Quiero felicitar a Rampsall, por su escrito del 24 de octubre: Excardinación de la prelatura del Opus Dei. Y comparto plenamente el elogio que le ha dirigido BoQ.

En mi libro: Naufragio y rescate de un proyecto vital, dediqué un capítulo al tema: Factores que contribuyeron a que no solicitara mi reducción al estado laical. En él reflexionaba tanto sobre las razones a favor del abandono del sacerdocio ministerial, como de las razones a favor de mantenerme en él. Finalmente me decidí por esta segunda opción, aunque condicionada a que esto no perjudicara mi salud mental, y lo pudiese compaginar con mi vocación profesional civil (como lo compaginaba san Pablo y era usual en los primeros siglos). Hace ya unos diez años me presenté en opuslibros extensamente, informando de mi recorrido de quince años en Andalucía: Sevilla, Cádiz, Córdoba y Jaén, y Sevilla otra vez, como rector de la segunda Iglesia pública de la Obra...

Soy cofundador y codirector de un Instituto de Psicoterapia en el que tras treinta y cuatro años de historia (se fundó en 1979) han practicado psicoterapia profunda unas 3.500 personas, y han cursado nuestro Máster en psicoterapia unos 350 licenciados en Psicología  algunos psiquiatras. De estos colectivos –y de los sucesivos colaboradores profesionales, el porcentaje de católicos practicantes no alcanza el 15%. Mis colaboradores –en su mayoría agnósticos– ven claro que debo seguir evitando que se conozca tanto mi vinculación a la fe cristiano-católica, como, sobre todo, mi estatus eclesial. Todos los terapeutas deben evitar dar a conocer sus creencias religiosas, agnósticas, o ateas, como también sus preferencias políticas. Esa presentación –al aparecer luego en papel- supuso un claro problema para el equipo didáctico y terapéutico de nuestro Instituto, por el hecho de constar mi condición de clérigo.  De ahí que a partir de esa presentación y unos cinco escritos más en opuslibros, pasé a utilizar el nick “Erasmo”. Pero al comprobar que era utilizado por un periodista conocido, comencé a utilizar el de Rescatado, que se relaciona con el título de mi libro.

Yo me desvinculé de la Obra en 1973, a los 41 años, después de haber pertenecido a ella 23 años (15 como presbítero). Pronto hará 41 años.

En aquellos años, como podéis comprender, no existía Internet y, menos, opuslibros. Durante muchos años no pude comunicarme con ningún ex-miembro, laico o clérigo. Yo hubiese deseado poder ofrecer ayuda –psicológica y/o espiritual– a ex-miembros, tanto si se hubieran mantenido en la fe cristiana, como si hubieran pasado al ateísmo o al agnosticismo (como son la mayoría de las personas que pasan por nuestro Instituto). Pero este proyecto no lo he podido realizar. Ya jubilado como psicoterapeuta (no como docente) hace unos 15 años (ahora tengo 82), han sido atendidos en psicoterapia (casi todos por la co-directora) apenas cinco ex-numerarios/as. Realmente pocos. Destiné unos bienes patrimoniales heredados a crear una Fundación, uno de cuyos fines es subvencionar el 25% o 50% -excepcionalmente el 75%– del precio de las terapias, si se trata de personas sin los recursos suficientes.

Hace unos diez años propuse a Carmen Charo crear una Asociación con gente de opuslibros, para que al tratarse de una realidad institucional tuviese más autoridad (especialmente ante la jerarquía eclesial). Redacté unos estatutos (tengo experiencia por haber sido co-fundador de tres asociaciones profesionales). Aparecieron una serie de interesados, pero empezaron a surgir discrepancias respecto al contenido de los estatutos, y pude darme cuenta de que había mucho desconocimiento sobre las normativas legales de las asociaciones. Al final no llegó a concretarse.

Olvidaba decir que en estos últimos años intenté conectar con algún clérigo ex-miembro. Imaginé que sería interesante promover una “convivencia” para intercambiar experiencias. Pero no cuajó. Además la palabra “convivencia” es tabú para muchos ex, produce angustia.

Cuando el tiempo me lo permita –pues a pesar de haberme jubilado hace años de la terapia, sigo con muchas tareas aunque tenga 82 años– sigue en pie mi oferta de poder comunicar experiencias a clérigos –o laicos– que se hayan desvinculado  de la Obra y que necesiten algún tipo de orientación. Para enviarme un correo electrónico mejor que a mi e-mail –que casi no lo uso– hacedlo a anagb.ifromm@gmail.com

Para informarse sobre el Instituto mejor a las webs www.psicoterapiahumanista.es y www.psicoterapiahumanistamaster.es, que remiten a otra más extensa.

Resumiendo: las intenciones mías en esta comunicación han sido:

1.    Volverme a presentar, a la vez que explicar la razón por la que, tras cinco ocasiones en las que constaba mi nombre, tuve que pasar a utilizar el nick “Rescatado”.

2.    Que haya constancia de que soy uno más de los sacerdotes ex-miembros, incardinados en el clero diocesano. En mi caso, desde 1973 (tras 23 años de vinculación a la Obra), y que actualmente tengo 82 años. Por si Rampsall pudiese lograr una relación completa de los que se encuentran en nuestra situación.

3.    Revelar unas pocas frustraciones que he experimentado en opuslibros, aunque sobradamente compensadas por la alegría derivada de la convicción del fruto de esta web para la autoayuda entre ex-miembros.

4.    Que fundé y co-dirijo, desde 1979, un Instituto de Psicoterapia en Barcelona, en el que pueden ser también atendidos ex-miembros en su fase de crisis tras la desvinculación, incluso si tienen pocos recursos.

5.    Que aunque yo ya hace unos doce años que no ejerzo la psicoterapia (sí la docencia y la co-dirección del Instituto) puedo atender presencialmente entrevistas de orientación espiritual o existencial a ex-miembros de la Obra.

Rescatado