Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: Dulcísimo precepto (Cap.36 de 'El buen pastor').- Nachof

100. Aspectos sociológicos
Nachof :


DULCÍSIMO PRECEPTO

Cap.36 de 'El buen pastor'
Enviado por Nacho el 22-julio-2004


En un pueblo de España, cuyo nombre prefiero no citar, vivía un matrimonio, ya de edad avanzada. Dios había dispuesto que los últimos días de su vida, siendo ya mayores, los pasaran juntos. Qué felices fueron. Sus hijos, un varón y una mujer, habían abandonado el pueblo y pertenecían al opus dei como numerarios.

Claro los hijos casi no venían por el pueblo. Uno día y otro el matrimonio mayor insistía para que vinieran a estar unos días con ellos, pero eran palabras no atendidas. No venían. La enfermedad del padre debió ser llevada mayormente por la madre, sin que los hijos, numerario y numeraria, apenas vinieran...

Un día, el padre falleció. Era el momento en que los hijos vinieran al pueblo y acompañaran a la madre. Ésta pensó: vendrán a estar conmigo, estaremos juntos en el entierro y, por fin, podré estar con ellos. Se emocionaba por ello. ¡Qué momento más deseado!

Gran noticia, los hijos vinieron a estar con la madre, tan pronto como como supieron la muerte del padre. Abrazaron a la madre. Ella estaba emocionada. Le hicieron compañía durante aquel día. Parecía que habían vuelto los tiempos cuando los hijos eran pequeños.

Llegó la noche. El hijo varón dijo que no se podía quedar, pues debía viajar a la capital de provincia. La hija utilizó una excusa parecida. "¿Pero no os quedáis?", preguntaba la madre una y otra vez. Ellos insistían que no podían quedarse. Finalmente se fueron.

Cayó la noche. A la casa familiar le faltaba el padre. La madre se quedaba sola. Los parientes y amigos acompañaron a la madre hasta altas horas. Los hijos, numerarios del opus dei, ya se habían ido. Incluso algunas vecinas se ofrecieron a estar con ella aquella noche. Sin embargo la madre respondió: "Déjame que debo adaptarme a mi nueva situación".

Me lo ha contado uno del pueblo. Esto es real. Podría dar nombres y apellidos de los dos hijos numerarios. Este es el ejemplo que dejan algunos en sus familias y en las personas que les querían de pequeños pero, que visto un caso como éste, ya no son de la misma opinión.

Si el fundador del opus dei decía que los de la prelatura debían vivir con sus padres el dulcísimo precepto, este no es un ejemplo de esos cuidados filiales.

Yo era agregado. Cuando pedí más tiempo para dejar de dar charlas a supernumerarios mayores y poder atender a mi madre, que ya tenía 83 años, uno del centro me invitó a recurrir a mi hermano, pero, como podía contar poco con él, me aconsejó enviarla a una residencia.

Ya lo he contado en otra ocasión. Encontré una solución intermedia. Contraté a una señora que pudiera estar atendiendo a mi madre, hasta que yo regresara del trabajo. Cuando dije en el centro de la obra que iba a entregar menos dinero de mi sueldo, se me respondió que el salario de la señora se lo gastara mi madre de sus ahorros. Mostré mi extrañeza por tal actitud y se me respondió: "Si te va a dar lo mismo. La vas a heredar". Eso sí que es vivir el dulciiiiiiísimo precepto.


Publicado el Thursday, 22 July 2004



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 100. Aspectos sociológicos


Noticia más leída sobre 100. Aspectos sociológicos:
OPUS DEI’S IRISH ACTIVITIES DESCRIBED


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.135 Segundos