Cada vez que vuelvo a leer la exhortación apostólica última del Papa Francisco más me entusiasma, qué carga de profundidad tienen sus palabras, no puede dejar indiferente a nadie que la lee y mucho menos a determinados sectores de la Iglesia, en especial al Opus Dei entre otros y por supuesto se han sentido aludidos directamente.

Esta semana en un retiro mensual, en una de las meditaciones Don xxxx, habló de la exhortación “alegraos y regocijaos“ y dijo textualmente: “no permitáis que se critique al Papa, no lo hagáis (esto le honra), si algo no entendéis de la exhortación preguntadlo, por favor no os quedéis con la duda y sobre todo tenemos que estar unidos al Sumo Pontífice y nunca dejarse llevar por la crítica”. Esto es una clara señal de que se han sentido aludidos y para nada les ha gustado las palabras de nuestro querido Papa Francisco.

Yo en este foro puedo decir que pensaba lo mismo de lo referenciado en la exhortación: que el Opus Dei tiene mucho grado de voluntarismo en su modo de proceder, que se creen superiores por el cumplimiento de normas, por el exquisito cuidado de la liturgia, obsesión por el cumplimiento de la ley y de la doctrina y muy poco espacio para lo que de verdad importa que es la caridad y el encuentro con el más necesitado. El Papa Francisco es durísimo en esto “que el señor libere a la Iglesia de estas formas que la detienen en su camino a la santidad”, igualmente dice que son falsificaciones de la santidad, dice que hay cristianos que quizá sin darse cuenta se dejan seducir por estas propuestas engañosas (punto 35). Me recuerda a Jesús cuando hablaba de manera tan dura y sin miramientos de los fariseos…

También comparto lo que el Papa habla en el punto 22 que no hay que entretenerse en los detalles de la vida de un santo ya que no todo es auténtico y perfecto, sino en la vida en su conjunto, otro toque de atención como dice Dax, en el Opus Dei todo lo que decía y hacía SJM es palabra de Dios y quizás no lo sea tanto, es que no lo es.

No sé las consecuencias que tendrá esta exhortación, tengo la certeza que el grado de descontento es enorme en el Opus Dei, desde luego para mí es corroborar todo lo que pensaba y además dicho por la máxima autoridad de la Iglesia. El Opus Dei tiene mucho que cambiar si quiere ser atrayente y que su mensaje cale en la sociedad, tiene que olvidarse de tanta liturgia, doctrina, normas, elitismo, clasismo y volver al espíritu del Evangelio, a la sencillez de la vida de Jesús, si no es cuestión de tiempo que esta estructura acabe destruyéndose y corrompiéndose desde dentro de ella misma.

Neo.