Gracias Dionisio por tus comentarios. Estoy de acuerdo con los matices que señalas. Al hablar de deserciones, en sentido general, me refiero al alto número de personas que «no siguen adelante», utilizando terminología interna.

En ese sentido, lo preocupante es que sea alto el número, más allá de que todos se fueran contentos, por ejemplo. Luego cabe el matiz que bien señalas: no todos se van criticando o padeciendo, hay quienes se van felices y agradeciendo. Si el Opus Dei no les ocultara tantas cosas, pues entonces posiblemente no se irían tan contentos. Se van contentos por muchas razones, pero una de ellas es que ignoran -o no quieren aceptar- muchas cosas desagradables.

Respecto de los universitarios, es sabido que la realidad no es así sino más bien como la planteas tú, pero el Opus Dei difícilmente admitirá ello, es decir, que en vez de universitarios ahora se dedica a jardines de infantes y colegios. Lo que señalo por mi parte es lo que dice el Opus Dei, más que lo que es en realidad hoy y, sobre todo, hacia lo que parece dirigirse (un destino incierto).

Un abrazo,

E.B.E.