Para Luchadora. Leo Boig.

No sabia si escribirte.

Ya ha habido mucha gente que lo ha hecho y lo ha hecho muy bien: Nieves, Aquilina, Marigo, labuhardilla, serpa, Isabel Nath, Satur, Carmen Charo ... y, para mi forma de ver y de ser, muy especialmente J.C.

No sabia realmente, como muchos otros han comentado, si podrían ser de alguna utilidad mis palabras. Pero como tantos pecados tengo por omisión, te transcribo algunas ideas que me salen muy de adentro. Si te sientes confundida por tantos consejo de tanta gente, yo creo que no tienes que preocuparte demasiado de estrategias y tácticas. Creo que tu, en el fondo, sabes muy bien que hacer; aunque como te enfrentas a una institución tan “compleja” y aun fenómeno tan “extraño” como la relación de tu hija con el Opus Dei es normal que te sientas un poco perdida.

Tengo 2 hijos. Una niña y un niño. En estos momentos que escribo están tranquilamente durmiendo y siento, aunque no pueda sentirlo como tu, dolor por tu hija. Tu hija necesita ayuda, está claro que no está bien y necesita un ambiente de tranquilidad, de comprensión, de cariño y de libertad.  No quiero abundar en todos los magníficos consejos que te han dado.

Yo creo que podrías “proponerle” una “solución” que le pudiese ser atractiva. No eres tu la que va a arrancarla del yugo del mal sino que le puedas ofrecer una temporada de paz y por supuesto sin interferencias con Dios. Ofrécele pasar una temporada en casa y tal vez combinándolo con algún sitio tranquilo (algunos días de vacaciones en un monasterio u otro sitio que le pueda devolver algo de la calma perdida y que empiece a ser un punto de relación con el “mundo)  en que puede meditar, rezar tranquilamente y dejarse aconsejar de forma muy libre por profesionales de la psicología o psiquiatría (seguramente las personas de la web conocen buenos profesionales que puedan ayudarla, yo me visito con una psiquiatra a la que le puedo pedir consejo).

Le tiene que quedar muy claro, y por supuesto ha de ser verdad, que tu vas a respetar su decisión. Ella es una persona adulta y la libertad se ha de respetar cuando nos gusta y cuando no. Si ella al final decide “libremente” ser del Opus Dei pues adelante, ¡que remedio!. Tu, como todos te han dicho tantos en la web, siempre vas a estar siempre ahí.

Ella ha de saber que tu quieres solo ayudarla y le ofreces tu ayuda con plena libertad, como el mas hermoso de los regalos, sin contrapartidas y ella ha de evaluar si de la otra banda le exigen contrapartidas “reales”, sabiendo que Dios no quiere nada que no sea fruto de la libertad y que seria un gran pecado la coacción en una cosa tan seria como la vocación.  Por encima del Dios es amor, creo que debemos decir Dios es libertad. Sí.  Dios quiere que la decisión sea tomada en una absoluta libertad porque si no seria un ofrecimiento falso que podría rallar el pecado, y por lo tanto no puede ser que viva inmersa en un visión “unilateral”.

La vocación no la perderá nunca. La vocación, si ella cree que la tiene es una llamada de Dios que trasciende por encima de persones e instituciones.

Es evidente que concretando y arropando esa idea de libertad tan seductora que debería de ser para los creyentes estará tu amor, tu amor único, inigualable de madre que ninguna “hermana” ni “hermano” podrá igualar.

Espero no haber “ensuciado” tu dolor con inoportunos consejos, conceptos  y palabrería. En todo caso, piensa que te lo digo de corazón y que yo también estoy pasando una situación que no podría superar sin una ayuda profesional que se dirige a mi sin mas interés que mi bien y, por lo tanto, en el fondo, por mi felicidad.

Un abrazo muy fuerte.

Leo Boig