Carta abierta a los lectores y escritores de Opuslibros
Antonio Esquivias, 22/10/2014

Mi experiencia de estos meses donde he tenido múltiples apariciones y recibido comentarios en Opuslibros a raíz de mi petición a la Prelatura Opus Dei de mis derechos laborales me lleva a escribir esta Carta abierta a todos vosotros, los lectores y Escritores de Opuslibros.

Escribo esta carta con la autoridad que me concede el hecho de haber estado 30 años en el Opus Dei, ocupado todo tipo de cargos y por lo tanto poder rivalizar en “sufrimientos” con aquel que más haya sufrido con la Prelatura, aunque realmente entiendo que los sufrimientos no son comparables, pues dependen de cómo cada uno los lleva. Esta carta no está dirigida a Agustina, porque tal como lo veo ella es el ejemplo contrario a lo que aquí quiero denunciar, es un ejemplo de acción, de iniciativa y de dar la cara…

La carencia de estas 3 cosas: acción, iniciativa y dar la cara es lo que denuncio entre los lectores y escritores de la página. No entiendo muy bien el sentido de una participación en Opuslibros si eso no lleva a la acción, a la iniciativa para acabar con las injusticias que se denuncian, y a dar la cara basados en la propia dignidad y autoridad personal.

Quiero hacerlo de forma que ayude a reflexionar y sacar las propias conclusiones personales. No quiero entrar en polémica con nadie que no esté de acuerdo porque no se siente así, para mí sería perfecto, no va para él. Sé perfectamente que hay muchas personas que toman acción y dan la cara. Esta es la impresión que yo he sacado de la página en general.

Primero acción, no veo acción entre los participantes de Opuslibros y no hay cambio ni personal ni colectivo que no conlleve acción, traducción a la realidad de lo que se pretende. La impresión que tengo de estos meses, después de más de 8 años sin participar en la web, es la de un grupo de personas que se quejan, que lloran por lo sufrido, más o menos, durante sus años en la Obra y que su participación en la página no va más allá. No creáis que no valoro una participación así, su valor es el de la psicoterapia más sencilla y barata: escribir, que aquí además cuenta con un buen auditorio. Pero a la vez no va más allá de una terapia personal. Si realmente se piensa que lo que se dice es verdad y que la Prelatura actúa mal o ha actuado mal en determinadas circunstancias, eso hay que traducirlo en hechos para evitar que esa injusticia se vuelva a repetir en el futuro. No hacerlo así envía el mensaje de que en el fondo no se confía mucho en lo que se está diciendo y las palabras pierden su fuerza. Se queda en ese lloro de un niño al que no se le hace mucho caso porque se piensa que no significa nada, al menos no se refiere a lo que directamente parece referirse.

Dicho de un modo lacónico, si no hay acción para traducir en hechos lo que se dice, lo que se publica en la página, se quedan en un conjunto de quejidos sin nada más, es decir, sin contenido de verdad. Qué más da relatar que sucedió en 1989 cuando quien escribe estaba todavía en la Obra y sufrió una injusticia si eso no influye en el hoy, se queda en una queja sin sentido. Y además de este modo, la Obra mantiene a la página donde quiere tenerla: un conjunto de rebotados que no hacen más que quejarse. Eso desde luego no le hace daño alguno y confirma sus tesis.

Segundo iniciativa. Si hay algo que funciona mal, necesita iniciativa para cambiarlo. Aquí viene al pelo mi iniciativa de pedir los derechos laborales que se me adeudan. Viene al pelo porque se centra en un punto de justicia social y de derechos humanos, y no afecta a la fe ni a cualquier creencia que cada uno tenga. Por ello debería, insisto debería recoger el consenso y después el apoyo de todos los sensibles a esas injusticias: lectores y escritores de Opuslibros. Y suscita reacción, pero esa reacción es, como todo en la página, multitud de buenas palabras, pero apoyos no, porque acción no hay. Esto además supone un desconocimiento total de los modos de funcionamiento de la sociedad hoy. Lo que no tiene apoyos no existe. Si no has puesto un ME GUSTA es como si no has pasado por ahí. Si los temas que surgen de justicia con respecto al Opus Dei no suscitan apoyos, no existen. De nuevo estamos donde la Obra quiere que estemos: en la queja y en la inacción. Quejándonos y parados. Estupendo para quien no cumple la ley, sea moral o sea legal o sea lo que sea.

Es decir, las acciones tienen que ser colectivas. Las iniciativas tienen que tener apoyos. Es realmente significativo que Agustina haya perdido el juicio por publicar documentos de la Obra y haya tenido que quitar esos documentos: no ha conseguido demostrar que afectaban a muchas personas. Si su juicio hubiera ido suscrito por 5.000 personas, ya no digo 50.000, este argumento hubiera caído por la base. Agustina ha perdido porque estaba sola en el juicio, porque no ha recibido apoyos suficientes.

Tercer punto, dar la cara. Mientras Opuslibros siga siendo el lugar de los anónimos que es actualmente no servirá nada más que para ser una terapia personal tal como digo arriba. Esto es debido a que, y utilizo mis conocimientos sobre las emociones, el anonimato es una defensa que se sustenta en una emoción de la familia del miedo, como emoción básica. El miedo indica que hay necesidad de seguridad. Desde la necesidad de seguridad es imposible conseguir logros. Los logros participan de la necesidad personal de libertad y su contexto emocional es el enfado. Es decir mientras no se pase del miedo al enfado no se va a producir logro alguno. Desde la seguridad no se arriesga lo suficiente para lograr algo.

Y este análisis resulta obvio en el caso de Opuslibros. La comunicación humana necesita un contenido que se comunica y un sujeto que comunica, sin sujeto no hay real comunicación que realmente sea tal. Mientras se está en el anonimato no se da la cara. Mientras no se da la cara no se establece una comunicación libre garantizada por la persona que habla. La comunicación carece de  autoridad moral y humana, carece de sujeto. Es una comunicación subterránea. De nuevo el Opus Dei nos tiene donde quiere: una comunicación sin sujeto. Ellos si tienen sujeto y por tanto disfrutan en el debate de toda la autoridad moral. Imposible ganar ese debate.

Yo voy a seguir con mi pelea por conseguir derechos laborales que por lo que he ido confirmando este tiempo no me afectan solo a mí, afectan a muchísimas personas, y además he comprobado que no solo hay afectados en el Opus Dei, los hay en otras instituciones de la Iglesia, porque la necesidad de cuidar a los ancianos y darles los medios de supervivencia es general y afecta a muchas personas en la Iglesia, personas que se han dejado la vida y se encuentran en la indigencia cuando ya son ancianos.

A mí me parece una causa para apoyar, desde luego voy a seguir con ella me apoyéis o no. Solo espero que mis palabras lleven a alguno a razonar, se quite la careta del anonimato y actúe, apoye activamente las iniciativas que vea justas y de la cara.

Antonio Esquivias