entiendo perfectamente cómo lo estás pasando porque yo estoy viviendo la misma historia, solo que el hombre del que yo estoy enamorada es agregado, le conocí por motivos de trabajo y de pronto nuestra relación comenzó a ser más fluida,  él no sabe nada acerca de mis sentimientos, porque yo me he afanado en acallar el alma para que no lo supiera, aunque creo que mis ojos me delataban, y el rubor que me acompañaba cada vez que hablaba con él. Todo comenzó sin más poco a poco y cuando quise darme cuenta ya se me había clavado por siempre en el corazón, cuando le miraba sentía una irreprimible sensación de quererle, me inspiraba amor, quizá porque su mirada era la más triste que había visto en mi vida, sus ojos eran lánguidos y guardianes de una enorme pena que durante mucho tiempo no acerté a saber.

En cuanto a su personalidad, qué te voy a contar, tremendamente frío y correcto en todo lo que hace, con un cierto aire de prepotencia y suficiencia. A las mujeres ni las miraba e intentaba el menor trato posible, al principio conmigo también era así, pero un día ví cómo se le iluminaba la cara cuando me veía aparecer y su sonrisa hacía resplandecer su rostro. no pude evitar sentirme atraída porque como ya se ha comentado algunas veces en esta página, muchachos así de educados, inteligentes, bien vestidos y con buenas formas y trato exquisito es prácticamente imposible encontrarlos hoy en día.

Yo no sabía de su pertenencia al opus, aunque algo intuía, hace pocos meses me enteré de su condición de agregado, y entonces me sentí como una estúpida, durante meses había tenido la verdad ante mis ojos y no había querido verla, lo suponía, sabía que había algo que no cuadraba, dicen que no hay más ciego que aquel que no quiere ver y es una verdad como un templo.

Desde que lo supe no he vuelto a ser la misma, ahora soy yo quien lleva la pena amarrada a la mirada, todas las ilusiones que el amor se había ido formando en mi mente cayeron derruidas a mis pies aquel día porque supe con más certeza que nunca que jamás podría estar con él.

Los que me conocen me dicen que últimamente no soy la misma, que mi humor ha cambiado y que ahora soy arisca y estoy continuamente a la defensiva.

El Opus Dei se empeña en decir que tan sólo son "cristianos normales en medio del mundo", pero no es así, no tienen en cuenta que esos cristianos normales, están en el mundo, donde el resto de la humanidad lleva una vida normal, y que aunque no quieran, despiertan sentimientos, no sólo es el daño que la Obra causa a sus propios miembros, sino también el dolor que produce a todos aquellos que queremos a alguien que está dentro, somos por decirlo de algún modo los daños colaterales.

Yo también creí que sus miradas, sus palabras, sus gestos y todo formaba parte de algo más, porque como bien has dicho tú las mujeres sabemos cuando nos miran de modo " distinto ". Sólo puedo decirte lo mismo que Vicky, que te ha dado muy buenos consejos, paciencia, yo poco a poco empiezo a asumir la verdad, en mi caso, él tiene una vocación muy fuerte, y una vida muy asentada y supongo que sacarle de su rutina es imposible como poco, sólo me queda una pequeña esperanza allá en el fondo que me hace creer que al ser agregado y llevar una vida un poco más desvinculada, pueda hacer que algún día decida dejar de lado el camino que años atrás tomó y entonces yo estaré esperándole. Mientras tanto me siento afortunada porque soy consciente de que conseguí un trato con él que ninguna otra mujer logró.

Respeto su decisión, por mucho que me duela, porque es lo que él quiso, he intentado comprender qué es lo que le ha llevado a seguir allí durante años llevando una vida privada de sentimientos, y de verdad que me tragaría el sentimiento y me obligaría al olvido si él fuera de verdad feliz, pero los ojos son el verdadero espejo del alma, y los suyos van clamando a gritos su tristeza.

Tenías mucha razón en tus palabras y pienso igual que tú, no podemos luchar contra ello, yo siempre he dicho que si él toma la decisión de dejarlo no seré yo quien se lo diga, es algo que él sólo tiene que decidir, y yo lo único que puedo hacer es esperar.

Pero hay algo que me atormenta y es saber que tal vez nuestras miradas, y todas y cada una de sus palabras y de las mías hayan llegado con todo detalle a oídos de su director.

Te deseo mucha suerte y mucha fuerza para tí y para todos aquellos que encontramos en un miembro del opus dei a la persona con la que queremos compartir el resto de nuestra vida, para que algún día todas las lágrimas y el sufrimiento se transformen en sonrisas porque si hay algo que he sacado en claro de todos y cada uno de los miembros de esta página que dejaron la obra, es la gran capacidad de amar que tienen.

Enhorabuena a todos por el valor que demostráis cada día, porque recomponer una vida no es nada fácil.

un saludo,

Davinia