Recuerdo las cosas que se decían del “apostolado”: “el apostolado incrementa la fe”, “cuando haces apostolado pasan cosas…”. Entiendo que el hablar del opus y de la doctrina cristiana (apostolado) es lo que yo entendía por apostolado.

Con el tiempo he entendido que el apostolado es solo amor y que no hay que dar un testimonio si la otra persona no parece interesada. Pero quizá esta idea del apostolado me ha influido negativamente (había que hacer una “gestión apostólica diaria” -llamar a alguien por teléfono, quedar para tomar algo, etc-.) posiblemente se me ha quedado esa conducta externa en la que se mezcla el ser una persona “modélica” de referencia como cristiano pero no por el amor sino más por el ejemplo moral, creo.

Más que nada lo que se me queda es que hay que hacer algo “hacia afuera” (apostolado) para que cambie “lo de dentro” (la fe, el alma, la santificación), que viene a ser igual que “sensación negativa, falta de gracia (falta de fe) -acción compulsiva (apostolado)- Resultado “verificable” (gente que se confiesa, conversiones…) que nunca sucede y que me hacía sentirme peor interiormente (malos frutos, falta de fe o de santidad…).

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