Interesante ha sido la consulta que Share ha realizado sobre la colaboración sacerdotal de los presbíteros de la prelatura personal del Opus con el Arzobispado Castrense español. Las respuestas de Gervasio y Haenobarbo han sido muy clarificadoras.

No voy a entrar en la cuestión concreta planteada por Share, sino a rememorar un precedente que tengo grabado parcialmente en mi memoria.

Cuando el señor José María Aznar presidió el Gobierno de España entre 1996 y 2004, trabajó en el Ministerio del Interior don Juan Cotino, miembro agregado del Opus, que ejerció el cargo de director general de la Policía Nacional desde 1996 hasta 2002. Posteriormente el señor Cotino continuó la vida política –y la terminó, envuelto en graves polémicas– en la Comunidad Valenciana, su patria natal. Pues bien, si la memoria no me falla (que me puede fallar), recuerdo que por aquellos años un sacerdote numerario de la prelatura personal, cuyo nombre no me viene ahora a la cabeza, fue nombrado capellán mayor de la Policía Nacional (no sé durante cuánto tiempo lo fue). Salía de vez en cuando por la televisión presidiendo funerales de policías asesinados por los terroristas de la E.T.A.

Desde el punto de vista jurídico, me parece, si no me equivoco, que, a partir del Acuerdo suscrito por el Estado Español y la Santa Sede el 3 de enero de 1979 o a partir de otras leyes fundamentadas en el mencionado Acuerdo, la asistencia religiosa que la Iglesia presta a las fuerzas de seguridad (Policía Nacional y Guardia Civil) se articula en dos vicarías del Arzobispado Castrense. Este se dedica sobre todo a las fuerzas armadas, es decir, al Ejército de Tierra, de Mar (o Armada) y de Aire, mientras que por medio de una vicaría también presta su asistencia religiosa a la Policía Nacional y por medio de otra vicaría a la Guardia Civil. Téngase en cuenta que las fuerzas armadas son del Ministerio de Defensa, mientras que las fuerzas de seguridad pertenecen al Ministerio del Interior.

Agradecería a otros usuarios de Opuslibros que completaran las lagunas de mi memoria y que precisaran mis dudas jurídicas al respecto. En cualquier caso, rememoro aquel hecho de finales del siglo pasado para que quede claro que la colaboración sacerdotal del Opus con las fuerzas de seguridad y, ahora, con las fuerzas armadas de España tiene solera o, como escribiría Gervasio, tiene $olera.

Josef Knecht