Quiero deciros que sóis los oídos más maravillosos del mundo. Ojalá todos los problemas que tiene la gente tuvieran su página web y sus orejas de turno. Dáis una paz, una tranquilidad y un sentirse seguros y acompañados desde todos los sitios del mundo...

Hoy he charlado con gente de Perú que a su vez me daba ánimos de otra persona de México, y eso es fabuloso. Siempre me he sentido ciudadana del mundo: no entiendo (y menos ahora con internet) que existan fronteras, y me emociona que haya más personas que vivan ese hermanamiento de corazón.

Mi hija se siente a gusto saliendo con sus hermanas, ha vuelto a relacionarse con dos amigas "de verdad" compañeras de la universidad, que se están portando de fábula. Es probable que ellas lleguen más a mi hija y en ello confío. Sabéis que normalmente hablamos más con nuestros amigos porque pensamos que nuestros padres no nos van a entender. Y aún le queda tiempo para darse cuenta de que yo jamás voy a reprocharle nada, al contrario, voy a ensalzar su valor, su valía personal y todo lo que haga falta. La quiero muchísimo como para echar a rodar lo que hemos conseguido.

Me gustaría poder enseñarle todo lo que me habéis dicho y apoyado, pero aún no es el momento oportuno, aunque os aseguro que en cuanto vea la luz verde, comenzaré a presentaros. Entonces se dará cuenta de lo maravilloso que es el mundo exterior.

Leo muchas cosas que sé que le han ocurrido a ella, pero que en estos momentos no debo darme por enterada. No quiere que le dé besos ni que la abrace. Es posible que intente cambiarla de psicóloga, pero no conozco a nadie por aquí. Por eso me gustaría que me pusiérais en contacto con Alberto Moncada, mis queridos orejas.

La terapia que le pusieron era la de pintar, pintar y pintar. Algunas compañeras no se acercaban a ella, se cogían otra silla para no sentarse a su lado, (supongo que serían indicaciones del confesor ¿no?), tenía sus peloteras con la directora (que siempre me pareció una hipócrita, lo siento) pero está tan habituada a tener que dar cuenta de su vida, que sigue medio enganchada a ella. Pienso que le tiene miedo. Me preocupan los malditos miércoles que ha prometido ir por "la casa". Ya dijo que escribieran la carta al "padre", espero que lo hayan hecho.

En fin, que mañana hará ya una semana que llegó a casa y somos una familia feliz y aprendiendo a vivir juntos.  Alguien que en este momento no recuerdo me aconsejó que me la llevara fuera, pues que sepa que ya tengo los billetes para irnos lejos, a casa de un hermano que hace séis años que no ve y que está casado y es padre de dos preciosas niñas. Con él se llevaba muy bien, y espero que vuelvan a poder contar el uno con el otro.

Os quiero mucho a todos y me despido con besos y abrazos, que es lo más maravilloso que sabemos hacer los hombres y que nos distingue de los animales, je je, hasta otra.  

Luchadora