Está claro que difícilmente en algún momento haya una declaración oficial de ningún tipo reconociendo que los cambios provocados dentro del Opus Dei han sido a causa de, entre otras cosas, la existencia de Opuslibros. Me refiero tanto a la carta de 2011 del prelado, que si bien es escandalosa, por otro lado implica un indudable reconocimiento del Opus Dei -obligado por la Santa Sede- hacia las denuncias de Opuslibros. Por otro lado, la nueva nota de gobierno*, a la que hacía referencia Junio la semana pasada, es otro reconocimiento en ese mismo sentido. Es un paso más hacia adelante, en la misma dirección. El cómo se implemente, es otro asunto (pues implica desarticular todo el gobierno de las conciencias sobre el que se basa la estructura del Opus Dei).

Las denuncias de Opuslibros van, poco a poco, transformándose en resultados. Un muy buen balance para 2014.

Feliz Navidad!

E.B.E.

PD: por cierto, otro papel fundamental es el de sacar a la luz documentos históricos inéditos, como han sido la carta de 1949 de Escrivá a Franco, los Reglamentos de 1941, las cartas de las gestiones de Escrivá para lograr el episcopado y tantos otros más. El mantenimiento de Opuslibros vale la pena, por esto y por mucho más.

* El CIC establece, para el caso de los seminarios, que «en la toma de decisiones sobre la admisión de los alumnos a las órdenes o sobre su salida del seminario, nunca puede pedirse la opinión del director espiritual ni de los confesores» (canon 240 §2). Este mismo principio pareciera ser el que la Santa Sede quiere que el Opus Dei aplique internamente y abandone, definitivamente, las prácticas históricas creadas por su propio fundador Escrivá, las cuales son completamente opuestas a las prácticas tradicionales de la Iglesia.