Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Correos: Difícil separar el trigo de la paja. Para José Carlos.- Zuri

040. Después de marcharse
Zuri :

Querido Jose Carlos:

Me ha interesado mucho el tema que tocas en tu escrito del ventiseis de julio. Creo que es un tema para personas con cierto grado de madurez. Los que no tengan esa madurez, aunque sean muy inteligentes, mejor que no sigan leyendo esta carta.

Pienso que es ambicioso, difícil y delicado.

Ambicioso porque sería genial, al menos para mí idea personal de las cosas, ser una persona tan equilibrada que pudiera seleccionar lo bueno del Opus Dei y vivirlo. Exagerando un poco, para ser Opus Dei fuera del Opus Dei. Pero esto es muy difícil de cocinar y, creo yo, tremendamente personal. No creo que se pueda buscar una uniformidad aunque sea de mínimos. Es decir, cuando estábamos dentro había un criterio más o menos general: o aceptabas todo (o casi todo) el paquete o te marchabas. Una vez fuera cada uno puede escoger lo que le parezca y prescindir de lo que no le guste. Creo que cada uno va a ser “cada uno” y que es mejor así. Bastante es que tengamos en común nuestro interés por dialogar en esta web, aún con las lógicas discrepancias.

Difícil porque es muy compacta toda la doctrina sobre el espíritu de la Obra y es difícil separar el trigo de la paja. Muchas de las ideas son axiomáticas: principios que no se demuestran pero, una vez enunciados y admitidos fuerzan la trayectoria posterior. Son atractivos pero tienen su lado oscuro que se pone de manifiesto con el tiempo y la práctica.

Delicado porque la mayor parte de las ideas en la Obra son sugerentes. Pero al desarrollar muchas se llega al absurdo. En lugar de retroceder y revisarlas una vez comprobada su falsedad por reducción al absurdo, se apuntalan con la fe (en la Obra) y las buenas disposiciones de los miembros. Otras son razonables aisladamente: por ejemplo es razonable que cuanto más joven conozca alguien la Obra mejor la entenderá; también es interesante que una persona que siente deseos de entregarse no ande para alante y para atrás; pero como se ve al juntarlas, exigirle a un muchacho de quince años escasos que se comprometa de por vida sin darle toda la información y presionándole de manera férrea para que persevere es, por lo menos un atentado contra la libertad personal y un abuso. Bueno, esto último lo he citado como ejemplo, pero seguro que a cada uno se le ocurrirán muchos otros.

Otro peligro es que San Josemaría era un excelente publicista: el mismo hablaba de la psicología del anuncio. Encontraba frases más o menos felices y las repetía hasta saturar a todos y la Obra repartía estas frases hasta el último rincón. Esas frases llegaban a sustituir la verdad, el razonamiento y la lógica.

Quiero decir con esto que intentar conservar lo bueno que tiene la Obra desde ese constructo es trabajar dentro de una telaraña: todo te atrapa, todo se enreda y todo se apoya en axiomas indirectos cuya fiabilidad habría que probar uno a uno, lo que es una labor ímproba.

Creo que es mejor para cada uno, desde fuera, ir salvando de uno en uno los ideales, las ideas, las costumbres y las prácticas que le parece que le pueden servir en su nueva situación. Cada uno a su ritmo y preferentemente, poco a poco. Sin agobiarse por lo que quede en el tintero: gracias a Dios cosas esenciales hay muy pocas en esta vida. Es decir, eso es lo que intento hacer yo.

Tras esta introducción te comento lo que se me ocurre a mí del cuestionario indicativo que planteas. Mi forma de ver las cosas.

- el trabajo ordinario como medio de santificación: creo más importante y sano la santificación de las realidades ordinarias. He encontrado algunos sinsentidos en la santificación del trabajo en sí, creo que es más sano trabajar por dinero, por resolver situaciones y servir a los demás, por afición etc. y no intentar amalgamarlo en una santificación vacía de contenido, de slogan publicista. Es decir, descender a la arena de buscar motivos directos para las cosas, no trascenderlas con una visión sobrenatural de manera forzada y artificiosa.

- la vida sacramental frecuente: hombre, yo procuro ir a misa los domingos y me confieso cuando me hace falta y me encuentro en buena disposición. Pero eso es doctrina de la Iglesia

- la oración mental, personal, de trato íntimo con Jesucristo: Algo que quisiera que se pareciera a eso, pero que es mi personal modo de rezar, me brota de vez en cuando.

- la devoción a la Virgen. Rezo algunas oraciones y le pido ayuda alguna vez pero tengo la convicción de que la Virgen está hasta el gorro de que la metamos en nuestros fregados y que la responsabilicemos de la voluntad divina.

- el ascetismo sonriente. Prefiero sonreír o ser amable en la medida que puedo (pero debo reconocer que con los años me voy volviendo renegón)

- el desprendimiento de los bienes materiales. Todavía no le he hincado el diente a eso. Por ahora prefiero acumular unos pocos.

- la mortificación interior por dar gusto a los demás. Yo prefiero el espíritu de servicio y no pasar por los morros a los demás que nos sacrificamos por ellos.

- la fidelidad al magisterio. Ahí creo que cada uno debe asentar su propio criterio teniendo en cuenta el magisterio pero valorando sobre todo las propias convicciones. El magisterio orienta la vida de las personas con valores y normas. Pero las personas son más importantes que esos valores o esas normas. Esto es muy difícil de llevar a la práctica: es más, creo que aunque la ética y la moral son ciencias la vida de cada uno es un arte.

- el deseo de que las personas que queremos se acerquen a Dios: es importante pero sólo una parte del mandamiento del amor: querer bien a los demás. Hay que evitar buscar duplicarse en los demás, realizarse en los demás. La relación con Dios es algo tan personal que homogeneizarla es una aberración.

Como puedes ver al evolucionar desde las ideas de la Obra lo que se redescubre es en su mayoría doctrina común de la Iglesia. Para mí, eso es señal de que voy bien.

Bueno, chico te he comentado algunas ideas mías sobre lo que preguntabas. Ánimo pues y cuídate de los guardianes de la ortodoxia. Un abrazo.

Para todos, abrazos y besos.

Zuri


Publicado el Friday, 06 August 2004



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 040. Después de marcharse


Noticia más leída sobre 040. Después de marcharse:
El arte de amargarse la vida.- Paul Watzlawick


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.163 Segundos