Jose :
Una idea de reforma que no prosperó
La idea que a continuación expongo, vaya por delante, no es mía. Me la comentó un sacerdote del Opus Dei (una de las pocas personas de dentro que haciendo caso omiso a las directrices continuó atendiéndome espiritualmente) meses después de mi salida. Este hombre, que brillaba, además de por su profunda espiritualidad por su mucho sentido común, venía sosteniendo con las autoridades de la Obra una especie de "lucha" sobre los sistemas de reclutamiento de jovencillos de 14-15 años y, especialmente, con el ninguneo que la Institución dispensaba a todos los que habíamos decidido irnos.
Este sacerdote había propuesto a la jerarquía de la Obra un cambio en el sistema de "pitajes" de Numerarios y Agregados. Este cambio era el siguiente: que los jóvenes de 14 a 20 años (aproximadamente) entraran a formar parte de la institución en calidad de supernumerarios y, como tales, que SÓLO acudieran por los centros para recibir los círculos, meditaciones y poca cosa más. El resto de su día lo pasarían con su pandilla de AMIGOS Y AMIGAS, yendo al cine, saliendo, estudiando... en fin, como cualquier otro joven cristiano de su edad. La mayoría de esos jóvenes supernumerarios encontrarían novia (o novio en el caso de las chicas) y se casarían y seguirían manteniendo su vínculo con la Obra como socios casados.
Y, atención, de ESOS supernumerarios jóvenes, ALGUNOS estarían dispuestos a dar un paso más en su entrega y, ya maduros (20 ó 25 años, no os vayáis a creer), pasarían a ser Numerarios o Agregados sabiendo a conciencia lo que significa eso.
Es decir, que este sacerdote proponía justo el sistema contrario del que se aplica: todos en principio supernumerarios, con vida de supernumerario (esto es importante, porque si en el papel eres supernumerario y te hacen llevar una vida de numerario, de poco sirve) y de estos saldrían los miembros célibes. Este sacerdote sostenía (y yo lo comparto) que esto evitaría que los adolescentes tuvieran que adquirir unos compromisos tan pesados como pitar de numerario o agregado con 14, 15 ó 16 años y podrían conocer la vida normal ya que saldrían con muchachas (con muchachos, si se trata de la sección femenina) y participar de la vida social sin ningún trauma. Sería elegir en libertad, en definitiva. De paso se evitaría seguramente la desbandada de socios que se produce cuando esos jovencillos numerarios y agregados se dan cuenta de la envergadura de su compromiso. Era una buena idea.
Creo que la lucha de este hombre de Dios sigue sin prosperar.
Jose
Publicado el Sunday, 11 July 2004
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