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 Correos: Hipótesis psicológicas sobre los miembros del Opus Dei (2).- Rescatado

100. Aspectos sociológicos
Rescatado :

HIPÓTESIS PSICOLÓGICAS SOBRE LOS MIEMBROS DEL OPUS DEI (2)

Rescatado, 7/09/2015

 

 

Introducción

 

En la parte primera de este escrito traté –consciente del peligro de simplificación- de responder a la pregunta: ¿Qué estilos de personalidad (con sus cualidades y limitaciones) son más proclives a ser captados por el proselitismo de la Obra?

 

En esta segunda parte trato de responder a la pregunta 2ª: ¿Qué influencia se experimenta, a partir de la Praxis de la Prelatura, respecto a los estilos de personalidad?...



Presenté como hipótesis que hay tres tipos de personalidad más fácilmente captables por la Obra: el estilo cooperador, el estilo respetuoso y el estilo cauteloso.

 

Previamente advertí: a) que casi siempre se da en una persona combinación de dos o tres estilos, aunque uno sea el predominante; b) que antes de los 18 años es difícil que un adolescente tenga ya configurado su estilo de personalidad.

 

Dado que ya hace bastantes años el proselitismo se dirige a adolescentes (o preadolescentes) de menos de 18 años, esto tendrá como consecuencia que la configuración de su personalidad dependerá principalmente de la influencia de su nueva “familia”, con la especial colaboración de su “familia de sangre” cuando sus padres sean supernumerarios.

 

En este caso, con mayor razón, el adolescente recibirá una fuerte influencia para adquirir: a) o una personalidad cooperadora (que ojalá no degenere en un trastorno de personalidad dependiente); b) o una personalidad respetuosa (que ojalá no degenere en trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad; c) o una personalidad cautelosa que ojalá no degenere en un trastorno evitativo de personalidad); d) o bien en una combinación de dos o tres de ellos.

 

Pero también, aunque previamente no tuviera ninguna disposición para ellos, puede ocurrir que adquiera un estilo de personalidad segura (con peligro de degenerar en trastorno narcisista de personalidad, o bien un estilo de personalidad controladora (con peligro de degenerar en un trastorno sádico de personalidad), o bien un estilo de personalidad “sacrificada” y complaciente (con peligro de degenerar en un trastorno masoquista de personalidad).

 

Paso a un breve comentario sobre estas posibilidades:

 

1.         Respecto al ESTILO COOPERATIVO de personalidad, ya indiqué en la parte primera por qué lo veo fácilmente captable por el proselitismo. Ahora sólo añadiré una breve referencia sobre dos subtipos (de los cinco que describe Millon) en los que pienso que la Praxis de la Obra puede influir), aunque en estos subtipos el autor se refiere a trastornos de personalidad dependiente, más que a un estilo sano cooperativo:

 

1.1.      DEPENDIENTE ACOMODATICIO. Seleccionaré algunas características (Millon, 1998, pp. 351s.):

 

Son agradables, amigables, benevolentes y cumplidores, siendo serviciales y afiliativos en sus relaciones con los otros.

 

El pensamiento crítico, rara vez se hace evidente.

 

Existe un esfuerzo por mantener un aire de satisfacción y bondad.  Niega las emociones negativas y encubre las desarmonías internas con distracciones de corta duración.

 

Puede surgir de una tendencia a ser genuinamente dócil, suave y sensible a los deseos de los demás.

 

Siempre tienen una sonrisa y una palabra agradable.

 

Para minimizar las relaciones conflictivas, estos dependientes evitan ser asertivos y abdican de sus responsabilidades autónomas.

 

¿No os parece que una persona con estas características, aparte de lo indicado en la parte primera, podrá estar muy bien encajada en la Obra?

 

Otro subtipo del trastorno de personalidad (sea grave o leve) que pienso que será un peligro para algunos de los miembros de la Obra es el

 

1.2.      DEPENDIENTE SIN IDENTIDAD. Selecciono características según Millon (1998, pp. 353s.):

 

Se fusionan de tal forma con los otros que se pierden a sí mismos en el proceso.

 

Pueden mostrar un aire de confianza y seguridad en sí mismos, pero es como si sólo reflejaran los logros y poderes de la persona o institución a la que están unidos.

 

Muchos se sienten muy satisfechos de sus asociaciones.

 

Cuanto más unidos están a su objetivo idealizado, más vinculados emocionalmente se encuentran y más sienten que existen como personas con valor en el mundo.

 

Lo han dado todo de sí mismos y han incorporado las acciones y los valores de otros, desplazando ingenuamente su propia identidad.

 

Creo que no hace falta que relacione estos párrafos con experiencias vividas por muchos de nosotros u observadas en los que fueron nuestros “hermanos”.

 

2.         Respecto al  ESTILO RESPETUOSO DE PERSONALIDAD (con peligro de degenerar en estilo obsesivo-compulsivo de personalidad), aparte de lo que ya indiqué, añadiré ahora algo sobre algunos de los cinco subtipos señalados por Millon (1998, pp. 541-544).  Aquí me limitaré a referirme a dos:

 

2.1.      EL COMPULSIVO RESPONSABLE

 

Una dependencia conformista, por un respeto excesivo de las reglas y de la autoridad.

 

Tendencia a pasar inadvertidos y a no ser nada competitivos.

 

Su autoimagen, a nivel superficial, es de personas consideradas, reflexivas y cooperativas, con propensión a actuar sin ambición y con modestia.

 

Como raras veces se arriesga a manifestar estos sentimientos [ de oposición], el compulsivo responsable los reprime con tanto vigor que “sobreorganiza” su vida en una autolimitación ansiosamente tensa y disciplinada.

 

2.2.      EL COMPULSIVO BUROCRÁTICO (Ibidem, pp. 543s).

 

Sienten que su alianza con una sociedad, una asociación, o una organización religiosa fortalece su autoestima.

 

Hacen lo que se les ha dicho que hagan.  Aunque la obediencia limita su margen de oportunidades, les libera de la ansiedad de ser los responsables de tomar decisiones por sí solos.

 

Los compulsivos burocráticos siguen al pie de la letra la estructura de la organización.  Son rigurosos en el seguimiento de los detalles y las pretensiones del sistema.

 

Prescindo de referirme al subtipo del ESTILO CAUTELOSO, pero –como indicaba al principio- pienso que la Praxis de la Prelatura puede suscitar que, cuando los adolescentes vinculados a ella acaben de configurar su personalidad, lo hagan a veces integrando las características de otras tres posibles.

 

3.         ESTILO DE PERSONALIDAD SEGURA (que en su versión patológica es el trastorno narcisista de la personalidad).  Ya disponéis de un cuadro que contiene una serie de sus características, tanto en su versión sana como en la patológica.  Deteniendo la atención en cada una, podréis discernir hasta qué punto aparece la presencia de estas características en miembros de la Obra.  Las señaladas para el estilo sano de la personalidad segura las recuerdo presentes en muchos de los que conocí.  Pienso que quizá en la época inicial se prestara a que abundara este tipo de personalidad porque a la Obra tendía a hacer proselitismo entre las personas académica o socialmente más brillantes y con estos rasgos.   En cuanto a las colocadas respecto al estilo insano (con trastorno de personalidad al menos leve), recuerdo en algunos casos: el “estilo explotador” en la práctica del proselitismo, principalmente; cierto estilo “arrogante” en algunas formas de presentación (de los que se sienten “aristócratas de la inteligencia”, aunque esto pienso que cada vez menos y cada vez más “aristócratas de la santidad”).  Y un estilo de “expresión afectiva despreocupada”. Pero, sobre todo, si me fijo en los cuatro subtipos señalados por Millon, uno de ellos lo percibo como un peligro para los adolescentes que se vinculen:

 

3.1.      EL NARCISISTA ELITISTA

 

Como consecuencia de su sublime autoconfianza, los elitistas se sienten bastante seguros de su aparente superioridad.

 

Se sienten privilegiados y poderosos en virtud de cualesquiera status de clase y seudologros que pudieran haberse atribuido.

 

Intentan cultivar su imagen y prestigio social en virtud de las personas a las que se arriman.

 

Pienso que, sobre todo, lo que parece haber ocurrido –a pesar de que en mi época (1950 a 1973) se habló de la importancia de vivir la “humildad colectiva”, aparte de la personal- es la presencia de una actitud precisamente opuesta a ella, que ha dado lugar a sentirse algo así como en el Arca de Noé, o los seguidores de un profeta cuya obra ayudará a que la Iglesia no se hunda, a pesar de los errores de los tres papas que precedieron a Juan Pablo II y de supuestos errores del Vaticano II, como su doctrina sobre el ecumenismo, la libertad religiosa, la colegialidad, el diálogo con otras religiones; en su mayoría cuestiones que habían sido anticipadas y reclamadas por el teólogo dominico Yves Congar, y otros, y que en tiempos del cardenal Ottaviani –presidente de la Congregación de la Doctrina de la Fe- habían sido apartados de la enseñanza en la Iglesia y asilados, pero que Juan XXIII rehabilitó.

 

Reservo para una parte 3ª referirme sobre el peligro de que se fomente el ESTILO DE PERSONALIDAD CONTROLADOR, no sólo en su forma sana, sino en la insana. Asimismo el ESTILO DE PERSONALIDAD “SACRIFICADA” Y COMPLACIENTE, y su versión insana masoquista.  Asimismo, queda pendiente la tercera cuestión anunciada.

 

Olvidaba subrayar que el paso de una personalidad sana, con un determinado estilo, a una personalidad patológica, es una suerte de continuum y que el deslizamiento de la una hacia la otra depende, básicamente, del nivel de estrés que sufre la persona (aparte de la fortaleza de su estructura psíquica).  Es decir: a más estrés, más peligro de patología.  En la Obra, algunas personas que inician su recorrido desde un estilo de personalidad sano, pueden desarrollar rasgos insanos o trastornos de personalidad si sufren mucho estrés, como ocurre en no pocos casos.

 

Un abrazo de

 

Rescatado (Ramón)

 

 

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Publicado el Monday, 07 September 2015



 
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