Hola a todas y a todos:

    En esta ocasión, me vais a permitir algo  que no suelo hacer: que me dirija con todo mi afecto a alguien a quien tengo en alta estima, sólo por lo mucho que he leído de cuanto ha escrito, pues no tengo el gusto der conocerla en persona.

    Ana Azanza, querida:

     Un saludo afectuoso,  lleno de admiración y respeto hacia ti. Lo digo de verdad de la buena. Te leo en Opuslibros y otros foros desde hace mucho tiempo, siempre con interés creciente, y puedo decir que comparto tus planteamientos llenos de experiencia y de lógica. Me gusta mucho, sobre todo tu sinceridad y acierto siempre acompañados de razonamientos que justifican tus aseveraciones.

     Para nada tienes que disculparte por lo que dices acerca del enchufismo, caciquismo y demás “cualidades oportunistas” que campan con descaro y gran desenfado en el panorama profesional y laboral en esta parte del mundo llamada España. A ellas habría que añadir el nepotismo, las sinecuras, amiguismos, favoritismos, privanzas, privilegios, recomendaciones, padrinazgos... etc. etc. En fin una lista interminable de astucias, picardías, trampas, fullerías, tejemanejes, sobornos, mordidas etc. que engrasan la maquinaria de la consecución de un empleo “digno” de ese nombre.

       Al referirme a los Sánchez Bella –en eso también te doy toda la razón- yo atribuía su éxito, en la España franquista, exclusivamente a su dotes naturales y personales, sin entrar  a juzgar, quizá por precipitación o exceso de buena fe, el grado de oportunismo y de enchufismo del que podían haber hecho uso en beneficio propio. Tienes todo el derecho a pensar que ellos fueron unos enchufados. Yo no me había planteado esa alternativa, pero ahora que tú me has abierto los ojos, la tengo en cuenta como una posible causa de su éxito. Y, dado el nivel de sospecha que nos brinda en bandeja el panorama nacional y particularmente el ambiente interno del Opus, pues me inclino, por lo menos,  a someter a un estudio riguroso esa posibilidad.

     Claro que personalmente suscribo en su totalidad lo que afirmas cuando dices:

        …Disculpa que sea tan clara, hace ya que llegué a esa conclusión. Las personas en nuestro amado país pueden tener talento, no discuto si esa familia lo tenía particularmente. Sin embargo no es el talento lo que en todos esos ámbitos a los que me refiero hace subir. Como sólo tengas talento  y no tengas enchufes o no sea un adulador o aduladora del cacique o del director de turno que te toque en suerte, no hay por dónde. Los españoles de talento emigran o se mueren de asco. Me disculpo por lo malsonante. Espero algún día poder expresarme con más claridad sobre este último aspecto, aportar pruebas, salir en la tele diciéndolo y que lo corroboren los miles de españoles decentes que sólo quieren hacer  bien su trabajo y se encuentran con grandes taponamientos y zancadillas por parte de sus jerarquías en la administración, en mi ámbito y en otros...

       Es más, creo que todos estamos al cabo de la calle, de que esa, que tu describes con tanto acierto y vehemencia, es la realidad palpable que nos rodea desde que empezamos a tener uso de razón y vamos percibiendo lo fácil que es “trepar” para algunos y lo imposible que resulta para otros conseguir, sin hacer trampa, una posición o un trabajo, no vamos a decir estupendo, si no simplemente normal.

       Por otra parte también, en bastantes ocasiones nos alegra topamos con personas que pueden afirmar con noble orgullo que todo lo que tienen o son no se lo deben a nadie. Es igualmente verdad que junto a esa picaresca nacional existen seres humanos que se lo curran, que son honrados y logran lo que tienen con el sudor de su frente, no con el sudor del de enfrente (si se me permite la expresión facilona).

       En cualquier caso me quiero referir ahora a la afirmación categórica que tú haces cuando escribes:

       …Que alguien "ascienda" en el franquismo, en la Administración española en general o en el Opus Dei en particular por sus dotes y su valía no se tiene de pie…

       Eso podría llevarnos a proclamar que nadie nunca ha logrado, en España, lo que ha logrado honradamente. Lo cual  ya no sería admisible.  

        Sobre el origen del apellido, no tengo información fidedigna. La verdad es que yo también, como tú, siempre pensé que Sánchez Bella sonaba muy rimbombante, como para ser fruto casual de la sucesión apellido paterno más apellido materno. Lo que me llevaba a conjeturar que había habido algún arreglo de imagen. Pero he consultado apellidos frecuentes en Ródenas (Teruel), que es el pueblo de la madre, y efectivamente abundan los Bella. Lo cual parece confirmar que Sánchez Bella eran los apellidos paternos y materno puestos sin más uno a continuación del otro, como era legal en aquel entonces.

         Termino como he empezado: Con todo mi respeto y afecto, un abrazo para todas y todos, en especial para Ana Azanza.

Ex_apéndice