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 Correos: La Señora de los Anillos, y III --- El Retorno del R.- R.

100. Aspectos sociológicos
R :

La Señora de los Anillos, y III --- El Retorno del R.

He estado de viaje y sin acceso a la red esa última semana. Solo hoy por la mañana me pude enterar de las novedades en OpusLibros.

Escribo ese correo para contestar algunas alusiones y comentarios a raíz de mis intervenciones pasadas.

José escribe (y algun otro que no localicé dice algo con el mismo sentido):

Lo que es positivo para uno no tiene por qué serlo para otro. Si a R. la donación de su anillo le ha servido (...), enhorabuena ....a él; lo que no quiere decir que ahora todos (...) tengan que dedicar a entregar a la web sus anillos. Si al amigo ex numerario de José Carlos le viene bien seguir llevando su anillo (...), pues también felicidades y que lo disfrute.

No puedo estar más de acuerdo.

El intercambio de correos que se ha creado a raíz de ese episódio, espero que no queden dudas, no tiene tanto que ver con el anillo, sino con la oportunidad de dialogar desde diferentes puntos de vista acerca de la organización y con eso prestar una ayuda a los que la necesiten, que es la razón de ser de OpusLibros.

Sobre mis motivaciones, intenté exponerlas en mi correo del 3/12 y, por si quedan dudas, Elena, con su agudeza aquilina, lo ha expresado muy acertadamente en su comentario de 13/12

José Carlos (15/12) escribe:

Tampoco yo quiero hacer del tema de los anillos una polémica interminable; sería mucho más agradable para mí invitarte a tomar unas cervezas, porque creo que contigo podría charlar amigablemente, largo y tendido.

A mi me encantaría. Gracias. Quizás algun día lo hagamos. Mientras tanto, si quieres, pideles a los Orejas mi dirección y seguimos la conversación en privado sin aburrir a la web.

Sobre lo demás:

No me parece correcto que me digas, al respecto de "te he planteado varias preguntas a las cuales no has contestado." Si lees mis respuestas cuidadosamente, verás que sí que respondo a mucho de lo que planteas.

He leído tu correo cuidadosamente ANTES de ponerme a contestarlo y, sí, me he dado cuenta de que respondes mucho de lo que planteo en él. Pero si lees mi correo cuidadosamente verás que a más de una pregunta no has contestado, así que sí, me parece correcto decir que te he planteado varias preguntas a las cuales no has contestado, aunque a muchas otras sí, has contestado más o menos directamente. Esa última puntualización, quizás la debería haber hecho en el correo que citas y por eso rectifico ahora. ;)

Pero, para que no nos vayamos por las ramas, la pregunta que me parece más fértil al diálogo es: si eres de los que ha vivido tu "entrega" en la organización con la sinceridad y radicalidad que la organización enseña, si realmente creíste en lo que la organización decía de si misma y de ti, cómo es posible que no te haya sido traumática la desilusión de verte engañado de manera tan radical.

Ya sé (Flanpan lo ha descrito con mucha gracia hace poco) que hay en OpusLibros los que no han sufrido ese tipo de desilusión por haber recorrido una trayectoria muy distinta de la mía y de otros. Pero, por lo que nos cuentas de tu historia, me parece que no ha sido es tu caso (?)

Y si me dices algo como "no hubo trauma porque nadie me ha engañado; he sido yo lo que me he engañado", perdoname, José Carlos, pero no me parece una contestación aceptable.

Y es que la propia organización a través de su plan de "formación" se encarga de que no "te engañes" en esos puntos. Esa "formación" tiene uno de sus pilares en hacer que tu propria consciencia te aprisione. Y no estás "debidamente formado" hasta que esos mecanismos condicionantes, basados en el sentimiento de culpa y en la remoción de la auto-estima, funcionen autonomamente en tu psicología.

Creo que es esa una de las razones por que los que nos hemos esforzado por "dejarnos formar" ("sicut lutum in manus figuli", te acuerdas?) lo pasamos tan mal al desvincularnos de la organización.

Las presiones externas (amenazas, persecuciones, muerte civil etc) pueden ser mayores o menores según los casos. En el tuyo, parece que fueron practicamente inexistentes. No me cuesta creerlo: a mi tampoco me han presionado para que me quedase, más bien al revés (y eso ha sido parte de mi desilusión).

Pero mi perplejidad es: si has sido objeto de la profunda manipulación psicológica que supone el paso por la organización como numerario, si has absorbido el condicionamiento que es impuesto desde el "plan de formación", ¿como es que eso no te ha dejado las cicatrices que nos ha dejado a todos?

Como he dicho en mi anterior correo, yo no veo otra salida: o es que no has absorbido ese condicionamento de manera tan honda ("no te has entregado del todo", que te dirian en una charla) o es que sigues en buena medida con ese condicionamento ("saliste pero sigues dentro", que te dirían en algun correo de OpusLibros).

Cuando presentas en OpusLibros el cuadro de un numerario sinceramente entregado en sus (no pocos) años en la organización y que, ahora fuera de ella, sigue con un discurso tan cercano al de la organización, sin reconocer la contradicción que todos acusan, tienes al menos que comprender lo raro que suena.

Es que la contradicción de la organización es eso: contradicción. Y se manifiesta de una manera o de otra en los que van siendo absorbidos por la organización, porque tienen que incorporar esa contradicción, tienen que "ser Opus Dei".

Así que algunos absorben esas contradicciones en su personalidad, y se transformam en personalidades contradictorias, con doble vida, cuyos actos y palabras no tienen unidad; otros las absorben en su cuerpo, las incorporan en el sentido más literal (y terrible) de la palabra, sobre la forma de tumores, úlceras y otras enfermidades que tienen la función de alejarlos del "servicio activo", promoviendolos a "tesoro de la casa"; otros las absorben en su psique, sobre la forma de depresiones, esquizofrenias, manias y otros disturbios; y otros no las absorben en absoluto y son "expelidos por el organismo como cuerpo extraño" como dice el Vademecum de Consejos Locales.

Cambiando a tu segunda puntualización:

Me hace gracia que cuando argumento lo que puede coincidir con la "línea institucional", se me critica (...) como si la línea institucional no pudiera tener su parte de verdad; y cuando muestro un razonamiento independiente (...) también se me recrimina (...) ¡Joé tío, es que no hay forma de agradaros! :)

Me gusta que lo llevas con buen humor. :)

Yo diría que lo que se critica en esas situaciones es que la yuxtaposición de las dos líneas de argumentación suena como una tentativa de conciliar la "línea institucional" con el "razonamiento independiente" (por usar las expresiones que usaste) de manera poco razonable.

Mira el ejemplo que pones: en ese correo que citas lo ciñes, casi todo, en exponer la idea de que (así lo he entendido yo) si puede "redimir" la historia personal en la organización con "rectificar la intención" de una entrega que, en fin de cuentas, ha sido sincera y para Dios, aunque se haya concretizado por medio de una institución que tiene sus reparos. Y concluyes con lo que sigue, que entiendo que es la parte que llamas "razonamiento independiente"

alguien me explique por qué Dios no puede decidir llamar a alguien a servirle en la Obra un tiempo, y luego llevarle por otros caminos

(...)

Vamos, que Dios es muy grande, y trasciende a las instituciones (...)

Quizás yo lo he entendido mal y no debía haber contestado como lo hice, pero a mi me da la impresión de que en el afán por conciliar las cosas pasas por encima de algo muy importante: que el engaño que supuso la organización en nuestras vidas está en que ELLA no lo entiende así (o, lo que resulta equivalente, a ELLA no le interesa una comprensión de la "vocación" así). De eso nos ha convencido usando de medios muy cuestionables. Y pasar por encima de un punto tán importante como ese en un contexto como el de OpusLibros, José Carlos, es como "hablar de la cuerda en casa del ahorcado" ...

Sigues con tu tercera puntualización

Creo que existen varias interpretaciones posibles del material existente con respecto a los que dejamos la Obra, y de lo que abarca y significa la vocación al Opus Dei.

Pero la comprensión de la propia organización respecto a eso es lo que entiendo que está en pauta, no la tuya, la mía o la de Retegui, verdad? Por eso, creo que es pérdida de tiempo desviar la conversación hacia lo que pensamos que debia ser la organización o la "vocación". La razón de ser de OpusLibros es discutir lo que ES la organización, no lo que pensamos que debería ser, o mismo lo que ella dice que es ...

Estoy de acuerdo con que algunos miembros pueden sostener una interpretación más estrecha y apoyarla con ciertos textos, que puede llevar a las percepciones injustas sobre nosotros que tanto soliviantan a los que participan en esta página.

Pero creo que también hay personas dentro de la Obra que sostienen una interpretación cualitativamente distinta: no nos ven como condenados o infelices sino continuamente llamados a la santidad, respetan la intimidad y libertad de cada conciencia en diálogo con Dios, y admiten la posibilidad de que Dios nos quiera llevar por otros caminos. Estoy convencido: porque así lo hacía yo con los que se iban, porque así lo he visto hacer desde dentro, y porque así se me ha tratado desde que me fui.

Es también mi experiencia, José Carlos. Te cuento que el que me dió la notícia de la respuesta de mi carta de dimisión ha sido el Delegado del Consejo para Brasil, un hombre de gran corazón, pitado 2 meses antes que yo, con quién coincidi, por eso, en el centro de estudios, muchos cursos anuales etc.

Se le vía muy entristecido cuando nos reencontráramos en esas circunstancias y yo creo en la sinceridad de sus sentimientos.

No me ha amenazado con el fuego del infierno ni mucho menos. Más bien, me ha dicho, para tranquilizarme, que "ahora, con esa respuesta, no te debes considerar alejado de los planes de Dios, sino debes pensar que es una nueva manera de servirlo, que ni yo ni tú la habíamos previsto".

Bonito, ¿verdad?

Conociéndolo, yo creo que cuando me ha dicho eso, lo ha hecho pensando en mi bien, para tranquilizarme la conciencia. Y te confieso que me ha dado algún conforte emocional con esas palabras.

Por otro lado, me asombro incluso hoy con esa mi reacción, involuntaria por supuesto, pues es muestra de la fuerza del condicionamiento a que he sido sometido y de cómo mis sentimientos están (cada vez menos, gracias a Dios) controlados por el condicionamiento que me fué impuesto desde la organización. Cuantas otras como esa estoy descubriendo (y desarmando) a lo largo de ese más de un año de terapia ...

Lo más curioso es que, al mismo tiempo en que me emocioné con sus palabras, no he podido evitar pensarlo: "¿quién eres tú, hombre, para decirme si estoy o no en los planes de Dios? Y más, ¿quién eres tú para decirme, como justificante, el hecho de alguien haya puesto la firma en un trozo de papel en Villa Tevere? ¿Qué especie de proceso es capaz de hacer que un hombre inteligente y de corazón tan grande como el tuyo (que sé que lo tiene) pronuncie esas palabras sin darse cuenta de la arrogancia que encierran?"

Varias otras historias por el estilo te podría contar. Pero, en el contexto de OpusLibros, creo que es importante no pararse en la parte edificante (para la organización) de la historia, sino intentar comprenderla por completo.

Me despido una vez más con disculpas por lo largo del correo y con mis deseos de Feliz Navidad y un 2005 lleno de alegrías para todos.

R.




Publicado el Friday, 17 December 2004



 
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