Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: Hace una mañana lluviosa y fría (Cap.30 de 'A quien pueda...').- Satur

900. Sin clasificar
Satur :

Hace una mañana lluviosa y fría

Cap.30 de 'A quien pueda interesar'
Enviado por Satur el 31-10-2004

 

Hace una mañana lluviosa y fría. Una mañana de esas de domingo que invita a leer un buen libro y leer serenamente mientras escuchas las gotas golpeando el cristal. Eso estaba haciendo hasta hace una hora. Estaba leyendo un tratado sobre "La influencia económica de los movimientos migratorios de los simios en las Islas Fidji " y, llevado de la pasión que el texto me transmitía, comencé a crujirme los dedos, costumbre que arrastro de la infancia...



La verdad es que soy un auténtico atleta en "crujir dedos": puedo provocar hasta tres "clicks" por dedo, con distintos sonidos e intensidades (alguno realmente escalofriante). Debía de ir por el crujido 24 o 25 cuando La Piedra, que estaba en la cocina, vino hacia mí disparada como un defensa junto a la línea de fondo. Sus ojos me recordaron la carátula de "El Resplandor".

- ¡¡¡Para yaaaaa!!! -gritó. ¡¡¡Me estás haciendo enloqueceeeeerrr!!!
- Pero, ¿qué hi hecho?
- ¿Cómo que qué hi hecho?, ¿CÓMO QUE QUÉ HI HECHO?... ¿Tú te crees que es normal andar a tu edad con el click, clic, clic?.
- Bueno. No te enfades, pitufinita. Tengo una idea (recordando el examen que Josecar nos propuso un día en Orejas). ¿Por qué no escribimos una lista de las cosas que el otro hace y que nos vuelven locos?.
- ¿Una lista?
- Sí, asín podríamos ver en qué podemos...
- Eso me enloquece aún más. ¡Una lista!, ¡pues vas tú bueno! Además, hacer listas quita todo el romanticismo y la espontaneidad.
- De todas formas, le digo, ¿sabes lo más divertido, muamuasel?. Creo que no encontraría una sola cosa tuya que escribir en mi lista.
- ¡¡¡Ohhhhh!!!, eres un cielo.
- Ya. ¿Puedo crujir los tres dedos que me quedan?.

La Piedra y yo tenemos unas cuantas cosas en común, pero nuestros rasgos enloquecedores también están allí y, de vez en cuando, uno se pregunta porqué me pasé los primeros veinte años moldeado por mi madre, los siguientes veintisiete por la opus, y los que me queden de vida por una mujer que enloquece cada dos por tres porque grito como Tarzán, me crujo los dedos, dejo el mantel repleto de migas de pan, o soplo en un restaurante una botella de vino vacía imitando el sonido del cuerno celebrando el Regreso del Vikingo Odín.

Estoy convencido que para los componentes de un matrimonio -o como se llame ahora eso de vivir juntos-, convivir día a día es sin duda el único milagro que el Vaticano ha pasado por alto. Lo de convertir el agua en vino lo hace cualquiera, hombre; lo de encontrarse con tu Ángel de la Guarda, o con el mismísimo Lucifer en persona, eso no es nada. A mi se me presenta Belcebú y le digo "ven aquí, majete, que te voy a presentar una chica y te quedas con ella una semanita... ¡¡¡Te vas a enterar tú de lo que vale un peine!!!. Ya me gustaría ver a San Josemaría casado con una de Barbastro, o de Logroño, o de Zaragoza, y a ver si se andaba con lo de "clase de tropa", o con lo "de hacer versos de la prosa diaria"... Si, encima, como en una tertulia en Brasil, se cachondeaba de esas casadas que se presentan delante del marido con un pantalón ceñido que marcaba su "globo terráqueo" (sic)... ¿Qué pasa, San Josemaría?, ¿de guasa con las culonas?. ¿O sea, que en la opus no hay culonas, o qué?. Porque algunas sí que he visto que tienen un culazo que no se saben si venden retales o compran mollares -numerarias, agregadas y supernumerarias. ¡¡¡Y con pantalones!!!. Conocí una que le ponían bombillas de noche para que los aviones no le aterrizaran. Con eso lo digo todo.

También conocí una, secretaria de una facultad de la Universidad de Navarra, que los profesores le llamaban "la culo bien". Con esto también lo digo todo: pocos "culosbien" verían allí para que ése llamara tanto la atención.

Si hubiese otra reencarnación, como aseguran unos cuantos millones, yo cogería a Escrivá y le diría "te toca casarte, campeón". Y a torear en la plaza, que desde la barrera se ven las cosas muy bonitas y muy fáciles.

También es cierto que mi otro yo, cuando piensa en La Piedra, lleno de esperanza, me dice: La amo tanto, y sobretodo ella a mi, que no me importa si cree que soy un loco que sin ella no iría a ninguna parte, o si piensa que soy un niño que debe de ir con un cordel de la mano y con un cartel con imperdible en el pecho que diga "Satur", o que intente corregirme con una insistencia maravillosa, la pobre.

Dentro de unos minutos entrará en el despacho y me dirá "¿has aparcado bien, amol de mis amores, rey mío?". Me lo pregunta desde hace tres años y medio todos los días. Todo porque una tarde aparqué mal -juro que la culpa fue del coche, que se empeñó en que cabía allí- y la puta grúa hizo el resto. Al día siguiente teníamos que asistir a una boda y, claro, se armó: entre que ella tardó en maquillarse más que Gunilla Von Bismarck y el coche, que se había ido por allí, pues llegamos al Bautizo del primer hijo de los novios.

Matas un perro y te llaman "mataperros".

Otra pregunta infinita la hace por las noches: cari, ¿has cerrado la puerta de la nevera?. Y uno le dice "sí, margarita preciosísima, la cerré, y también a ti, con siete cerrojos, en mi corazón" (Camino da para mucho).

- ¿De verdad?
- Ahá, de verdad de la buena.

Unos minutos después irá a la cocina y comprobará que, efectivamente, la puerta de la nevera está cerrada. No es nada personal, es simplemente que las mujeres no confían en la gente de otro sexo, sobretodo desde que una noche -también hace tres años- te dejas la puerta del frigorífico abierta de par en par y se echa todo a perder. Todo es todo.

No sé por qué razón me ha salido una correspondencia asín. ¡¡¡¡Y yo que quería comentar lo de los fachas del último escrito de Nachof!!! Suerte que La Piedra no lee Orejas... aunque, qué coño, la quiero. Amo a esa mujer.


continuará




Publicado el Sunday, 31 October 2004



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 900. Sin clasificar


Noticia más leída sobre 900. Sin clasificar:
ENRIQUE ROJAS: PUCHERAZO.- Isabel Caballero


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.122 Segundos