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 Correos: Comentarios a JaraySedal y a Giovanna Reale.- Josef Knecht

125. Iglesia y Opus Dei
josef knecht :

1. Estoy sustancialmente de acuerdo con el análisis que JaraySedal (3.12.2014) ha realizado sobre los distintos “roles” en la actuación (“hacia adentro” / “hacia afuera”) de los miembros de la Obra de Escrivá, pero discrepo en un solo punto de su análisis. Obrar todos los días de la vida según dos baremos distintos de medir la realidad, de acuerdo a una psicología de tipo “Jano”, acaba incidiendo necesariamente en la conciencia moral de una persona. No es éticamente normal que un político socialdemócrata, como es Rafael Larreina, defienda con ahínco los derechos humanos, incluidos los de los presos de E.T.A., mientras como miembro numerario de la Obra de Escrivá ha visto y consentido durante muchos años que el Opus no cotizara a la Seguridad Social ni por sus sacerdotes, ni por sus administradoras, ni por sus oficiales, ni por las numerarias auxiliares que trabajan como empleadas del hogar en los centros de numerarios. Esas personas forman parte de la vida personal del mencionado numerario, que dice defender el ideario socialdemócrata en su actuación política. Es cierto, como puntualiza JaraySedal, que este comportamiento más que una cuestión de hipocresía es una cuestión de “roles” según el correspondiente grupo o contexto social, pero también es cierto, en mi opinión, que obrar así marca mucho la conciencia personal...



Y para colmo de los colmos, no deberíamos pasar por alto que la doctrina oficial del Opus enseña como idea básica de su espiritualidad la “unidad de vida” de los laicos, según la cual el trato contemplativo con Dios en la oración ha de extenderse a todos los ámbitos de la existencia personal, también al laboral y profesional. “Unidad de vida” significa que vida interior y vida exterior han de constituir un todo compacto. “Unidad de vida” se contrapone en teoría a la psicología tipo “Jano”. Ahora bien, en la existencia práctica de los miembros del Opus la unidad de vida está ausente para dejar paso no a la hipocresía, pero sí a la diversidad de “roles”, la cual impide llevar a la práctica lo que en teoría se predica. Esta contradicción entre teoría doctrinal (“unidad de vida”) y realidad existencial (psicología tipo “Jano” y cumplimiento de distintos “roles”) es patética.

Esta patética contradicción también podría explicarse recurriendo al concepto de “rol”, por seguir la línea argumentativa de JaraySedal. El Opus está obligado a presentar ante la Santa Sede y ante la Iglesia entera un corpus doctrinal que justifique su existencia y lo distinga de otros carismas: “la espiritualidad del Opus Dei es esta: unidad de vida de los laicos en medio del mundo”. Ese corpus doctrinal se elabora publicando libros, organizando congresos de teología, predicando sermones por aquí y por allá, etc. Así se cumple el “rol” que, a estos efectos, la Santa Sede asigna y exige a cada institución de la Iglesia Católica y a sus respectivos fundadores. Sin embargo, también es verdad que la patética contradicción en que incurre aquí el Opus, por mucho que se justifique por una obligación institucional (la de elaborar un corpus de doctrina espiritual), produce el efecto de una impactante hipocresía institucional de alto nivel: casi, casi una caradura de dimensiones cósmicas. ¿Dónde está la unidad de vida del señor Larreina, por poner un ejemplo entre miles y miles más? Y me vuelvo a preguntar: ¿es esto ético?, ¿es esto evangélico?

2. En cuanto al último escrito de Giovanna Reale, debo agradecerle el hecho de que nos haya hecho caer en la cuenta de que San Pelayo y Sanjosemaría se conmemoren en el mismo día del santoral, el 26 de junio, pues San Pelayo murió el 26 de junio de 925 y Sanjosemaría el 26 de junio de 1975. Estoy de acuerdo con su observación de que el santoral de la Iglesia se ha convertido en un cajón de sastre. Durante los casi dos mil años de historia de la Iglesia, la canonización de los santos ha respondido a criterios no siempre idénticos. Las diversas políticas eclesiásticas aplicadas a lo largo de la historia por papas y obispos y las variadas sensibilidades eclesiales han incidido en que el santoral incluya santos y santas no sólo de espiritualidades distintas, sino también con personalidades dispares e incluso antagónicas. Este último es el caso de Pelayo y Escrivá. El adolescente Pelayo rechazó con heroísmo martirial la seducción y la coacción, despreciando así los delirios megalómanos y narcisistas de Abderramán III; en cambio, el adulto Escrivá fundó una asociación, cuyos miembros han desplegado y despliegan mediante el proselitismo una labor seductora y coactiva de jóvenes, no para mantener con ellos relaciones sexuales, pero sí para satisfacer la megalomanía narcisista de Sanjosemaría (me refiero a lo que Marcus Tank analizó en su artículo del 14.09.2007 El trastorno narcisista de la personalidad del fundador del Opus Dei).

Debo reconocer que la vida eclesial tiene luces (San Pelayo), pero también tiene sombras (Sanjosemaría). Espero y deseo que el pontificado de Francisco acreciente las luces y ahuyente las sombras. Por eso, apoyo la iniciativa propuesta por Giovanna de animar a los papas y obispos a promover la devoción popular a San Pelayo, pues su heroico testimonio irradia luz a jóvenes y adultos en las circunstancias actuales.

3. No me quedo tranquilo si no doy también las gracias, de todo corazón, a Agustina por haber publicado el pasado miércoles la entrevista de Elisabeth de Baudouin al carmelita François-Marie Léthel. Al leerla me quedé con esta impresión: ¡Cuántos años de mi vida estuve metido en una institución que tanto me engañó! Y a tantas mentiras las llaman “unidad de vida”, en vez de llamarlas por su nombre: megalomanía narcisista de Sanjosemaría. Una de las razones por las que me desvinculé del Opus fue precisamente porque comprendí en mi conciencia que obrar continuamente de acuerdo al esquema de “Jano” es inhumano y anticristiano. Pasados los años y gracias a Opuslibros, he logrado comprender el quid de la cuestión: la megalomanía del fundador fundamenta los errores que se cometen en la Obra de Escrivá.

Josef Knecht




Publicado el Friday, 05 December 2014



 
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