Estimados todos:

En primer lugar, felices fiestas y mis mejores deseos para 2017.

He leído con mucho interés el informe sobre las chicas que están realizando su centro de estudios. Este tema podría tener dos tipos de comentarios.

1. La oportunidad o no de realizar este tipo de informes (sobre este punto no diré nada, pues no me siento cualificado).

2. Sobre el contenido del informe (sobre esto sí quiero dejar mi pequeña aportación)...

Comenzaré diciendo que llevo muchos años dedicado a la docencia (y que esta era una vocación anterior a mi llamado a la Obra. Mientras una se ha mantenido, la otra desapareció). Puedo realizar una comparación entre jóvenes de hace más de 20 años y los jóvenes actuales. Entiendo perfectamente que el informe es una generalización, al igual que lo que apuntaré; pero en eso se basa un informe sobre un grupo. No cabe ninguna duda de que puede haber jóvenes que estén por encima de la media -que es lo que se determina en el informe- y también jóvenes que estén por debajo de la media. Como siempre, hay una "campana de Gauss", en el que la mayoría está entorno a unos valores (pueden ser más centrados o más desplazados hacia uno de los extremos, pero es campana al fin y al cabo). Las personas que están en los extremos de la campana superan por un lado a la media o no superan la media, que son los que están en las curvas de ascenso y descenso de la campana.

Dicho todo esto: estoy bastante conforme con lo que dice el informe sobre los jóvenes actuales. Eso no significa que sean malos o peores de lo que fuimos en otras generaciones, sino que son diferentes. Quizá en algunos aspectos a mí, porque fui educado de una determinada manera, me gustaría que todavía los jóvenes fueran así. Entiendo que con las grandes revoluciones tecnológicas esto es complicado y quizá ni siquiera bueno. Pero eso no se sabrá por ahora.

- Desconfían de la autoridad: eso les pasa a mis alumnos. Este mismo curso, ante un trabajo mal hecho, un alumno me dijo que esa era mi opinión. Cuestionó mi capacidad para decir que había hecho mal el trabajo. Pongo un ejemplo, pero habría muchos todas las semanas. El espíritu crítico (que es bueno) puede exagerarse en ocasiones, pero con un referente exclusivo: el yo del que habla. Es decir, esto no me gusta, luego soy crítico; esto no me parece bien, luego soy crítico. Pero para ser crítico de verdad hay que buscar un conocimiento y un saber externo a los sujetos dialogantes.

- Olvidan pronto algunas charlas: ¡en minutos! Imagínense que les digo a mis alumnos: deben poner el signo más (+) delante de la operación de suma cuando realicen el problema (esto es un ejemplo exagerado sin relación a mi materia), la mayoría no lo colocan unos minutos después.

- No obedecen en lo que resulta arduo. Mis alumnos, ante cualquier dificultad (leer dos libros en una carrera universitaria) se quejan, procuran no leerlos, buscan resúmenes en sitios ya conocidos (que no cito para no hacerle publicidad porque me parecen muy dañinos).

- Su percepción de la realidad está condicionada por lo emotivo: Por ejemplo, tenía un alumno muy hablador. Un día llegó tarde a clase y le dije que se sentara en una de las primeras filas, al lado de otro chico. Al acabar la clase, le dije: hoy has estado muy callado. Me alegro mucho. Y su contestación: Es que al lado de este que me cae mal... Los cursos están divididos rápidamente: hay personas enfrentadas con otras por tonterías muy emotivas. Los jóvenes que han abandonado su hogar por primera vez tienen una gran dependencia de sus padres para todos los aspectos de la emotividad.

- Formación en la belleza y quietud. No les hablemos de belleza a muchos jóvenes. Sus valores son la utilidad y la practicidad. Proponer a alguien que lea un libro porque es bello, que vaya a una exposición si no es para subir nota, es casi imposible. Recuerdo -ahora menos es verdad- que en las primeras ediciones de Gran Hermano (programa muy lamentable) salían corriendo de clase para ver a quién echaban del programa. Pero no salían corriendo para ir a una conferencia sobre su ámbito de estudio (que supuestamente les debería gustar).

- Son egoístas: solo suelen ser generosos con sus amigos cercanos o se muestran solidarios con los que sufren lejos o no se ven. Pero pueden ser egoístas con compañeros de facultad que no son amigos; con compañeros de trabajo que no les caen bien.

- Su resistencia la dolor es muy limitada: Por ejemplo, si tienen clase a primera hora de la mañana, se quejan. Levantarse a las 7 les parece una proeza. Viven bajo la tiranía del mando a distancia: aprieto un botón y se cambia de canal inmediatamente. La realidad no siempre es así: aprieto y funciona; y menos en el saber. Leer algo que implique una reflexión les supone un esfuerzo enorme; porque reflexionar lleva tiempo.

- Falta de orden mental: esto es lo más importante de todo.

- Tienen iniciativa: es cierto; pero también les cuesta innovar.

Podría seguir, pero no vamos a alargar esto más. Los jóvenes que busque captar el Opus Dei salen de la misma sociedad que el resto; no serán ni mejores ni peores (como en mi caso no era ni mejor ni peor que mis compañeros). El informe PISA ha dejado a España en un lugar mejor que el de otros años, pero no nos engañemos, no es tanto por una subida nuestra como por un descenso de otros países que estaban por encima de nosotros.

Terminaré con una anécdota. Una licenciada en una carrera de letras, que suele ir a círculos, me preguntó quién era un importante escritor del siglo XIX de fama mundial (alguien a la altura de Víctor Hugo o Goethe). Ni sabía pronunciarlo, ni lo conocía. El autor suele gustar mucho en la Obra por su fe en Dios.

Reitero que esto son generalizaciones, pero no están muy descaminadas con lo que podemos encontrar; y que no significan que sean peores que nosotros: tienen valores, preocupación e intereses diferentes.

Supo