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 Tus escritos: Nunca tuve vocación de numeraria. 13 años en el Opus Dei.- Rosemarie

020. Irse de la Obra
Rosemarie772017 :

Hola. Escribo mi testimonio, porque también puede pasarte a ti o a alguien cercano: Estar en la obra en un camino que no es el tuyo y que no te conduce a la felicidad plena.

Pedí la admisión con 19 recién cumplidos en un acto de generosidad con Dios, sin un conocimiento de mí misma suficiente, ya que muchos de los dones que Dios me dio conducen clara y necesariamente al matrimonio. Dios no podía pedirme llevar una vida en celibato y menos vivir bajo unas reglas, horarios, sin auténtica libertad. Conocí personas estupendas en la Obra, pero hay algunos errores, prácticas e ideas equivocadas.

A pesar de haber manifestado durante tantas veces en la charla y en la confesión mi fuerte inclinación al matrimonio, siempre me decían "es normal que te gusten los hombres", "lucha, pon los medios". Eso hice siempre, obedecí, pensando que así hacía la voluntad de Dios. Estaba bien en la Obra, pero no era plena, y no podía desplegar el modo de ser de alma libre. También estar en la Obra bajo esas reglas contribuyó a que yo desarrollara una enfermedad: la fibromialgia. En los peores momentos de dolor y de tristeza propios de esta dolencia, yo le decía a Dios: "en realidad necesito el cariño de un hombre". Un cariño fraterno no me bastaba. Sufrí mucho. Por providencia divina me mudé de ciudad y allí conocí al que hoy es mi esposo. Estoy convencida de que Dios lo puso en mi camino, todo lo que pasó fue cono planeado por dios para permitir que yo saliera de la obra sin problemas de conciencia, viendo que era una respuesta a mis oraciones y sufrimientos.

Nuestra historia de amor es maravillosa. Somos almas gemelas. A pesar de haber puesto todos los medios para tratarlo solo como un colega, haber rezado más, etc., me enamoré profundamente, aunque lo negué "porque quería ser fiel a mi vocación". Un día me aconsejaron en la charla cortar toda comunicación con él. Seguí el consejo por un día, pero era tanta la pena.... volvimos a hablar. Él me dijo que quería casarse conmigo. Que estaba seguro que estar juntos era algo de Dios (también es católico). Yo le dije que a pesar de estar enamorada de él no podía irme del centro, sin al menos recibir una señal de Dios. Ambos rezamos y vinieron varias señales. Sobre todo la paz al comulgar. Ese día dejé el centro para nunca más volver. Salí solo con mi bolso, no tenía dinero. Incluso dejé mi auto. Me encontré con él. Desde ese día fui infinitamente feliz y libre. Tuve siempre mucha paz, la paz de hacer lo correcto. Con mi novio fuimos a misa. Un sacerdote mayor nos vio y se enterneció y nos bendijo. Estábamos muy felices. Gracias a páginas como ésta supe que lo mejor era no dejar que te convenzan de regresar al centro mientras sale la dispensa. Yo me puse firme.

Vino una numeraria a hablar conmigo. Me dijo algunas cosas fuertes. Yo le dije que la conciencia es un templo en el que solo dios puede entrar. Me quedé llorando después de su visita, pero mi novio rezaba por mí y me apoyaba. Me dijeron que no podía salir a la calle con él para evitar escándalos. Que esperara para ser su novia, etc. También me pidieron hablar con el Vicario de mi país. Accedí sabiendo que no sería propiamente escuchada. Que él me diría que lo piense, etc. Yo bloquee de whatsapp a todas las numerarias conocidas que podían decirme algo para "que recapacitara". Me organicé, salí discretamente con mi novio, empezamos a organizar nuestra boda. La dispensa tardaba... seguí leyendo sobre dispensa. Me dijeron que para darme la respuesta tenía que hablar con la de San Miguel. Me negué. Sabía lo que dirían. Leí que el padre TIENE QUE DAR LA DISPENSA AL QUE LO SOLICITE, así que la respuesta solo podía ser positiva. Esa conversación solo era un pretexto para hacerme desistir. Así que ese día me di por dispensada.

Anunciamos públicamente con mi novio nuestro compromiso e hicimos publica nuestra relación. 5 meses después nos casamos en una iglesia linda. Fue un matrimonio de ensueño. Desde mi noviazgo la relación con mis padres mejoró, ya que después de tantos años podía quedarme en casa con ellos por días y no en un centro.

¿Se puede ser feliz fuera la obra? Siempre hemos oído del Fundador de la Obra que quien la abandona nunca será feliz. Eso es falso, o al menos se debe entender en su contexto. Yo Viví 13 años como numeraria sin haber tenido esa vocación, en un ambiente que incluso resultó perjudicial para la relación con mi familia y para mi salud. No niego lo bueno que tiene la Obra y que me permitió estar cerca de Dios. Yo soy infinitamente feliz. Ahora casada. Tengo mucha paz, sigo siendo católica practicante. Ha sido lindo que casi todas mis amigas han apoyado mi decisión y se alegran al verme feliz. Siempre tuve muchas amigas, e intenté de verdad no instrumentalizar la amistad.

Puede que tú que lees esto no tengas vocación, la obra no sea tu camino. Se está muy bien fuera. Creo objetivamente que hay varios aspectos que se deben corregir del modo en el que actualmente la Obra funciona. Así que no estoy segura que sea el camino hacia la felicidad para alguien si está dudando. En cualquier caso, tener en cuenta: donde está dios hay paz, hay alegría, hay caridad. Si en tu centro no la hay... allí no está Dios. Dios quiere nuestra felicidad no solo eterna, también terrena. Si no somos felices en la Obra, es señal de que no es el camino. Por último, seguir la propia conciencia. Escuchar el corazón. Los directores, sacerdotes, etc., actúan de acuerdo a una estructura que aprendieron y que puede tener errores. Ello explica que yo haya pasado 13 años de mi vida viviendo un camino que CLARAMENTE NO ERA EL MÍO.

Rosemarie 




Publicado el Monday, 23 April 2018



 
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