Escribo por primera vez en Opuslibros. Sois mi libro de cabecera para muchas noches. No he sido de la Obra, solo fui de San Rafael. Creo que me quedé en San Rafael por no ser más estudiosa.

Mi madre siempre me decía que iban detrás de los que estudiaban mucho. Claro que con esto y la tontería de los 18 años, la carrera se me hizo un poco más larga pero gracias a Dios no me cazaron. Hubo una época por ahí el año 2000 que a Don Javier se le antojó lo de "a por las 500"  (vocaciones). Nunca supe si era para toda España o en mi ciudad. Aquel centro por donde yo iba era una máquina de fabricar numerarias. Más de la mitad se salieron. Iban como locas y todo era poco ético.

Creo que aprendí cosas buenas. No me arrepiento. Más devoción y valores que lo que tenía. Yo no estaba relajada porque no me fiaba un pelo. Mi padre siempre me decía: nadie regala nada. Y así fue con muchas. Les hacían la pelota para que pitaran. Y caían. Me alegro de no haber sido carne de cañón. 

Conozco gente del Opus Dei. Tengo alguna amiga supernumeraria. Han intentado mil veces que vaya a círculos o charlas o lo que fuera. Lo tengo muy claro NO. No me gusta la manera de hacer que tienen, ni las normas, ni muchas cosas. Lo bueno que hay y podría obtener no me compensa con lo otro. 

No quiero que mi intimidad la sepa nadie... solo Dios. No quiero que me manipulen. No quiero tener que confesarme por obligación. No quiero ser un robot que no profundiza. No quiero.

Quiero seguir a Jesús libremente. Quiero poder decir o hacer lo que quiera sin pensar que alguien me juzga. Quiero ser abierta de mente. Quiero ser tolerante. Quiero ser parte de la Iglesia universal.  Quiero poder llevar a mis hijos al colegio que me dé la gana. Quiero que no me juzguen por el número de hijos. 

Por todo eso digo no. Respeto su vida pero déjenme vivir la mía. Estoy tan cerca de Dios o más que ellos.

Pebe