Atacar la libertad de las conciencias y los derechos laborales de los trabajadores son dos pecados gravísimos que se cometen sistemáticamente en el Opus Dei. Pienso que estos son "los enemigos de dentro" que van a acabar con el Opus Dei. No serán las críticas que recibe la prelatura en esta página web ni en miles como ésta las que logren desactivar el potencial destructivo de la Obra. Tampoco las demandas judiciales y las condenas que caigan sobre la institución. El germen de su autoaniquilación lo tiene el Opus Dei dentro.

Basta con leer los documentos internos sobre la dirección espiritual que imparte el Opus Dei -desconocidos para el Vaticano- para comprobar las barbaridades que realizan  los directores de la Obra, coaccionando a sus miembros.

La publicación del artículo de prensa en el diario español El Mundo sobre la violación continuada de los derechos laborales de sacerdotes del Opus Dei ha puesto sobre la mesa la dura realidad de la vida en esa institución. Numerarios, numerarias auxiliares y sacerdotes del Opus Dei están en un régimen de esclavitud donde se les enseña desde la más tierna infancia a vivir, en nombre de Dios, conforme al principio inhumano de "tengo el derecho a no tener ningún derecho".

En el Opus Dei, numerarios, sacerdotes y numerarias auxiliares, viven con una mano delante y la otra detrás. Y la boca callada. Es normal que en un régimen así el número de enfermedades mentales y de suicidios aumente de día en día.

He pasado gran parte de mi vida en el Opus Dei, con cargos de gobierno y dirección. He visto cometer y he cometido tropelías y abusos indecibles con personas de la institución y con otras que se acercaban a ella. He sido víctima y verdugo de las praxis ilegales y antieclesiales del Opus Dei.

Me fui del Opus Dei al tomar conciencia de que una institución que causa tanto daño a las personas no puede ser de Dios, por muchas aprobaciones pontificias que obtenga, y muchos santos que logren canonizar.

Es muy doloroso y a la vez muy de agradecer que salgan a la luz noticias como la reciente del diario El Mundo. Gracias por la valentía de quienes las publican, que arriesgan su vida y patrimonio por defender la verdad, enfrentándose a un poderoso monstruo como es el Opus Dei.

Esperemos que los fiscales, los jueces, y las instancias correspondientes asuman su responsabilidad y por lo menos investiguen los hechos que se ponen sobre la mesa.

Los padres, familiares y amigos de los miembros del Opus Dei, sobre todo de los sacerdotes, ya cuentan con algo más de información sobre el trato que dispensa la institución a sus miembros.

No sé el futuro que le espera al Opus Dei, ni cuantas personas tienen en sus centros de estudios (lugares de adiestramiento de jóvenes que ingresan en la Obra). Lo que salta a la vista es que cada vez son más personas del entorno del Opus Dei las que descubren el siginificado de las palabras evangélicas "la Verdad os hará libres", y pueden cantar con profunda y verdadera alegría "gracias a Dios, nos fuimos", en vez del aberrante "tengo el derecho de no tener ningún derecho".

desconcertado