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 Tus escritos: Gran novedad en el Opus Dei.- Gervasio

010. Testimonios
Gervasio :

Gran novedad en el Opus Dei

Gervasio, 4/01/2016

 

 

Me provocaba la sonrisa y hasta la risa la lectura de la carta de un numerario, de la que extraigo estos párrafos: Pues que sepas que hace varios días unas supernumerarias de Córdoba regalaron al Padre un burrito de cerámica con el Niño Jesús abrazado a él. Al Padre le ha gustado mucho y ha hecho unos comentarios muy bonitos que no reproduzco aquí. Esa es la gran novedad. Nos ha llegado por un watsapp de un supernumerario; también un correo electrónico de uno que está en Roma; también lo ha contado uno de Delegación que se reunió con los no sé qué y uno que vive en Zaragoza nos lo ha referido menos escuetamente. Cada vez que lo cuenta alguien se sabe algún pequeño detalle más. En la Obra no se habla de otra cosa y parece que no haya nada más importante...



Todo el mundo está emocionado. Bueno, todos no: yo tengo la sensación de estar fuera de sitio. Esas cosas me parecen una tontería desde hace tiempo y me resulta imposible sentirme identificado con ellas. Debo de ser un tío raro, que a pesar de estar rodeado de gente tan santa que vibra con eso, no estoy a la altura de captar la importancia que tiene. Seguro que tú sí sabrás darle toda la importancia que tiene este asunto de la cerámica.

La verdad es que me resulta infantil todo este asunto, si tenemos en cuenta las circunstancias en que se encuentra la Obra actualmente. Son bombas de humo para que la gente no piense y viva en una burbuja. Otra explicación no le veo.

El burrito de cerámica abrazado por el Niño Jesús, produce en el numerario que escribe esta carta los mismos o parecidos sentimientos que la lectura de la revista Crónica producía en otro numerario.  

— Me resulta lo mismo, decía, que contemplar una estampita de Jesús besando a un niño.

En la Obra pasan otras cosas. Esta es la panorámica que ofrece en otra carta el citado numerario a modo de crónica –no la revista Crónica–  del año 2015.

Al comenzar el 2016, la situación actual de la Obra (en lo que yo conozco) opino que es la siguiente:

El número de nuevas incorporaciones es raquítico y no se llegan a cubrir las bajas que hay por fallecimiento o abandono. La labor de san Gabriel también está cayendo, pero más despacio porque tiene mucho volumen. Algún día alguien tendrá que tomar alguna decisión y cerrar algún otro centro de estudios: es un desastre económico tener un colegio mayor para un grupito.

Hay un pequeño grupo de numerarios jóvenes que están haciendo el centro de estudios en el colegio romano y no tenemos ninguna noticia de qué va eso, ni de qué futuro tiene para esos chavales que empiezan la carrera en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. Sabemos que empezaron en octubre y nada más.

La gente mayor y los que han quedado en los centros, si quieren, hacen lo que les da la gana (lo hacemos de hecho) y los directores no saben cómo manejar esos casos. Con tal de que no haya un escándalo fuerte o se dé un mal ejemplo importante, no pasa nada si uno va a su aire. Protestan un poquito los directores y presionan un poco, pero no se atreven a más.

La proporción de ancianos aumenta. Los numerarios con un trabajo profesional externo independiente de la Obra son una minoría. Como no hay renovación, la gente se eterniza en los mismos centros y en las mismas labores, provocando el hastío y la falta de ilusión; es desalentador ver cómo los que van pitando se van marchando y cuando uno es mayor entristece ver que gente valiosa con los que se ha vivido o que incluso han sido fruto del propio apostolado no perseveran en un porcentaje escandaloso. Es frecuente que en los centros de san Rafael haya viviendo gente bastante mayor. Los problemas de ansiedad, insomnio y depresión están a la orden del día, nada más lejos del gaudium cum pace prometido. La fraternidad en los centros está ausente y la vida en muchos de ellos es inaguantable.

Cada vez hay más curas viviendo en los centros. Es normal que haya dos o tres y hasta cinco. Son gente rígida y amargada en su mayoría, con tendencias integristas y una lengua venenosa para comentar todo lo que se refiere a la Iglesia, sacerdotes, obispos y cardenales; al Papa no se le critica en público, a la Obra ni en público ni en privado. Se sigue hablando con aires de superioridad de crisis en la Iglesia, como si la Obra no tuviera ningún problema.

Los directores de los centros carecen de cualidades humanas (no sé si las tienen sobrenaturales), se eternizan en los cargos y van formando una especie de grupito aparte del resto de los numerarios. Está sobredimensionada la estructura de órganos de gobierno, oficiales, fundaciones, inmobiliarias, etc., teniendo cada vez más gente difícil de ubicar cuando cesan en esos cargos. El prestigio profesional lleva muchos años ausente en la inmensa mayoría de estas personas. Muchos de ellos con mentalidad infantil, incapaces de valorar los acontecimientos de la vida ordinaria que no sean las cosas internas de la Obra para las que hay un criterio establecido: es como si estuvieran fuera del mundo.

Se sigue haciendo hincapié en los colegios, como medio para obtener vocaciones de numerarios. Hay muchos colegios y van bien.  

Periódicamente se dan batidas para rescatar para la labor a los que han estado en los colegios o han sido de la Obra y lo dejaron. Con eso se aumentan los supernumerarios, haciendo hincapié en conseguir supernumerarios jóvenes con el fin de tener en el futuro chavales que puedan ser numerarios e ir a los colegios y a los clubs. Hay mucha tendencia a que se forme un ghetto. La endogamia es la única fuente de la labor de San Miguel.

No hay problemas económicos. La relación con el Papa actual es buena.

Cada vez va menos gente al colegio romano. Hay muchos sacerdotes en Roma y la Universidad de la Santa Cruz. Con las residencias sacerdotales y el seminario, están dando un fuerte impulso a la sss+. Como además se trata de curas de prestigio que proceden (y luego vuelven a sus países) de todo el mundo, a la larga hay muchos sacerdotes y obispos agregados (incluso algún cardenal) repartidos por todo el mundo. Todo eso está dando muchos frutos. A la larga, si sigue habiendo crisis de numerarios, eso va a llevar a crisis de sacerdotes también en Roma y el enorme despliegue de medios que hay allí tendrá que reducirse. Es decir, que si no cambia la cosa en las regiones, a la larga se hundirá porque no habrá quien la saque adelante. La labor de la sss+ va bien, aunque hay una proporción muy elevada de ancianos.

El Padre está mal físicamente y ya la mayoría de las tareas de gobiernos que están en manos de sus vicarios. Al seguir el Prelado actual al frente de la Obra, a D. Fernando Ocáriz, inteligentísimo y valioso, se le está pasando la edad de tomar el relevo: va a ser prácticamente un anciano cuando le corresponda sustituirle, por lo que supongo que habrá que elegir a otro. D. Mariano Fazio parece ser un hombre muy valioso. Al menos a mí me hizo una magnífica impresión el año pasado, y no soy persona que se deje deslumbrar fácilmente.

Desde todos los puntos de vista, la única solución es que haya más numerarios y que perseveren. A medio plazo se va a crear una situación insostenible si no pitan más numerarios, y eso vale tanto para mantener la labor de san Rafael, como para atender a los supernumerarios, como para conseguir curas, como para la Universidad de la Santa Cruz (con todo lo que lleva consigo), como para la expansión a otros países (que actualmente es un disparate insistir en eso aunque el triunfalismo interno lo necesite), como para todo. Si no aumentan los pitajes de numerarios la Obra se hunde. Lo veo así de sencillo.

De momento no se me ocurren más cosas. Hay muchos retos a superar en este año que comienza. El problema es que nadie se atreverá a sugerir que la Obra tiene que renovarse y que hay muchas cosas que tienen que cambiar. Si hubiera un prelado con unos directores competentes, se podría renovar la Obra, quitar muchas cosas que estorban y ser más auténticos en otras (la pobreza, por ejemplo, tanto personal como colectiva). Pero está de por medio la maldición de D. Álvaro y la falta de una autocrítica valiente, por lo que nadie que quiera seguir en su puesto (!) se atreverá a mencionar siquiera que la Obra tiene que cambiar: siempre se dirá que hay que hacer las cosas exactamente igual que como dijo nuestro Padre sin cambiar nada. A ver qué pasa este año.

Es muy de agradecer este balance del año 2015 que nos proporciona nuestro amigo numerario. No es del todo negativo. Es realista. Dice que marchan bien los colegios de segunda enseñanza y la labor con sacerdotes. Además no hay problemas económicos.

¡Quien te ha visto y quien te ve! A tenor de los estatutos de 1941 (Ordo, Art 13§ 10), corresponde nada menos que al Padre, después de escuchar el parecer del Senado,  dar permiso especial para que los socios del Opus Dei por excepción puedan dedicarse a la enseñanza privada. El artículo 3 de ese Reglamento de 1941establecía: Con ningún pretexto serán admitidos como socios del Opus Dei los sacerdotes seculares, ni los religiosos, ni las religiosas. La labor con sacerdotes diocesanos  y la posibilidad de que se incorporasen a la “Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y Opus Dei” –que es como se denomina la prelatura– se abre en 1950, con la aprobación de las Constituciones del Opus Dei como instituto secular, y sin que tal posibilidad de incorporación tuviese algo que ver con la llamada fecha fundacional de la sss+, que es de 14 de febrero de 1943.

Pues ahora los sacerdotes seculares son socios tan ricamente. Y por lo que se nos cuenta en esta carta, la labor de proselitismo con ellos es de lo que mejor va. ¿Qué no se captan universitarios? Pues a captar curas, seminaristas y a montar colegios para captar niños.

¡Quién te ha visto y quien te ve! Este no es mi Juan, que me lo han cambiao. Mi Juan tenía pelo y este está pelao.

Gervasio




Publicado el Monday, 04 January 2016



 
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