Os deseo a todas una feliz Navidad y un año 2005 repleto de proyectos, ilusiones, trabajo, salud, amistad y parné.

Que la web surque sin mayores problemas el ciberespacio; que aparezcan más Sátures inspirados; que a Jose Carlos se le arregle la sustancia blanca y se entere de qué va esto; que los filósofos no nos den demasiado el coñazo; que los muros de Villa Tevere se hagan Jericó ante el ruido ensordecedor de las voces que claman por la juventud perdida, por la inocencia robada; que la curia romana se vaya al garete con todos sus monseñores; que comience la época de las monseñoras; que al gordo aquinate le pongan laureles por su inteligencia pero que no le sigan la corriente; que la teología deje de querer ser ciencia y se acomode más a la conciencia. Y puestos a desear, que veamos la silla de Pedro en el Museo Vaticano y al Colegio de Obispos rigiendo democráticamente a la Iglesia de Pablo fundada en la predicación, muerte y resurrección de Jesús. Y, en fin, que, a ver si este año próximo viene alguien del más allá y nos cuenta si hay tertulias con o sin micrófono, coros interminables de almas alabando al Creador, silencio, ruido estelar, coros y danzas, toreros, putas, pícaros, periodistas y banderilleros dándole a la coca o de qué leches va eso.

Y que los pobres coman, los inmigrantes vivan felices entre nosotros, a nadie le falte trabajo. Y, en fin, a quienes tenéis pareja, ¡quereos!, y si no, al menos ¡aguantaos! (unos a otros, quiero decir; no va en el sentido de "frayle mostén, tú te lo ten").

Besos.
Bastián.