HISTORIAS DE TERROR Y DE DOLOR (VI)

Esta es la historia de una familia de supernumerarios y me ha llegado por medio de una persona (ex n) que los trató muy de cerca.

Nicolás y Alexandra (perdón por el romanticismo de los nombres, no lo he podido evitar)

Él, supernumerario sencillo, trabajador y bueno como el pan. Ella, acostada en una cama con lupus. Cuando a él lo cambian de centro tenían 9 hijos. Eran muy pobres, la mayoría de los hijos en edad escolar y becados en los colegios. En los centros tanto de él como de ella, se pedía ropa, comida y lo que fuera para ayudar a la familia...

Hasta que ella murió tuvo 4 hijos más. No podían pagar una clínica privada y sus directoras sostenían que ir a un hospital público era indecoroso. Los dos últimos los tuvo en su casa asistida por su hija mayor que no tenía ni la mayoría de edad pues aún asistía al colegio. Eran los únicos supernumerarios pobres de esa región.

Los hijos que tuvo en ese estado, los tuvo porque: no se pueden segar las fuentes de la vida. Alguna vez en privado un numerario conocedor del caso le preguntó al director del supernumerario en cuestión si no había modo de que el hombre no dejara embarazada a su pobre mujer tan enferma, y el director le contestó que eso sería mandarlo a buscar a la calle, lo cual sería gravísimo (como siempre, la Obra que es una ‘madreguapa’ pensando que sus hijos varones son unos sexópatas irredentos).

La mujer murió pobre, enferma y con la angustia de dejar 13 hijos huérfanos. Eso sí, muy confesada y comulgada y seguramente ofreciéndolo por las intenciones del Padre.

Algunos hijos pidieron la admisión en la Obra, otros la aborrecían. Lo que fueron terminaron dejándolo.

Esta historia en especial me ha dejado sin palabras…y mira que eso es difícil.

Cada día estoy más convencida de que la tan cacareada gracia de estado de los directores es más bien un estado de demencia avanzada.

Besos

Salypimienta.  salypimientalaencomendada@hotmail.com

<<Anterior>> - <<Siguiente>>

Ir al principio de la serie