Pensando en la frase del Papa «sono un semplice numerario di questa setta», me surgió la pregunta ¿cuál es la secta a la que se puede referir el Papa en ese contexto que está predicando? Sólo pude escuchar los tres minutos que aparecen en el video, por lo cual mi interpretación podría estar equivocada, o tal vez no haya prestado la debida atención.

Pienso que el Papa se refiere al cristianismo que estaba naciendo en esos momentos históricos y era visto como una secta. La pregunta, entonces, poniéndose en ese contexto histórico, vendría a interpelar a los oyentes, ubicándolos en ese momento histórico peligroso para la Iglesia e invitándolos a examinarse sobre el siguiente punto: ¿soy un número más de esta “nueva secta” [el cristianismo] o soy un discípulo de Jesús, es decir, alguien que está dispuesto a dar su vida por él?

Sin necesidad de darle más explicaciones, a mí me parecería bastante lógica esta interpretación de las palabras del Papa, más allá de otras interpretaciones que se puedan hacer.

Lo absurdo –o lo interesante- es que, sin que nadie hubiera dicho nada, el Opus Dei reaccionó rápidamente –lo cual me recuerda a la reciente aparición abrupta de Pilar Urbano- para cambiar las palabras del Papa, y más tarde, para aclarar los usos de la palabra numerario y de los hábitos lingüísticos del Papa. Hubiera faltado que el Opus Dei agregara: “y que quede claro que nosotros no somos una secta”.

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Si el Opus Dei no fuera una secta o no se comportara como tal o no tuviera elementos sectarios, o no fuera una organización polémica, no habría razón alguna para sentirse identificados por las palabras del Papa y tomar distancia abruptamente, hasta el punto de cambiarle las palabras al Papa. Por lo visto, se sintieron señalados y reaccionaron velozmente para evitar toda vinculación posible con las palabras del Papa, antes de que alguien se adelantara a ellos. El vínculo entre «numerario del Opus Dei y secta» lo establecieron en sus mentes los propios del Opus Dei, antes que nadie.

Para peor, más tarde tuvieron que inventar una explicación de por qué del cambio, adjudicándole al Papa una cierta incapacidad en el uso de la palabra «numerario», no ya en la lengua italiana sino en la “argentina”. Ya me gustaría saber la nacionalidad del “especialista” que emitió dicha teoría.

La única razón relevante por la cual el Opus Dei puede haber cambiado esa palabra en ese conexto es porque el Opus Dei se sabe identificado como una secta, y por lo tanto, las palabras del Papa podían acentuar esa identificación. No era necesario, por parte del representante del Opus Dei, inventar teorías cuando está la realidad al alcance de la mano.

Si el Opus Dei fuera una institución normal, digamos, el Opus Dei no sentíría necesidad de despegarse de todo potencial contexto asociado al término secta.

El hecho de que el Opus Dei haya saltado es mucho más significativo que cualquier interpretación que se le quiera dar a las palabras del Santo Padre.

Ya no es necesario que el Opus Dei aclare nada. Bastante claro ha quedado. El Papa dijo unas sencillas palabras y el Opus Dei, una vez más, dejó desnuda su mala conciencia.

E.B.E.

Post Scriptum: un comentario semejante podría aplicarse a la reciente intervención del prelado Echevarría en la que "salió al cruce" de otra expresión del Papa, con el fin de "traducirlo anche corregirlo". El Papa habló muchas veces del proselitismo, no precisamente de manera positiva («El proselitismo es una solemne tontería, no tiene sentido»), y el Prelado "se sintió  en la necesidad" de explicar (y rescatar de la condena papal) lo que él entiende por proselitismo, que no sería otra cosa que «el sentido original del término proselitismo, como tradicionalmente se entendió en la Iglesia». De esta manera, Echeverría "explica" que el Papa condena el proselitismo del siglo XX pero "supuestamente" no el "tradicional", que es al cual adhiere Echevarría -el Opus Dei- y que coincidiría plenamente con el pensamiento de Francisco. La idea es hacerle decir al Papa lo que el Papa no dice y de paso correrse del lugar donde siempre se ubicó el Opus Dei (la coacción proselitista) para volver cuando las aguas se hayan calmado, cuando los tiempos sean favorables al proselitismo "clásico" del Opus Dei.