¿Qué pena?
Entramos a esta página, algunos queriendo y otros sin querer.
Una página que da nombres, empezando por el nombre de la valiente Agustina López de los Mozos Muñoz.
Una página que narra lo bueno y lo malo del Opus Dei, una página que siente y que ama.
Una página que detalla el porqué (que muchos no se atreven a leer) de quienes decidimos irnos. Una página de gente verdadera.
Nos dijeron que un niño ríe cerca de 400 veces al día y un adulto de vez en cuando. Por eso volvimos a ser niños, a reír y a disfrutar los riesgos de la libertad. ¿Qué se puede esperar de quienes ha perdido la alegría de vivir? Tan sólo el cilicio, la disciplina, la humillación y el desprecio por sí mismos.
Perdimos el temor. Después de muchos años de haber sufrido, ahora disfrutamos de la verdadera intimidad, del gusto por la vida y la valentía de definir nuestro camino.
Damos envidia porque tuvimos la valentía de volver a ser, de perdonarnos y superar el resentimiento contra el mundo y la Iglesia.
¿Que quiénes somos? Somos seres humanos -sin votos, ni 19 de marzos- con familias verdaderas. Nos encanta nuestra profesión y disfrutamos de la vida. Somos sujetos –no objetos- con nombre y apellido. Somos libres.
¡Qué alegría!
Jorge Santiago