Ellen :
Ana Azanza
Querida Ana:
respeto mucho, más de lo que podrías pensar, todo lo que escribes. Yo también me he ido del Opus Dei después de 28 años. Enferma y por suerte con una pensión vitalicia de 60.000 pts. para medicos, me supongo porque no da para mucho más. De momento me apaño aunque vivo sola y en un pueblo que es más barato. Mi familia no se hace responsable economicamente aunque me vigilan de lejos. No creo que me falte nada.
Ahora estoy en un proceso de recuperación como persona y va dando sus resultados. Yo también pienso que Dios es muy grande y no me despego de su cariño. Estoy aprendiendo a amar de otra manera.
Tendría muchas cosas que decir como tú pero pienso que las personas individuales merecen mucho respeto el mismo que deseo tengan conmigo. No me ha gustado que en tu libro mencionaras los nombres de personas con sus apellidos podias limitarte a iniciales. Yo las conozco a todas y sé que cada una tiene su historia, unas más triste que otras. No deseo juzgarte, tu sabras porqué lo has hecho. Pienso y por eso te escribo que tanto tú como ellas o como yo habremos hecho cosas de las que nos avergonzamos pero no fuimos nosotras sino el sistema. Ojala pronto no tengamos mucho que decir ni que gastar papel para nombrar a nadie del Opus Dei. Son lo que no querian ser y si se ponen a conseguirlo no lo hacen tan bien. Está llamado a extinguirse y el tiempo nos lo dirá.
Te animo a seguir con tu trabajo e intentar reconstruir tu vida. Por lo menos eso te queda.
Un fuerte abrazo.
Ellen
Publicado el Monday, 19 July 2004
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