien a las personas que iban a tener funciones de responsabilidad y de enseñanza dentro de la Obra, o sea, todas las numerarias. Y por eso me parecía excelente que algunas personas se preparasen en serio tanto en ciencias religiosas como en ciencias pedagógicas.
  • Las dudas sobre las ventajas del C.R. surgían también con los relatos hechos en las tertulias que me dejaban una sensación extraña. Nos contaban:
    • Que en el Colegio Romano se tenía que trabajar muchísimo;
    • Que diariamente todas tenían que ayudar en la limpieza de la casa y en encargos materiales, que no podían ser descuidados ni siquiera en época de exámenes;
    • Que tenían que tener siempre preparadas actuaciones del coro de las alumnas y otras “exhibiciones” para el caso de que el Padre las visitase, cosa que podía acontecer en cualquier momento; en ese instante todo el Colegio se paraba y se centraba en acompañar al Padre;
    • Que prácticamente no había tiempo para visitar Roma, ni para hacer apostolado directo con las personas, ni siquiera con gente que viviese en la misma zona;
    • Que la lengua oficial era el castellano y por eso la mayoría de las alumnas que frecuentaba el Colegio Romano no llegaba a aprender a hablar italiano.
    • Que, en contraste, había aulas de latín y diversas “originalidades”.

     

     

    • Por mis 17 años ya había decidido que al final sería un lugar preocupante para vivir durante años sin la posibilidad de visitar el propio país y de ver a la familia; quedando casi permanentemente encerrada dentro de una linda casa, pero impedida de conocer lo que pasaba fuera de ella. Obligada a estudia más y más, pero no pudiendo alegar eso para  poner en segundo plano tareas casera de limpieza, arreglo de ropas del oratorio, etc. Pensé también que podría ser un infierno porque nada me causa tanta irritación como estar sujeta a un apretado control de mi vida, sin dejarme siquiera establecer prioridades; y, de verdad, si había estudios que cumplir y exámenes que hacer, ¡no me parecía que limpiar los cristales de un caserón tres veces por semana fuese algo fundamental! Pero eso – y muchas otras tareas – era puesto como ejemplo de la necesidad de “en Casa” vivir siempre con cuidado en las “cosas pequeñas”.....

     

     

    B) ¿Cuál es la función del Centro de Estudios de Numerarios/as?

    ·        Con las debidas adaptaciones, también se mantiene una gran incógnita acerca de los estudios que los numerarios/as realizan en los dos años de “Centro de Estudios”. La verdad, pienso que lo que sé lo aprendí en la lectura de la web y no directamente por mi hermana ni por las muchas amigas de mi generación que por allí pasaron. Es tal el hábito de secretismo en la Obra, que pura y simplemente yo no hacía preguntas sobre las “actividades internas” del Centro de Estudios. Participaba en algunas actividades con universitarias, hasta podía ir a una tertulia cultural, pero nada sabía de lo que pasaba en los pisos de arriba reservados a las numerarias.

    ·        Pensando ahora en el asunto con la perspectiva que da el tiempo a todas las cosas, mi ignorancia – en especial en lo que se refiere a mi propia hermana – era un “non sense” total: ¡¿qué podría haber de tanto sigilo que no pudiese contarse a una hermana de sangre que era también supernumeraria?¡

    ·        Durante algún tiempo tuve la esperanza de que el programa del Centro de Estudios fuese un programa de contenido verdaderamente útil para la vida de numeraria: además de la formación relativa al espíritu de la Obra y de los estudios de carácter religioso, dedicarían ciertamente la atención a materias de psicología y pedagogía en los diferentes estados de la evolución de la persona humana. Pues si sus tareas principales iban a ser las de colaborar en la formación humana y espiritual de niños, adolescentes, jóvenes, adultos ( en todas sus variantes), sería de esperar que el “profesionalismo” con que, en principio, en la Obra se trataban todos los asuntos, llevase a que el programa de formación de jóvenes numerarias pusiese la atención necesaria en todas esas materias.......

    ·        Poco a poco fui teniendo dudas de que así fuese.... Ni mi hermana, ni cualquier otra numeraria me habló nunca de estudios de ese género; en la biblioteca del Centro de Estudios había pocos libros y casi se reducían a libros espirituales y poco más... Durante muchos años pidieron mi colaboración para diversas actividades con universitarias, pero nunca oí decir que una supernumeraria, cooperadora, o cualquier otra persona que no fuesen “numerarias y sacerdotes” entrase en las zonas reservadas a los estudios de las numerarias en formación.

    ·        Me preguntaba – y esas preguntas se fueron acentuando a lo largo de los años – ¿¡cómo es que dichas alumnas del Centro de Estudios se prepararían para realizar tareas en Centros de San Gabriel: acompañar a mujeres casadas, con hijos, con profesiones, con las múltiples dificultades que la vida coloca a quien efectivamente “vive en medio del mundo” y no dispone de una administración para cocinarle las comidas o lavarle la ropa?!

     

    ¡Tal vez ingenuamente todavía tengo la esperanza de que alguien me explique que existía alguna orientación – por más tenue que fuese – en el sentido de preparar a las numerarias para la enorme responsabilidad de “acompañar y guiar a las vidas y a las almas” de otras personas!

    C)¿Cómo se realizaba (realiza) la actualización de la formación de los numerarios/as?

    ·        En los famosos “cursos anuales” donde las numerarias desaparecen durante casi un mes para resurgir de nuevo como si hubiesen estado “en otro mundo” (recuerdo que mi hermana desconocía acontecimientos de la vida nacional como, por ejemplo, qué club ganara la liga; algo que a mi entender no tiene realmente gran importancia, pero cuyo desconocimiento hace inviable cualquier conversación normal con la mayoría de las personas, entre las cuales se contaban sus propios sobrinos); ¿en esos cursos anuales en qué es que ocupa (ocupaba) el tiempo?

    ·        Por una corta experiencia personal (ver mis testimonios) sé que saturan el horario de esos cursos con aulas doctrinales, aulas de disciplinas filosóficas y teológicas, charlas y un sin fin de asuntos.

    ·        Pero pregunto si alguien se preocupa de actualizar la formación humana en tales tareas de la psicología y de la pedagogía, en función de las tareas que cada una de las numerarias irá a desempeñar al año siguiente: una que pasa de un centro de San Rafael a uno de San Gabriel; y viceversa; una que estuviese trabajando en la Asesoría Regional y vaya ahora a comenzar a dar clases en una colegio de adolescentes; etc.

     

    ¿Será que tiene fundamente la sospecha que – cuando hacía cerca de ocho o diez años que pertenecía a la Obra – me surgió: la de que nosotros, supernumerarios (que no teníamos voto en ningún asunto) éramos como “cobayas” de las directoras que nos orientaban y atendían? ¿Y que por ventura, los célebres “medios de formación personal” (tal vez con la excepción de la dirección espiritual de los sacerdotes) resultaban sólo de procesos de formación “por tentativa y error” por parte de las numerarias?

    ---------------------------------

     

    Queridísimos participantes en la web, son estas preguntas que os pido que me ayudéis a esclarecer. Me gustaría mucho descubrir que estoy equivocada por asumir una actitud tan pesimista. ¡Pero, por encima de todo, me gustaría conocer la verdad!

     

    Marypt




    Publicado el Friday, 01 July 2005



     
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