En el Colegio un compañero nos animó a todos sus amigos a ir a un club de los legionarios de Cristo cuando teníamos 15 o 16 años y, claro, a la primera de cambio nos hicimos todos del Regnum Christi. Ni me acuerdo los compromisos que adquirimos, pero eran serios y vocacionales. Al poco tiempo, dejé de ir y nunca insistieron los curas legionarios para que volviera por el club. Otros siguieron siendo del Regnum durante años, pero de repente un día vi que habían pasado a ser supernumerarios, donde continúan en la actualidad. Esto sucedió hace unos 10 años, antes de los asuntos del P. Maciel. 

No entiendo como en el opus dicen que no sacan a nadie de su lugar, de su vocación. Al menos en casos que conozco han buscado personas que les interesaba (porque reúnen los requisitos: familias bien, con dinero y con proyección laboral y social), han conseguido que dejaran otros movimientos eclesiales donde estaban comprometidos vocacionalmente y los han metido en el opus. No sé qué entienden por no sacar a nadie de su sitio, ni qué entienden por respetar las vocaciones ajenas, ni si consideran que son vocaciones divinas desde toda la eternidad otras llamadas que no son las suyas. Quizás piensan que la suya es la mejor y entonces les resulta comprensible un cambio a mejor, una especie de élite vocacional, pero eso sería el estado de perfección que siempre el opus criticó de los religiosos.

También es curioso como el fundador criticaba a los jesuitas porque les "quitaba" sus primeras vocaciones, pero luego el opus hacía lo mismo con otros posibles competidores del mismo espacio vocacional. Es interesante la relación entre jesuitas-opus-legionarios. Quizás algún día salgan a la luz casos concretos de esa relación de amor-odio por acaparar poder, prestigio, educación y vocaciones.

Yaris