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 Tus escritos: La escalera de Jacob.- Lizzy Babieca

040. Después de marcharse
Lizzy :

Una de las cosas que primero aprendí en la vida, es que los iguales se atraen. Por eso andamos por estos lares. Por eso, aunque vivamos en un mundo inmenso, con gente diversa y entretenida, siempre le estaremos haciendo ojitos a los EX y los IN. Incluso, a los de Sanrafa, que algunas las tengo como mejores amiguis hoy. Por eso, el Opus nunca desaparecerá del todo de nuestra vida, aunque no tengamos nada que ver con sus labores corporativas, colegios o demases. Aunque nos importe un bledo…



Porque si nos topamos con INes o EXes, no nos importa na' un bledo. Al final, fue la interacción la que nos quemó en el Opus, es decir, que nos quemamos a través de personas institucionalizadas que nos dijeron o hicieron algo. Los que siguen quemados, lo están en función de esa misma interacción, que se perpetúan los diálogos y las escenas. Y es que todavía no resuelven cómo sentirse y como valorar la experiencia, en relación a sí mismo y a los otros. Con respecto al hecho que les produce dolor, les falta todavía vivenciar la solución de la caridad/amor.

Me explico: una persona puede apelar a la Providencia Divina para explicar su paso por el Opus. Dios lo permitió o lo quiso por algo, algo bueno. Tengo fe y espero que Dios se encargue de poner cada cosa en su lugar en mi vida y en mi interior. Me abandono, me olvido y sigo... hasta que me topo con la realidad opus encarnado en un IN o un EX y me da ataque: me vuelvo a sentir como las reverendas con respecto a mi pasado. ¿Qué pasó? ¿Qué me salté? Pues revisar desde la perspectiva de la caridad/amor mi experiencia por el Opus Dei. Y para ello es muy necesario que primero yo me haya vuelto a amar a mí mismo, en todos los tiempos; en todas mis versiones y expresiones.

Revisemos lo siguiente:

Ciertamente, el amor es «éxtasis», pero no en el sentido de arrebato momentáneo, sino como camino permanente, como un salir del yo cerrado en sí mismo hacia su liberación en la entrega de sí y, precisamente de este modo, hacia el reencuentro consigo mismo, más aún, hacia el descubrimiento de Dios. (Deus Caritas Est)

Qué belleza. Sin embargo, nuestro paso por el Opus no nos dejó para nada con esos músculos espirituales que nos permitirían andar extasiados por la vida y hacer del amor un camino permanente. Al contrario, nos apalearon estos músculos de tal manera, que necesitamos kinesioterapia para volver a utilizarlos, y algunos todavía no nos funcionan del todo. Aquí es donde me quiero detener, que pasamos por alto estos musculitos tan esenciales que son el amor propio, al autoimagen y la autoestima. Parece increíble, pero no se nos ocurre que el amor parte por casa, y nos ponemos a trabajar por los otros olvidándonos de nosotros mismos. Se acuerdan de la famosa charla del "El olvido de si" ¡¡¡Olvídense de esas pamplinas!!! Hay que acordarse harto de sí, para ver qué me falla, por dónde no estoy contento, por qué si me muerdo la lengua, me sabe amarguito.

Si me preocupo de mí, si me miro con cariño, voy a entender ciertas cosas que quizá me afean y que no quiero, como el tener que reconocer que todavía tengo mucha pena, rabia o miedo. ¿Pena de qué, rabia con quién, miedo a qué? Pues no tengo idea, que se nos pueden ocurrir muchas cosas en nuestras cabecitas. El tema es que me tengo que mirar y reconocer cómo soy, para empezar a trabajar para vivir cada vez más en mí la experiencia del amor. Si me preocupo de mi cuerpo -que duerma, que coma, que se hidrate-, y de mi alma -que dé y reciba amor-, es altamente probable que la solución de la caridad/amor pueda ser vista y vivida por mí, en todo, pero sobre todo en relación a superar lo dañino que dejó en mí el paso por opusland.

Para el/la que quiera, encontré entre mis archivos un texto para combatir el estrés a través de técnicas cognitivas, que escribió una psicóloga que no conozco, pero que me pareció bastante bueno y útil para complementar lo que les venía diciendo.

Un abrazo,

lizzybabieca@gmail.com




Publicado el Wednesday, 29 October 2014



 
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