Mis queridos amigos:

Si estamos, ante la Marca Opus Dei, delante de un fenómeno puramente económico-financiero, ¿no hay que plantearse la posibilidad de que alguna Compañía Multinacional de esas que solo buscan el beneficio, no se le ocurra lanzar una OPA hostil o amigable, sobre dicha marca? Es algo que ocurre con relativa frecuencia en las altas finanzas. Solo hace falta un estudio de rentabilidad frente a la posible OPA. Si, como nos dicen, hay 15000 numerarios entregando 1500 € cada mes de su trabalo, son 270.000.000 € al año de ingresos netos. Luego hay que añadir los ingresos de los agregados, que es una cifra menor, las cuotas de los supernumerarios y cooperadores, que en total, pueden ser 250 mil personas,y luego las ganancias derivadas de los Colegios, Universidades, Escuelas de Negocios de Élite, Casas de Retiros y Convivencias y distintas actividades que dan beneficios en todo el mundo. Quizá estemos hablando de una cifra de negocio muy alta.

Si se les ocurre a los típicos "tiburones" merodear la presa, podría ser que la gente de la Prelatura se llevase un buen susto. Porque, con una oferta, como se hace en estos casos, del doble del valor de la cifra de negocio y de los bienes inmobiliarios, si los que detentan el poder se sienten tentados suficientemente, el caer en manos de cualquiera podría ser fatal. Y eso no se hace eliminando a los Directores, Prelado y los que son cabezas visibles. Se les deja en su puesto durante unos cuantos años, para que no hayan traumas inmediatos. Las posibles entidades interesadas no hace falta que sean ni Rotarios, ni Logias Masónicas. Puede ser una Compañia Multinacional suficientemente potente, de las que no saben dónde meter los beneficios, porque les sobra dinero por todas partes (después de impuestos). Recuerdo el caso de una Multinacional, que durante una entrevista televisada, el Presidente declaró que sus beneficios iban destinados a una Secta Satánica. Y lo dijo tan tranquilo, como el que oye llover. Y es una compañia de productos de limpieza de gran consumo muy conocida.

No es necesario que "todo" el Consejo General se sienta tentado a ser bañado en oro. Puede haber un grupo que siga siendo sensato y fiel a su vocación. Pero si el materialismo de los miles de millones hace mella en una mayoría, estos que son sensatos se quedarían "solos" y no tendrían más remedio que ceder y aceptar la oferta. Lo que digo no es nada descabellado, si estamos ante un fenómeno de dinero únicamente, sin la vocación por delante. O así me lo parece.

JAC