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 Tus escritos: El beso (Cap. 54 de 'El buen pastor').- Nacho Fernández

070. Costumbres y Praxis
Nacho :


EL BESO

Cap.54 de 'El buen pastor'
Enviado por Nachof el 17-octubre-2004

Una de las primeras experiencias que tuve cuando me hice de la obra en 1965 fue que se indicó que solo podía besar a mi madre y a mis hermanas, en el caso de que tuviera hermanas, que no las tengo. Por ello, quedaron excluidas mis tías y, por supuesto, mis primas. Así pasé a ser un "bicho raro" dentro de la familia. Todas ellas comentaban: "Qué raro se ha vuelto Nacho!". Y tenían toda la razón...

A mí siempre me pareció que lo de no besar a mis tías y primas era una cosa rara. No se me prohibía besar a una miss, una reina de la belleza, sino a una persona que tenía mi misma sangre. Eso lo hubiera entendido. No obstante, por obediencia, acepté las indicaciones que se me hicieron y las viví escrupulosamente. Nunca tuve una doble vida, la de la obra y la de la relación con mi familia, con la que trataba frecuentemente, pues la vida de un agregado tiene más posibilidades que la de un numerario (los dos célibes) de relacionarse con estas personas, que por algo Dios nos ha puesto a nuestro lado.

No creo que el corazón se vaya porque bese a una hermana o a una prima de mi madre o de mi padre. En 1965 ya era frecuente que cualquier persona de la calle --en la obra se dice que se santifican en medio del mundo-- se besara con sus tías. De ahí que durante mucho tiempo fui "el raro de la familia", porque no besaba, entre otras cosas. El Santo Marqués de Peralta, fundador de la institución, señalaba que teníamos que "ser del mundo sin ser mundanos". No creo (verbo que le gustaba emplear poco al autor de 'Camino') que por besar a la hermana o a la prima de mi madre pudiera ser considerado "mundano". Lo demás son escrúpulos que nos meten por la cabeza.

El hecho de no besar me alejó de ellas. Cuando una amistad se resquebraja luego es difícil de reparar. Este era uno de los puntos en los que me consideraban raro. Los otros eran no ir al cine con ellos, no acudir a las reuniones familiares, salir solo con mi madre, etc. Tenían toda la razón en sus apreciaciones.

Quiero puntualizar una cosa. En la mayor parte de España existe costumbre de besarse entre personas de familia cercana. De ahí que la orientación del opus de no besarse para "guardar el corazón" supusiera alejarse de ese mundo que el fundador decía que había que santificar.

También me pareció raro que, a la vez que se me indicaba que no besara a mis tías, sí se me aconsejara besar al fundador. Curiosamente este señor que ahora se encuentra en los altares solo besaba a sus hijos (los hombres), pero no a sus hijas. En mi domicilio familiar contadas veces besé a mi padre. Era un nuevo contraste. Sin embargo besaba a otros tios míos, hombres de pro, y eso nunca significó que se me pudiera acusar de homosexual. No era "no guardar el corazón", ni ser menos hombre.

Cuando he salido de la obra se ha resucitado todo. Eso se ha me producido también al escribir en opuslibros y leer los magníficos escritos y cartas que se publican. Algunas hermanas y tías me lo han recordado ahora. Tienen toda la razón, como las tienen mis primas.

En un viaje profesional de hace pocos años, cuando no había dejado el opus, tuve la suerte de conocer Helsinki, capital de Finlandia, país que tiene bajas temperaturas en invierno y gran parte del año. Era finales del mes de agosto. Pregunté a uno de la obra que residía allí cómo se hacía apostolado en invierno. El me respondió que uno de los sitios frecuentes de reunirse eran las saunas públicas. Allí los de la obra, totalmente desnudos --así se está en la sauna--, hablaban con los aspirantes a hacerse de la institución. Me aconsejó que esto no lo contara en España, pues aquí se entiende mal. Con el tiempo, lo he comparado con los besos que se me prohibieron desde el primer momento. Puede que lo que se permite en un sitio no se permita en otro.

Soy de la opinión que muchos de la obra, aunque se haya prohibido, siguen besando a sus tías. No es una vez que se escapa, sino un hecho frecuente. Yo seguí lo que se me dijo y, ya veis, he sido considerado "raro".

continuará


Publicado el Sunday, 17 October 2004



 
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