Estoy completamente de acuerdo con Dionisio y con sus críticas a las aportaciones recientes sobre los colegios del Opus Dei , que también me sorprendieron. Se me ha adelantado. No conozco directamente el tipo de enseñanza de estos centros educativos y si son enteramente ciertas sus críticas, aunque tengo mis referencias. Lo del proselitismo (que no me parece un tema menor y me parece más generalizado de lo que se afirma ), lo sé de primera mano. Y por ello escribo.  Hay algo enteramente cierto en la aportación de Dionisio: la educación en valores no es algo exclusivo de los centros religiosos, sino que forma parte del acervo común a todo el sistema educativo y así se recoge en la Ley.

Parte de esta enseñanza es transversal, es decir, la educación en valores es común a todas las materias y se integra en las programaciones docentes. Pero la educación en valores depende en gran medida del ejemplo del profesorado. No puede estar más acertado Dionisio cuando afirma que “una buena educación es sobre todo dar un ejemplo de vida”. Mal puede enseñar valores el profesor que no los practica. El ejemplo del profesor, del aula, el ambiente del centro. ¿Qué es lo que recordamos al cabo de los años de los centros docentes donde estuvimos?.

Y parte también de esta enseñanza en valores se incorpora a asignaturas específicas del currículo. Pero por muchas prédicas que se hagan sobre valores, si estos no se muestran caen en saco roto.
Hay valores respecto a la sociedad y valores respecto al propio alumno. La equidad, la justicia, la solidaridad, la igualdad, la tolerancia, la honestidad, el respeto a los demás, el esfuerzo personal, la responsabilidad, el orden y muchos otros son valores recogidos en la Ley, muchas veces de raíz humanista cristiana, y que se imparten y, sobre todo , se tienen que ejemplificar en el ámbito educativo.

Y en cuanto a la excelencia educativa que predican de sí mismos estos centros, quizás exageren un poco. Hay muchos centros que están por encima en las pruebas objetivas que permiten comparar resultados, como el PAU. Así en Madrid, por ejemplo, la Comunidad ofrece en su web un instrumento que permite comparar centros de enseñanza entre sí, y los de Fomento y Retamar tienen un nivel un poco por encima de la media (teniendo en cuenta que se ofrece la nota media de bachillerato/ prueba de acceso a la universidad, y la primera suele estar bastante inflada), pero no excepcional.

En cuanto a la formación religiosa en sí no veo la razón por la cual los padres creyentes deban abdicar de su responsabilidad al respecto y delegar en los centros educativos lo que no son capaces de proporcionar por sí mismos. Y por mucho menos dinero (con ayuda de la parroquia).

Honestamente, no entiendo los escritos de Class y antiguo. Lo curioso es que todo su discurso coincida con las últimas noticias de un colegio puntero de la Obra, Gaztelueta, sin presumir nada ni hacer categoría de la que creo anécdota.

JaraySedal